Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de julio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.
Con Puras y Zabaleta aún ocultando su amor, se acercan las fiestas en las que todo se olvida y todo se perdona (o se ahoga en calimocho, perdón, desde mañana kalimotxo). Qué bien, qué bien. Pero que nadie crea que San Fermín es una fiesta apolítica: hace décadas que los abertzales y la extrema izquierda han llenado de su contenido sectario los festejos de la ciudad de Pompeyo. Culpables ellos por hacerlo, y más culpables aún otros por permitirlo, estimularlo y financiarlo.
La peña Muthiko Alaiak, como todas las peñas sanfermineras, tiene una pancarta jocosa. Este año objeto de su crítica es el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, a quien se representa con un Cristo crucificado, brazo en alto y con la cruz clavada sobre un montón de calaveras. Hermosa idea festiva, sin duda. Por supuesto que algo que ver con la reciente contundencia de Sebastián contra el separatismo y contra el laicismo, con su -para mí, vistos los precedentes remotos- sorprendente vinculación con la Navarra tradicional y católica; y desde luego que no es ajena a esto la campaña de la prensa abertzale (Gara y Diario de Noticias) contra la inscripción de los inmuebles de la Iglesia en el Registro de la Propiedad. En fin, lo de siempre.
Pero el insulto ha merecido, oh sorpresa, una respuesta. Diría que gallarda, pero el adjetivo sería excesivo (y el mejor novelista pamplonés del siglo XX jamás me lo perdonaría, después de haber inventado la palabra «cuellitorcido» para casos así y democristianos varios). Digamos, sin más, «respuesta». Varios grupos católicos de Pamplona, incluyendo la Asociación Católica de Propagandistas (Asociación Católica Nacional de Propagandistas después de las rebajas), han organizado este miércoles nada menos que una Misa de reparación y una cena de hermandad y apoyo. Atónito me quedo, que diría mi bisabuela. ¡Se han atrevido a contestar!
Por algo se empieza, queridos hermanos, y lo que nos queda por purgar con el Gobierno que se nos viene encima. Hombre, algún espíritu burlón recordará que la Muthiko fue fundada por el carlista Ignacio Baleztena, y que no es más que otra de las muchas instituciones y asociaciones creadas por la derecha navarra y entregadas después a los enemigos de España. Qué le vamos a hacer; hombre, podría invertirse el rumbo pero de momento lo de la cenica presanferminera no está mal. Tal vez algún concejal del Ayuntamiento de Pamplona venga a cenar, y entonces podremos preguntarle más cosas: qué subvenciones públicas recibe la Muthiko (y por qué sigue recibiéndolas si ofende los sentimientos de tanta gente) , qué licencia de apertura tiene el local de la peña (y si estrictamente pude conservarla), por qué recibe un trato privilegiado en el acceso a la plaza de toros, la distribución de entradas y demás. Claro, claro, ya sé que es molesto pensarlo pero es lo que tienen los complejos, o se curan o te matan.
Por lo demás, a ver si la respuesta gastronómica va bien. Aunque ya sabemos que ni los rastrillos burguesones solucionan la pobreza ni las barras libres el hambre en el mundo, por lo menos habrá la sensación de estar haciendo algo.
ESCÁNDALO
Una peña sanferminera insulta impunemente al arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián. Una muestra más del poder social de los abertzales, y de desorganización de sus rivales, pese a ser muchos más entre los navarros.
Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de julio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.