Viñes podría hundir al PP en los Presupuestos

Por Pascual Tamburri Bariain, 22 de octubre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

Dice José Javier Viñes, (http://www.diariodenavarra.es/edicionimpresa/articulo.asp?not=a16art1314040a&dia=20071020&seccion=opinion) que el Senado lo conoce porque formó parte de él, que la imbricación de los diputados y senadores de UPN en los Grupos Populares ha comprometido seriamente la obligación principal de UPN, que sería gobernar Navarra. La «radical oposición» del PP a los Presupuestos del Gobierno no estaría «en los motivos que llevaron al pacto UPN-PP de 1991» y se habría abordado «sin mayor reflexión». Viñes cree que UPN debe ir hacia una «nueva alternativa de actuación», eso sí sin pérdida de «ningún principio político».

Como mi presidente Miguel Sanz acaba de decir que «en UPN cabe la discrepancia, el contraste de opiniones», voy a hacer uso de esa libertad que por lo demás como ciudadanos de esta nación -España- todos tenemos. No se trata de ser «intransigentes», sino de explicar dónde creemos que yerra Viñes, y dónde se equivocan quienes podrían haber respondido a sus palabras para evitar que se convirtiesen en oficiosas.

Si los dos diputados y tres senadores de UPN-PP recibiesen orden de abstenerse en la votación presupuestaria de Madrid, a cambio del apoyo socialista en Pamplona -cosa que casi a la vez ha sugerido aquí Diego López Garrido-, muchas cosas estallarían a la vez: la disciplina del Grupo Popular y la lealtad de UPN al PP para empezar. El PP se quedaría con cara de tonto, y sin representación institucional en una de las provincias españolas. Y UPN se quedaría descolgado, como partido meramente regionalista. No sólo yo discrepo de la opinión de Viñes: de hecho debería haber sido rechazada formalmente por nuestro partido.

Quizás sea un problema léxico: Viñes confunde un problema táctico -es decir pequeño, pasajero y contingente-, como es la aprobación de unos presupuestos, con una decisión estratégica -como es la alianza o la ruptura de UPN y PP-, y eso no puede aceptarse. Dejar que una cuestión menor condicione una decisión mayor es algo más que un error: sería una estafa a decenas de miles de navarros, a quienes se invitó a votar a UPN en ciertas condiciones. Cambiar éstas sería cambiar un término esencial del contrato.

Ollarra habla con cierto escepticismo de la «sinergia» entre los dos presidentes. Bien, yo creo que UPN tiene que contribuir a que Mariano Rajoy eche a Zapatero de La Moncloa, y que Navarra se la juega ahí. Zapatero no es de fiar, y en Navarra ya vivimos antes de 1991 patéticas escenas de traiciones y desavenencias en el seno de la derecha, que permitieron dos legislaturas de gobierno socialista. Si Viñes añora esos tiempos muchos otros no lo hacemos.

Por Pascual Tamburri Bariain, 22 de octubre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.