Ni manos tendidas ni componendas: Rajoy desenmascara a Zapatero

Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de julio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

El debate sobre el estado de la Nación en el Congreso de los Diputados es uno de los momentos más intensos del año político. En 2007, además, hay motivos adicionales de interés. Los acontecimientos más recientes han puesto en evidencia algunas de las políticas estrella del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente se ha enfrentado a un Mariano Rajoy crecido, que sin perder la mesura no ha hecho concesiones. Y sobre todo los dos líderes saben que esta oportunidad puede ser la última para al menos uno de los dos: es el último gran debate de la legislatura.

Zapatero no ocultó en su discurso la importancia que ha dado a lo largo de los tres últimos años al «proceso de paz» con ETA. Pero el debate ha tenido lugar precisamente después de que la banda terrorista -que no el Gobierno- diese por rotas las negociaciones, después de una larga y documentada reorganización de los criminales abertzales, que se disponen a matar y que están haciendo públicas todas las concesiones del PSOE en sus largas conversaciones. Zapatero no puede ahora pedir sin más «buena fe», y ha sido rebatido por Rajoy con un argumento inapelable: en este asunto Zapatero se ha equivocado, «lleva tres años tratando de engañar a todo el mundo» y la única opción que tiene de que el PP acepte su mano tendida es para luchar contra ETA. No para otra cosa, ya no.

Lo cierto es que los triunfos que Zapatero pretendió exhibir se volvieron a lo largo del debate en su contra, porque la nueva política autonómica, allí donde se ha hecho sin el PP (es decir, contra el PP) sólo ha generado crispación, además de poner en cuestión los más firmes principios constitucionales. Y lo que en Cataluña es motivo de división en Navarra es motivo de preocupación extrema, porque si el PSOE da entrada en el Gobierno foral a los abertzales -que desean la anexión de Navarra y la independencia- serán inevitables las sospechas de que la negociación con ETA no ha terminado. Según Rajoy «allí está en juego algo más que una simple disputa por el poder», ya que «se enfrentan dos formas de entender España» y Zapatero debe decidir. Ayer no supo contestar con claridad, y del debate territorial Rajoy sale triunfante.

Los triunfos de Rajoy son amargos, porque se hacen a costa de constatar todos los problemas que España tiene en 2007 y no tenía en 2004, o que Zapatero prometió que no tendría nunca más. Siete turistas españoles murieron asesinados por los islamistas en Yemen horas antes de empezar el debate. Los soldados españoles, más numerosos que nunca en escenarios de guerra a miles de kilómetros de sus hogares, mueren mientras el Gobierno es incapaz de protegerlos. La política exterior, como la interior, no parece tener más rumbo que el del rencor y el resentimiento ideológico.

A pesar de los aplausos bien organizados de su Grupo parlamentario, Zapatero perdió ayer varias oportunidades de rectificar. El consenso que los españoles necesitan y piden implica un cambio en las políticas que han llevado al país a este punto. Rajoy no necesitó aspavientos para señalarlo, y ganó nítidamente el primer asalto del debate.

Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de julio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.