Cuerpo a cuerpo, lo único seguro es que las encuestas fallarán

Por Pascual Tamburri, 25 de febrero de 2008.

El PP se presenta en Navarra en coalición con UPN, y los intereses electorales del Gobierno de Navarra no son exactamente los de Mariano Rajoy. Lo que introduce dudas sobre el resultado.

La campaña electoral navarra es, como corresponde a nuestro tamaño real, pequeña y entrañable. Todos los candidatos se conocen, todos los jefes de gabinete y de campaña saben cómo piensan en la sede rival, y al final tenemos situaciones embarazosas como la de este fin de semana: los principales candidatos, sin haberlo pactado antes, han coincidido desde el mercadillo de Tudela a la fiesta de la tostada en el trujal de Arróniz. No es que esto sea un pueblo, ejem, pero somos bastante previsibles, incluso personas tan capaces, cultas y viajadas como Santiago Cervera, Juan Moscoso y Uxue Barkos.

Se van a aburrir unos de otros como ovejas, si esto sigue así, y casi convendría que convocasen mítines conjuntos y viajasen en el mismo coche, porque el resultado sería el mismo sólo que más barato para el contribuyente y más cómodo para los periodistas. Juntos a los actos «populares» e «improvisados», juntos a los medios de comunicación, suavemente juntos y con talante en los debates, intentando –ellos tres al menos- no exhibir aristas ni crispar a nadie. Lógicamente, con este panorama en tonos pastel, lo único seguro es que el interés y la participación bajarán.

Las encuestas acertarán en una cosa…

Lo dicen todas las encuestas, por cierto, y en el fondo es lo único seguro salvo que alguien haga o aproveche otro 11M. En cuanto a lo demás, los resultados electorales, me voy a permitir discrepar de las opiniones dominantes, sobre todo porque inmediatamente antes de 2004 lo hice, opinando por invitación de la Fundación FAES, y creo que al menos en cuanto a la verdadera novedad nacida entonces (Nafarroa Bai) he acertado bastante más que todos los que me llamaron entonces alarmista y se regodeaban en sus propias ensoñaciones estadísticas.

Tendremos más o menos un 75% de participación, y el resto es cuestión bastante sencilla de prever, sobre todo porque los partidos nos están diciendo, con palabras o con hechos, qué quieren todos que suceda. Al fin y al cabo no llegamos a medio millón de votantes potenciales y estamos hablando de cinco diputados y de cuatro senadores, y no nos hace falta una Facultad de Ciencias Políticas para ver cómo se reparten las cartas. Por cierto, el nivel de los profesionales que los distintos partidos dedican a este tipo de análisis revela, también, la modestia de la apuesta: pero de eso vamos a hablar con calma en marzo.

…. pero no se sabe qué va a pasar en Navarra

Va a ganar UPN, sí o sí. Perdón, UPN «en coalición con el PP». Objetivo declarado, tres diputados como en 2000. Ahora bien, con los números en la mano, no es un objetivo del todo real: no lo es porque está lejos de lo probable y sobre todo porque sólo puede obtenerse a costa de un hundimiento del PSOE. Es posible, sí, que Mariano Rajoy obtenga los mismos votos y escaños que José María Aznar aquí, pero si lo hiciese (al no haber trasvase de votos entre los abertzales y UPN) sería colocando a Nafarroa Bai como segunda fuerza, y eso es algo que en UPN suena a herejía. Pues bien, que conste y dicho queda: es improbable, pero es posible, y es el mejor objetivo de los de Patxi Zabaleta.

He mencionado a Zabaleta, que está tan discreto en la campaña como desaparecidas las ikurriñas de los mítines de Barkos. La auténtica incógnita –que ninguna encuesta aclara- es cuántos socialistas descontentos con la renuncia al poder foral y cuántos batasunos «ilegalizados» van a confluir en la papeleta de NaBai. A Barkos en todo caso le va a ir bien, y como esos dos datos difícilmente van a ser definidos por ninguna encuesta lo sabremos el día 9.

El PSOE tiene dos bazas en su campaña. Una es el tirón de Zapatero, que define nuestra categoría como país y me ahorro comentar, y otra es el apoyo menos que velado desde UPN. Todas las sugerencias desde el Gobierno de Navarra insisten en desear que el PSOE no tenga un mal resultado: y eso no pensando en La Moncloa, sino en la Diputación, y en los enjuagues veraniegos, cuya estabilidad depende de que nada cambie. La fiesta de Juventudes Navrras en el Soho, al final, terminó siendo una tribuna electoral más (eso sí, bien concurrida, gracias Sergio por las copas) en la que Miguel Sanz le dio unas lecciones a Rajoy en plan «si yo fuese candidato a la presidencia del Gobierno» y, claro, si «no ganase con mayoría absoluta», sin duda «pactaría con el segundo partido».

Y digo yo: si sabemos que transferencia directa de votos UPN sólo la tiene con el PSOE, por muy bien que queramos llevarnos con los socialistas, ¿de verdad conviene hacer esta campaña? Con el porcentaje de indecisos y la condición central del PSOE no lo creo, pero doctores (si fa per dire) tiene la Iglesia y en las urnas nos veremos. Hombre, a mi me resultó desagradable que Zapatero pudiese decir eso de que «Rajoy no está en las vallas en Navarra», y no me dio buena espina. Bueno, igual resulta que estas encuestas son estupendas y superfashion y aciertan, pero miedo me da, como en 2004.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 25 de febrero de 2008, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/cuerpo-cuerpo-unico-seguro-encuestas-fallaran-79980.html