Por Pascual Tamburri, 16 de diciembre de 2007.
Dice la propaganda oficial que Navarra es «tierra de diversidad». Realmente, y como parte de esa diversidad, tendríamos que hablar de Navarra como «tierra de milagros». Porque es milagroso, a dos meses de unas elecciones generales, lograr un pacto con el PSOE de Zapatero y otro con el PP de Rajoy. UPN, por decisión de Miguel Sanz, lo ha conseguido.
El viernes se dio a conocer, por parte del presidente Sanz y del senador socialista Carlos Chivite, un acuerdo presupuestario entre el primer partido navarro y el tercero –no hay que olvidar que NaBai, aunque formalmente no sea un partido, desbancó del segundo puesto electoral a los socialistas- que a cambio de una serie de partidas colocadas y gastadas a gusto del PSN dará paz a los responsables del Gobierno de UPN y CDN. Ahí tienen ustedes el comunicado triunfal.
Del acuerdo salen ganando los políticos de los dos partidos. UPN conservará el poder y podrá ejercerlo, aunque con la tutela socialista; los cargos seguirán en las mismas manos y lo de menos es si hay que cambiar algunas políticas. Es la lógica continuación de la decisión tomada tras las elecciones de mayo de 2007, de buscar el apoyo de los socialistas en vez de aspirar a la mayoría en primera persona. Y para el PSOE las ventajas también son consistentes: se demostrará las bases, divididas y dubitativas, que estando al lado de la mesa del poder siempre caerán jugosas migajas, y se podrá quitar a Zapatero la «pesadilla navarra», ya que el presidente del Gobierno podrá poner cara de indignación cuando se le diga que habló de Navarra con ETA: le bastará enseñar su foto de amor y amistad con los dirigentes de UPN. Todos (los políticos) contentos.
Bigamia hasta marzo
Pero el problema llegará en marzo. En marzo hay elecciones generales, y tanto socialistas como regionalistas están llamados a participar. Para el PSN recuperar la condición de segunda fuerza provincial es cuestión de vida o muerte. Para UPN los miedos vienen de muchos lados: qué pasaría sin el aval nacional del PP, que sucedería en caso de derrota de Mariano Rajoy, por no hablar del caso de una victoria popular contundente. Así que Miguel Sanz ha adoptado la máxima ignaciana –quizás sin saber su origen- con absoluta convicción: en tiempo de zozobra no haremos mudanza, y el miércoles se firmará en acuerdo para marzo entre PP y UPN.
PP-UPN ganará las elecciones en marzo en Navarra, sin duda. De la resolución del resto de dudas, que son muchas, dependerá el futuro de esta singular bigamia pactista. Decían los escolásticos que no se puede ser una cosa y su contraria a la vez: eso es porque Aquino está en la Ciociaria, y no en el valle del Alhama. Veremos grandes cosas, pero aún es pronto para saber cuáles.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 16 de diciembre de 2007, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/miguel-sanz-pacta-psoe–77153.html