Con listas aprobadas así, Navarra queda fuera de los grandes debates

Por Pascual Tamburri, 19 de enero de 2008.

Hoy debería ser el día para reflexionar sobre la verdadera noticia y el auténtico protagonista de la semana, que no son ni Manuel Pizarro con su candidatura, ni Esperanza Aguirre con su prepotencia, ni Alberto Ruiz-Gallardón con sus ambiciones, ni Zapatero con su fracaso. En estas horas el centro del debate está en Benedicto XVI, en la invitación al Papa del rector Renato Guarini para hablar en la Universidad de Roma, en el rechazo de una exigua minoría de profesores materialistas y fanáticos, en la movilización de la izquierda radical a la sombra de la izquierda gubernamental y en el gesto de firmeza que se espera por parte de los ciudadanos libres, católicos o no. ¿Quién dijo tolerancia? No ciertamente los que presumen de ella: y esa es la noticia más importante de este fin de semana en Europa, junto a la elección del nuevo general de los jesuitas, porque revela las nuevas posiciones en una lucha que nos afecta a todos a largo plazo.

Pero el problema estructural de nuestra política local es que hace imposible pensar en debates profundos ni en decisiones a largo plazo. Mientras haya gente tan pueblerina como para medir la calidad de un político en el número de presencias en cenas, procesiones y festejos rurales, mientras la calidad de la información se evalúe en las exclusivas sobre la patata más grande de Fustiñana, mientras el «fulanismo» del que habla nuestro amigo José Javier Esparza nuble las mentes de nuestros políticos y enturbie sus decisiones, sus lenguas y sus bolsillos, Navarra estará fuera de las grandes cuestiones de nuestro tiempo. Que no son, no, las rutas ferroviarias ni la paguica que ingeniosamente daremos a las abuelas justo antes de las elecciones; pero para qué hablar de grandes cuestiones a personas que no tienen ni oficio ni preparación y para las que sólo existe el «aquí y ahora».

No digo yo, ni mucho menos, que los órganos directivos del PSN-PSOE (que disciplinadamente han elegido a Moscoso y a Chivite como candidatos: por cierto, ¿alguien sabe de qué trabajaban éstos antes?) y el Consejo Político de UPN estén compuestos de personas así. Pero lo cierto es que su manera de hacer las cosas y el debate miope, alicorto y carente de ideas están caracterizando la precampaña electoral.

Este viernes han sido aprobadas las listas oficiales de UPN para el Congreso y el Senado, sin novedad ni resistencia. Bien, es cierto que en el Consejo Político se pidió que el voto fuese secreto –signo de malestar, y también de normalidad democrática-, es cierto que los consejeros asistentes eran poco más o menos la mitad –señal clara de desánimo e inercia- y es cierto que sólo hubo un 20% de votos contrarios –esencialmente porque no había ni alternativa ni ganas de problemas a la madrileña-; pero el ambiente no es el mejor. La derecha va a ganar las elecciones en Navarra, pero va a hacerlo con una mezcla de candidatos que la representan y otros que están muy lejos de sus principios, designados más para paliar complejos que para traer votos, calidad o ideas. Es una lista ganadora porque lo que UPN presente en coalición con el PP de Rajoy es ganador, pero es difícil conseguir ilusión en las bases con estos modos, con una Caballero más en un cargo, cada vez lejos los ideales, cada vez más cerca los intereses y siempre ajenos a los grandes debates de nuestro tiempo.

Y sea como sea, que el 9 de marzo gane Rajoy, también en Navarra, a todos sus enemigos. También al PSOE, ojo, que nadie se olvide de que en estas elecciones, como en todas, cada voto al PSOE es potencialmente un voto contra la Navarra foral y española. Después vendrá el tiempo de un serio debate de ideas y de organización, y habrá que hablar de las cosas realmente importantes para nuestra gente, que piensa con la cabeza y siente con el corazón, no con la nómina ni con la cuenta de resultaditos.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 19 de enero de 2008, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/listas-aprobadas-navarra-queda-fuera-grandes-debates-78409.html