Feliz Navidad en paz y en libertad

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de diciembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

La Navidad de 2007 ha llegado al término de la legislatura más conflictiva de nuestra democracia, y en medio de una encrucijada en la que España debe elegir su rumbo en determinados aspectos decisivos para el porvenir. Cuarenta y cuatro millones de españoles celebran estas fiestas religiosas y familiares con incertidumbre sobre el futuro inmediato del país.

Aunque España es un país de plena libertad religiosa no hay que olvidar que la Navidad es una festividad religiosa cristiana, que los españoles celebran como parte de su identidad. Cada español elige hoy libremente su confesión religiosa, pero en estas fechas se comprueba que el catolicismo es parte de la personalidad colectiva del pueblo español, y que no es concebible una España ajena a sus raíces cristianas. Otras aportaciones anteriores y posteriores configuran también el ser del país, pero ninguna como la religión del Niño de Belén une a los españoles y es capaz de marcar la vida de todo un pueblo.

El espectáculo de la Navidad debería mover a la prudencia a los defensores militantes del laicismo. España será lo que los españoles decidan, pero los españoles tienen una identidad histórica y religiosa contra la que resulta absurdo cargar. Ningún invento mediático actual lograría de las personas y de las familias que forman España la movilización que cada Navidad supone.

Navidad es la festividad por excelencia de la familia española, la hora de hacer balance del año, de los reencuentros y de los afectos más hondos. Es también el momento de que cada familia y el país en su conjunto recuerden a quienes nos han dejado a lo largo del año y a quienes en estas horas de felicidad se sacrifican por la seguridad y la libertad de todos. Nuestros soldados y marineros velan en armas, en medio de grandes peligros y olvidados por algunos políticos, desde las patrulleras en el Atlántico hasta los contingentes militares en zonas de guerra en Líbano y Afganistán. Policías y guardias civiles se enfrentan a la amenaza terrorista mientras garantizan la seguridad de las carreteras. Cientos de miles de trabajadores no están en estas horas con sus familias para que el país siga funcionando.

Todos ellos, presentes y ausentes, deben estar en el centro de esta Navidad de 2007. España, una realidad viva pese a los deseos de algunos, ha de recordar a todos sus hijos, y debe dejar atrás todas sus incertidumbres. Un gran país no puede poner en discusión su identidad continuamente, y la sociedad española, viviendo como vive la Navidad, da una señal muy clara de cuál es -sigue siendo- tal identidad. Para todos, unidos en paz y en libertad, ha de ser una feliz Navidad.

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de diciembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.