Solución de Aguirre para Navarra: más principios, menos intereses

Por Pascual Tamburri Bariain, 8 de julio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, concedió ayer una entrevista en la que analizaba desde su posición de dirigente destacada del Partido Popular las grandes cuestiones pendientes. Además de otros juicios sobre los problemas políticos, sociales y económicos de España, Aguirre señaló una posible vía para solucionar el estancamiento institucional de Navarra.

En Navarra el presidente Miguel Sanz, con los populares navarros de Unión del Pueblo Navarro, venció ampliamente las elecciones del 27 M. Sin embargo el PSN-PSOE de Fernando Puras, que quedó reducido a ser la tercera fuerza, desea presidir el Gobierno foral y ha negociado para ello un acuerdo con los abertzales de Patxi Zabaleta, encuadrados en Nafarroa Bai. Pero en Navarra no se trata sólo de un problema de mayorías y minorías: si entran a gobernar la comunidad quienes perdieron las elecciones y tienen un programa anexionista y secesionista estará en riesgo la estabilidad de todo el país.

Aguirre apuntó ayer una solución, que para llegarse a aplicar necesitaría de gran altura de miras y firmes principios por parte del centroderecha, no sólo del navarro. Si Fernando Puras, socialista y como tal no abertzale, desea ser presidente de Navarra, por muy poco democrática que sea su pretensión está clara la alternativa entre dejar que acceda al poder de la mano de los enemigos de España -y con el programa de éstos- y satisfacer su ambición evitando males mayores. Aguirre cree que en último caso Fernando Puras podría ser presidente con los votos de Miguel Sanz, para alejar a Zabaleta y a los suyos del poder.

No es, desde luego, una solución agradable para UPN, que como partido acaba de obtener su máximo número de votos en todos los tiempos; pero UPN nació para evitar la anexión de Navarra por Euskal Herria y la actitud del PSN hace temer que un Gobierno de socialistas y abertzales pudiese ser un paso hacia esa meta. UPN ha hecho una campaña electoral basada en los principios, y sus electores asumirían, por patriotismo, incluso un sacrificio tan grande.

Tampoco es una situación sin precedentes. Desde 1983 hasta 1995 y de 1996 a 2000, UPN y los socialistas navarros mantuvieron acuerdos de gobernabilidad, de manera que los militantes y votantes populares navarros entenderían muy bien la idea de Aguirre, que dijo que no le «parecería mal que UPN y PSN se entiendan y gobiernen juntos, aunque el presidente sea socialista». Si Puras recibe una oferta de este tipo tendrá que elegir entre gobernar garantizando el futuro de la Navarra foral y española o hacerlo con los nacionalistas vascos. En un caso podría contar con UPN, y en el otro habría dejado claro que su objetivo principal es destruir UPN.

Aguirre hace recaer el peso de la decisión sobre el presidente Miguel Sanz Sesma. Para UPN perder el Gobierno habiendo ganado las elecciones sería un trago muy difícil, y Sanz declaró inmediatamente después de los comicios que nunca votaría a Puras, sugiriendo en último extremo una posible candidatura independiente. No obstante, ahora mismo están en peligro cosas que los navarros consideran más importantes que las cuotas de poder de unos u otros políticos, y la reflexión de Aguirre no puede echarse en saco roto.

Aguirre, por lo demás, ha experimentado a lo largo de su carrera política situaciones y soluciones similares a las que ahora se plantean en navarra. Fue, en el Ayuntamiento de Madrid, testigo de cómo los populares con 20 concejales dieron la alcaldía al minoritario CDS de Agustín Rodríguez Sahagún, con sólo 8, para liquidar la penosa situación del consistorio durante el mandato del socialista Juan Barranco. Y por otro lado, en 2003, Aguirre disolvió la Asamblea de la Comunidad y convocó nuevas elecciones en otoño, para evitar una situación de colapso democrático, eso sí diferente de la que parece vivirse ahora en Navarra. Lo importante es que los ciudadanos sigan teniendo la decisión en sus manos.

Por Pascual Tamburri Bariain, 8 de julio de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.