Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de diciembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.
ETA llena las portadas, pero si una noticia es un hecho novedoso poco hay de noticia en las últimas hazañas de ETA. Tampoco en las de sus cobardes e inestables supuestos enemigos, la verdad: separatistas asesinos por un lado, políticos timoratos y profesionales por otro. En cambio, en un asunto inesperado hay novedades.
Diario de Noticias, hábilmente y con mucha malicia, tituló preventivamente la cosa como «La pirueta de Sanz», y se refería a las cambiantes relaciones entre UPN y PSN. Después, y esto fue el domingo en el día de UPN, Miguel volvió a proponer un viejo objetivo de UPN, la supresión de la Transitoria Cuarta de la Constitución, con la consiguiente reforma de ésta y del Amejoramiento. ¿Querrá el PSOE de Ferraz asumir esa vieja idea de la derecha navarra, que llevó a la fundación de UPN en 1979?
La propuesta de cambios en el régimen foral público (porque el privado, el Fuero Nuevo, no se está tocando, aunque de hecho varias reformas de Zapatero como la del matrimonio lo han violado radicalmente sin que nadie lo haya denunciado) llega en un momento muy delicado. El aspecto más llamativo de nuestra autonomía foral, al menos fuera de Navarra, es el Convenio económico que acaba de ser renovado por unanimidad en el Congreso de los Diputados. A través de él, Navarra recauda sus propios impuestos y contribuye después a los gastos generales del Estado. Así es desde 1841, y hay estos días una polémica, motivada por un informe del BBVA al que la prensa nacional ha prestado amplia cobertura pero que en Navarra básicamente sólo se ha conocido a través de las respuestas que se le han intentado dar.
Los investigadores del BBVA se han metido sin saberlo en un terreno minado desde hace casi dos siglos. Carlistas y liberales disputaron primero en torno a la igualdad jurídica entre los españoles, que unos negaban como todo el Nuevo régimen y otros defendían como establecía la Constitución de 1812. La distinción de algunos liberales navarros entre uniformidad e igualdad permitió la promulgación de la Ley del 1841, pero ésta no deja de ser un injerto normativo de origen medieval en un Ordenamiento moderno. Y además en una España que por lo demás, salvo Álava (y ahora Guipúzcoa y Vizcaya también) has sido durante más de un siglo un espacio fiscal único. Los fueros son, por un lado y por otro, tema de debate, y eso nunca ha sido bueno para ellos. Incluso si Zapatero y Rajoy de verdad llegasen a ponerse de acuerdo, cosa más que dudosa ya que la balanza fiscal de Navarra se ha presentado impúdicamente ante 44 millones de españoles que creían ser todos ellos iguales.
Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de diciembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.