Por Pascual Tamburri, 27 de diciembre de 2007.
Miguel Sanz ha felicitado la Navidad a los navarros reconociendo que 2007 «no ha sido fácil», y explicando los vaivenes de la política foral pidiendo que «nadie confunda nuestra firmeza con rigidez, ni nuestra voluntad de diálogo con veleidades ni giros extraños». Santas palabras. Ahora, afrontando 2008 con la herencia de 2007, toca tomar más decisiones. Algunas, cruciales, se van a tomar en Madrid, naturalmente, y los distintos actores mueven en la capital sus fichas. Vistas las fechas, mejor sería decir que mueven sus figuras, porque lo que estamos montando en Madrid puede llegar a ser un belén.
El portal. PP y UPN siguen casados, pero en régimen de separación de bienes. Diario de Navarra (es decir, Dulanz) opina que «la estructura y capacidad mediática de un gran partido nacional como el PP estaban fagocitando consciente o inconscientemente la propia personalidad de UPN» y que ya «no cabrán malentendidos pasados» porque «un diputado o senador navarro participará cuando convenga a los intereses de UPN y del PP y no sólo del PP». Así que Miguel Sanz oportunamente habría «tratado de recuperar un espacio vital perdido en la última legislatura» refrendando «la autonomía e identidad de su partido» en medio de «voces de alarma en las filas regionalistas». Y es que «hay que tener voz propia en Madrid», dicen. Veremos.
El ángel. El diputado de UPN Jaime Ignacio del Burgo dijo a María Antonia Estévez sentirse «muy sorprendido» por la decisión de su partido de exigir a sus representantes en Madrid permiso para actuar en comisiones parlamentarias según el nuevo acuerdo electoral firmado entre UPN y PP el miércoles 19 de diciembre. «Es un error mayúsculo. Yo no lo haría en ningún caso porque creo que va contra lo más esencial de la personalidad del parlamentario que es su libertad de acción en la Cámara». Él sabe bien de qué habla, pero las cosas son así: el belén hay que montarlo con ese portal.
El arcángel. Del Burgo se despidió del escaño y de la actividad parlamentaria (aunque todo está por ver) con un regalo para el líder del PP, una estatua de los Fueros con la inscripción «A Mariano Rajoy, defensor de la libertad de Navarra». Pues sí, pese a quien pese: sólo la presión de un gran partido nacional ha impedido hasta ahora que Zapatero haga lo que en primavera parecía dispuesto a hacer. Un navarrismo – navarrero con horizonte en su propia boina podría estar bien para el reparto provincial de dádivas, pero es necesaria una vertiente nacional cuando lo que está en juego es la Navarra foral y española.
Los pastores. Que las cosas muy serias se deciden en Madrid lo saben hasta quienes lo niegan de palabra. Por eso es importante quién ocupa un escaño en Madrid, y más ahora que la retirada de Del Burgo obliga al Comité de Listas de UPN a proponer a su Consejo Político candidatos atractivos para el Congreso y el Senado. Candidatos que ganen las elecciones (y será complicado superar a Del Burgo con Aznar en el Gobierno) y que después se comporten. Por todos los medios, desde el Diario hasta el Sanifax, Miguel ya ha hecho conocer su candidato predilecto, Santiago Cervera. Pero hay que elegir cinco candidatos y los suplentes para el Congreso (aunque sólo dos con opciones reales, apostamos una caña) y tres y sus suplentes para el Senado. Esas personas tendrán una gran responsabilidad, pero visto el proceso de designación no todas las culpas si algo no va bien. Alguien deberá explicar qué va a pasar con el diputado Carlos Salvador, o por qué los alcaldes de Valencia y Madrid pueden ir al Congreso y encontrarse allí con Uxue Barkos pero no con la alcaldesa de Pamplona.
El pesebre. Yolanda Barcina sabe bien ese secreto: cerca de los pastores del belén está el pesebre. Más cara que un pesebre, aunque no más elegante en sentido estricto, fue su cena con el hostelero Antonio Catalán y la divina marquesa Agatha Ruiz de la Prada. Madrid es un gran pesebre, y allí se juegan todas las partidas a la vez, dinero, poder y ascenso social; Catalán lo sabe, y su amigo Fermín Elizalde –el smoking más llamativo de la Villa y Corte- también. Por eso, por la cercanía madrileña a los pesebres decisivos, todos los navarros nos gastamos un dinero en mantener en la capital a Salvador Estébanez, poniendo figuritas a gusto de quien manda. En locales institucionales –aunque los ágapes se hacen en Santo Mauro, mira qué casualidad- se ha gestado la neonata Asociación de Jóvenes Navarros en Madrid, destinada a promover un navarrismo políticamente correcto, rompiendo más que enlazando con la tradición navarra en la capital mantenida durante décadas por el Hogar Navarro en Madrid, la Asociación Cultural Navarra, la Real Congregación de San Fermín de los Navarros y las Comisiones de Navarros en Madrid.
Los pastorcillos de nuestro belén madrileño, a la espera de nuevos electos, son Borja Ezcurra, Juan Miguel Carreño, mi buen amigo Pedrito Tanco, Álvaro Ibáñez, Luisa Alli y otros tantos. Seiscientos según la prensa, y seguro que sí. Majos chavales, por supuesto. Pero según les ha dicho el Delegado del Gobierno de Navarra en Madrid «las personas hacen las cosas, pero las instituciones las hacen perdurar». Me permito dudarlo: los navarros en Madrid han sido capaces de defender Navarra en momentos decisivos porque no dependían de las instituciones públicas, ni de los negocietes privados, ni de ningún fondo de reptiles. Los navarros en Madrid han sido la vanguardia de la Navarra española cuando no necesitaban ni subvenciones ni directrices, y Javier de Lizarza ha dedicado toda su vida a demostrarlo. Por supuesto que Navarra se defiende en Madrid; pero no poniendo un costoso belén sino dejando que los navarros de principios –perdón por la palabra gruesa- hagan lo que siempre han hecho. El problema de hacer que todo dependa del Poder es que, cuando se pierda el Poder, quien lo ocupe colocará las figuritas del belén a su gusto, y ya no quedará sociedad civil que reaccione por sí misma.
2007 «no ha sido fácil», desde luego, y la muerte de Lizarza lo ha hecho especialmente triste. Pero aunque haya sido de agradecer la participación institucional en los funerales de este gran navarro sería mucho mejor que se honrase su memoria siguiendo su ejemplo: la dignidad de Navarra es más seria que los intereses personales de cada uno, y en 2008 Navarra va a necesitar una presencia en Madrid tan buena y sólida como sea posible. Lo cual es deseable, pero no necesariamente probable. Felices fiestas.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 27 de diciembre de 2007, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/belen-navarra-madrid-bueyes-mulas-pastores-angeles-77609.html