Por Pascual Tamburri Bariain, 16 de diciembre de 2007.
Es una de las tareas más complicadas y polémicas, y también de las más satisfactorias. Julio Gallego ofrece un ‘manual de uso’ para quien quiera hacerlo con criterio y valores.
Julio Gallego Codes. Educar en la adolescencia. Thomson-Paraninfo. Madrid, 2007. 245 pp. 23 €
Un adolescente es un ser humano en proceso de cambio acelerado, irreversible y muchas veces contradictorio. Julio Gallego entiende esta fase de la vida como la transición entre la infancia y la madurez, con cambios somáticos, psicológicos e intelectuales, y al mismo tiempo con una nueva percepción de enseñanza, de la familia y de las relaciones afectivas y sociales. Sucede, además, que el adolescente es protagonista de la educación, que termina y culmina precisamente en esos años cruciales tanto en su vertiente escolar como en su dimensión familiar. El adolescente representa un reto para el educador del mismo modo que la adolescencia es un problema aparentemente insoluble para sus propios protagonistas.
Julio Gallego trata en su libro de ofrecer un instrumento útil para el educador, sea padre o docente. Es importante entender que no se trata de un volumen teórico, destinado al estudio universitario del asunto. Por el contrario, partiendo de una sólida base científica, Gallego intenta hacerla accesible para quien realmente la necesita, y al mismo tiempo quiere dar respuestas prácticas concretas a los problemas que los cambios de la adolescencia plantean en la educación de los futuros adultos.
Gallego es un docente con experiencia en el aula, lo que añade a su trabajo una credibilidad de la que otros trabajos de pedagogos y psicopedagogos suelen estar muy necesitados. Maestro por oposición, pedagogo, psicopedagogo, orientador escolar, el autor tendría desde luego un perfil más que adecuado para haber aprovechado esta oportunidad editorial lanzando al mercado un nuevo texto erudito y enrevesado. Afortunadamente ha evitado ese riesgo, y su Educar en la adolescencia será fácilmente comprendido y utilizable por los educadores, sin por ello desmerecer en calidad y actualidad científicas.
El libro se organiza en quince breves capítulos, que describen los distintos frentes abiertos durante la adolescencia y la manera que tiene el educador de entender qué está sucediendo y qué soluciones se pueden dar al adolescente. Ninguna solución mágica, pero sí una serie muy bien articulada de reflexiones y análisis sobre la relación del adolescente con los padres, de las relaciones sociales, del autoconcepto y autoestima, la afectividad, los recursos educativos disponibles y deseables, las conductas antisociales que pueden surgir, la rebeldía, el alcohol y las drogas, las amistades «peligrosas», el rendimiento escolar y los estudios, la sociedad festiva juvenil y el ambiente adolescente. En torno a cada uno de estos aspectos, Gallego nos ofrece una descripción sencilla y comprensible de las distintas realidades con las que nos vamos a encontrar, una constante referencia a los estudios teóricos más prestigiosos y actuales y diversos instrumentos de acción, desde test hasta esquemas y estadísticas.
El libro no tiene un destinatario único, pero conviene tener en cuenta que en 2008 en todas las Comunidades españolas habrá oposiciones para acceder al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria. A partir del próximo septiembre millares de nuevos profesores y orientadores van a llegar a las aulas y se van a encontrar con la adolescencia del siglo XXI. El libro de Gallego podría ser útil para la preparación de las oposiciones si éstas conservasen algún resto creíble de ejercicio práctico, pero en general ese caso no va a darse. No obstante, una vez convertidos en docentes, la necesidad de saber qué tenemos entre las manos es evidente y este libro será de utilidad para quien lo desee emplear, sea padre o profesor.
El libro de Gallego será, no hay que ocultarlo, polémico en determinados ambientes. No se adapta a los dogmas de la corrección política y no niega su evidente raíz en los principios católicos. Educar, para Gallego, no es un acto aleatorio, intrascendente ni mucho menos aséptico. La naturaleza misma del adolescente –persona incompleta, en maduración, cambiante y con debilidades e incertezas variables- requiere en el padre y en el educador principios claros, no ocultados, y claramente vividos. Al educador, el educando adolescente el único pecado que jamás podrá perdonarle es el de la futilidad y la incoherencia entre lo que dice y lo que hace. Gallego elige educar desde unos principios claros, y al margen de que uno elija compartirlos o no la coherencia será siempre un requisito para quien quiera ejercer de docente o de padre.
Por esa manifiesta elección cristiana el libro de Gallego disgustará a algunos; por su opción por educar, rechazando el constructivismo que prefiere «dejar que se eduquen a sí mismos», tendrá otras críticas. Pero la gran mayoría de padres y de profesores, cristianos o no, van a entender y apreciar lo que el autor nos ofrece. El adolescente no es ni un referente ideal, como a veces parece desear la cultura del mercado, que tanto se beneficia de la extensión de la inmadurez, ni un enemigo despreciable o temible, como demasiados docentes parecen asumir con su conducta. Es un hombre o una mujer en construcción, cambiando y con necesidades que cubrir, muchas veces ignoradas por él mismo; a quien educa le corresponde descubrirlas, señalarlas, darles una respuesta y, dentro de la imperfección inherente a lo humano, solucionarlas contribuyendo a formar un hombre o una mujer maduros y libres.
Como tutor de la ESO este curso 2007-2008, y sin compartir la totalidad de las ideas de Gallego, reconozco que la lectura de su libro ha sido de gran utilidad para mi tarea, especialmente ante algún caso más que problemático que tengo entre manos precisamente en el momento de escribir estas líneas de felicitación al autor y de recomendación encarecida de su obra.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 16 de diciembre de 2007, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/libro-ensena-principios-basicos-para-educar-adolescentes-77147.htm