Rajoy debe ser fiel a sí mismo con el canon digital

Por Pascual Tamburri Bariain, 17 de diciembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

El Senado cumplió perfectamente durante la pasada semana una de sus funciones constitucionales. Configurado como «Cámara de segunda lectura», recordó al Gobierno y al Congreso de los Diputados que las instituciones están al servicio de los ciudadanos, y rechazó el llamado canon digital. Los senadores del Partido Popular, guiados por Pío García Escudero, acertaron plenamente al considerar que ese nuevo tributo que quiere imponer el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero es contrario a los intereses de la gente y, por otra parte, que no tiene nada que ver ni con los principios ni con el programa del PP.

Mariano Rajoy es de la misma opinión, y no ha tenido ningún empacho en decir públicamente lo que una gran mayoría de españoles ya sabe: que el canon es inaceptable y arcaico. Crear un nuevo impuesto, que constituye además un caso de doble tributación y que en todo caso presupone la culpabilidad de la gente y la impotencia del Estado para hacer cumplir las leyes, es totalmente impropio de la España de 2007. Añádase a eso que el canon sería pagado especialmente por la España más joven y moderna, que usa más esos medios penados por el PSOE, y que la recaudación iría a beneficiar a un grupo de artistas y autores sindicalizados, a través de la SGAE, notoriamente afines al actual Gobierno y habituales receptores de subvenciones públicas. Rajoy y sus senadores, como no podía ser de otra manera, coinciden.

Más extraña es la posición de algunos diputados del PP en el Congreso, favorables públicamente al canon como Beatriz Rodríguez-Salmones y Miguel Ángel Cortés o curiosamente ausentes del debate como Eduardo Zaplana. Este martes el PP debe decidir el voto de sus diputados en el Pleno del próximo jueves, y Zaplana ha descargado de hecho la responsabilidad de la decisión en el propio Mariano Rajoy.

No es habitual dejar al descubierto al candidato del propio partido a dos meses de unas elecciones generales. Con el asunto del canon se ha creado para el PP un problema donde sólo había una magnífica ocasión de demostrar a la sociedad española las ventajas de sus principios sobre los del PSOE. Dejar que sea Rajoy además quien en último extremo decida no parece una estrategia electoral muy bien pensada, y alguien tendrá que responder por la situación creada.

A Rajoy se lo han puesto difícil algunos de los suyos, pero su decisión sólo puede ser una: se trata de elegir si el PP está del lado de la libertad, de la gente normal, de los jóvenes y de la modernidad o si se prefiere dar más dinero del bolsillo de todos a los ya privilegiados Teddy Bautista, Ramoncín y Pilar Bardem. Es lógico que el PSOE muestre aquí su rostro más estatalista y quiera pagar con el canon los favores prestados en el pasado por los «titiriteros». Pero Rajoy sólo puede ser fiel a sí mismo y a su gente, a esa gran mayoría de españoles que en esto tiene claro que las ideas del PP «de toda la vida» le convienen más que las del PSOE.

Por Pascual Tamburri Bariain, 17 de diciembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.