Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de noviembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.
Ayer lunes el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular aprobó las líneas básicas sobre las que se trazará el programa electoral del PP para las próximas elecciones generales. Un acontecimiento importante porque, estando ya designado Mariano Rajoy como candidato del PP a la presidencia del Gobierno y teniendo lugar esta presentación al día siguiente de la aceptación de la candidatura del PSOE por José Luis Rodríguez Zapatero, están sobre el tablero de juego los elementos esenciales de la vida política española para los próximos cien días.
El PP acudirá a las elecciones con un programa renovado cuya coordinación ha correspondido a Juan Costa, y que se basará en las demandas más básicas de los ciudadanos: el PP quiere derrotar al terrorismo, construir España entre todos, mejorar la calidad de nuestra democracia, hacer de España un país seguro, recuperar nuestra voz en el mundo, hacer de España una de las cinco economías más avanzadas del mundo, alcanzar el pleno empleo, conseguir uno de los mejores sistemas educativos, una sociedad con mayor igualdad, proteger el medio ambiente, conseguir la plena integración de la inmigración y aumentar el bienestar social. No se trata de propuestas ilusorias, sino de la aplicación a la realidad de 2007 de los principios que el PP lleva en su código genético, y de una cuestión de sentido común. Porque tras la legislatura de la crispación y la división entre los españoles es lógico que el PP apueste por algo diferente, que una mayoría de los españoles desea.
Pero la propuesta del PP tiene nombre y apellidos, que son los de su candidato. Estos argumentos programáticos, y el programa electoral que será presentado más adelante en su integridad, descansan en la persona del líder y candidato, en quien se encarnan todas las respuestas a lo que en España hoy no va bien. «Con Rajoy es posible» es más que un lema de campaña, ya que es un anuncio de cómo se va a articular la campaña misma: con Rajoy ocupando el centro del escenario.
Rajoy no es un candidato de diseño y su campaña no parece efectista; el gallego es un hombre serio y prudente que no va a prometer imposibles, pero en el que los ciudadanos podrán confiar. No es sólo la única alternativa a Zapatero, sino que representa otro estilo de hacer política y, desde luego, otra política.
Rajoy, eje de su propia campaña, resume ésta en la recuperación del consenso y en el avance en el bienestar social. En efecto, en la legislatura que termina los grandes consensos de la Transición se han roto y han sido sustituidos por la división entre los españoles. España necesita un consenso para la convivencia, porque la tensión no puede seguir aumentando. Por otro lado, los temas que realmente preocupan a la gente no son los problemas creados por los políticos, sino la situación económica y sus consecuencias sociales, que el nuevo Gobierno tendrá que afrontar con decisión y atrevimiento. Mariano Rajoy aspira a presidirlo y tiene todas las cartas en regla.
Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de noviembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.