Por Pascual Tamburri Bariain, 5 de agosto de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.
La izquierda ha estado rabiando durante los últimos meses por el título del más reciente libro de Jaime Ignacio Del Burgo. El diputado navarro tituló así, El precio de la traición, su recopilación de escritos sobre la política de Zapatero en la Comunidad Foral. Al volver de vacaciones nos encontramos con una izquierda enfurruñada -la navarra- que no es consciente de la gran victoria que su líder ha tratado de lograr y con otra perpleja -la española en general- que se niega a reconocer los medios innombrables empleados en esta batalla. Veamos.
Zapatero ha estado dispuesto a todo en Navarra. De hecho, el acuerdo del PSOE con los abertzales existe, y no porque se lo invente Del Burgo, sino porque sus protagonistas lo han reconocido así: el acuerdo programático estaba hecho, y faltaba sólo repartirse los cargos. Cuando Zabaleta aceptó incluso ese órdago no había obstáculos entre los social-comuno-abertzales y el poder. Sólo en último extremo, desde Ferraz y por razones enteramente contingentes se paró la cosa, cuando ya todos tenían la miel en los labios.
Todos, señores, todos: el aroma de la moqueta consiguió hermanar a lizarbes y felones, a chivites y úrices, a moris y berruezos, a puras y herreros. No era cuestión de convicciones, sino de revancha. Las urnas dieron un pésimo resultado al PSOE en la mejor de las circunstancias, y el análisis de toda una generación de políticos fue unánime: o ahora o nunca. E incluso los menos amigos de la tribu de Zabaleta estaban decididos a consumar el acto.
¿Podemos llamar a ese acto traición? No, por mucho que se empeñe Jaime Ignacio. Se traiciona algo a lo que se pertenece, que se ama, con lo que se está comprometido; y el PSOE navarro, en cualquiera de sus vertientes actuales, sólo ha defendido la Navarra foral y española de manera accidental. Pensar lo contrario es una torpeza sólo comparable a decirlo.
Zapatero no tenía ningún interés especial en regalar Navarra a los abertzales; y no lo tiene en defenderla de ellos. Ambas posiciones parten de un mismo error, y es pensar que a Zapatero le interesa Navarra en sí misma, a pesar de que aquí nunca va a obtener más de un puñado de votos y un par de escaños. Navarra, mis torpes amigos, se ha defendido una vez más fuera de Navarra, porque la presumible indignación del resto de españoles ha contenido a Zapatero esta vez. Si hubiese visto en la operación un beneficio mayor habría seguido adelante con ella.
Cierto, cierto, podemos ser tan engreídos como queramos y pensar que Zapatero nos tiene miedo, o que tiene principios patrióticos. Pero los hechos son tozudos: y después de las generales lo veremos. Será un otoño divertido.
NAVARRA RESISTE
El 17 de marzo de 2007 la mayor manifestación de la historia de Navarra se reunió, bajo banderas de España, para rechazar los planes abertzales y las dudas socialistas. Pero Navarra ha sido defendida por la opinión pública movilizada de toda España
Por Pascual Tamburri Bariain, 5 de agosto de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.