Por Pascual Tamburri, 21 de marzo de 2008.
La renovación bien entendida empieza por uno mismo. En este tiempo de cambios se echa de menos un criterio cuando no existe y se agradece mucho cuando queda claro. Y como los cambios y las renovaciones son siempre de personas, aun cuando sean también de formas o de ideas, es reconfortante encontrar una voluntad inequívoca en la selección del personal: viendo los nombres no se dejan dudas sobre el camino que se quiere recorrer.
Mientras que en el PP de Mariano Rajoy las cosas están aún muy verdes, precisamente porque el presidente, candidato a la reelección, no ha dicho por quién quiere ser acompañado en su camino, en Navarra el Gobierno y UPN se van mojando en la selección de nombres, a medida que hay que cubrir huecos o resolver papeletas. Esos nombres, destinados a durar, revelan qué se busca para el futuro, qué perfiles humanos se consideran deseables y, por extensión, qué políticas se quieren ofrecer y cuáles, por el contrario, no se consideran oportunas.
Navarra decide su futuro en la cultura
El consejero de Cultura y Turismo, el doctor Juan Ramón Corpas, no ha tenido mandatos fáciles. Su capacidad, su formación y sus méritos no son negados ni siquiera por la oposición, pero ha tenido muchos adversarios enconados cerca y lejos. Su penúltimo problema, tras el follón artificial a cuenta de la exposición «Navarra un futuro entre todos», ha sido la dimisión de mi también amiga Camino Paredes, que abandona la Dirección General de Cultura para volver al Museo que dirige en Estella, dejando sobre la mesa papeletas como el nombramiento de un director para el Museo Oteiza. ¿Qué hacer? (y no, no me refiero ahora a la visita de un chatarrero a este último). Pocas noticias tan reveladoras como el nombramiento, sin duda avalado por el presidente Miguel Sanz en la próxima reunión del Gobierno, de Pedro Luis Lozano Úriz.
Lozano va a ser el director general más joven de este Gobierno autonómico. Pero ver su nombre entre los altos cargos de confianza es especialmente ilustrativo para los que hemos compartido con él desde autobús en el colegio hasta barra de bar en la universidad, para los que hemos asistido a las clases de su padre apreciando su talante a pesar de no compartir allá por los noventa su visión de la jugada internacional, antes de que se dedicase a los patronatos semipúblicos y antes de que Pedro (hijo) cumpliese el servicio social en excelente compañía. Todos hemos podido disfrutar del talento creativo de su tío, a pesar de que la plaza de la Paz no me ha gustado nunca y me reservo en esto una sarta de adjetivos. Los méritos y características personales y familiares de Pedro Luis ya le habían hecho obtener un cargo de confianza en el Ayuntamiento de Yolanda Barcina, además de otras colaboraciones en actividades públicas; su ascenso ahora confirma el estilo con el que los líderes de Gobierno y UPN quieren plantear los difíciles años que se nos avecinan.
Es siempre grato conocer bien a quien va a guiar una parte de nuestro futuro, y más en este caso tratándose de alguien tan cercano como para vivir a sólo una manzana de distancia o para haber corregido exámenes suyos siendo ayudante en la facultad. Es por ejemplo seguro que Lozano no olvidaría invitar a la inauguración de la villa romana de Arellano a Mercedes Unzu, que ha hecho posible su exhibición, y menos a Mª Ángeles Mezquíriz, que allí ha trabajado ejemplarmente como arqueóloga; y sabrá gestionar un personal veterano y experto como el que le va a estar ahora subordinado. Es tanto más grato cuando sabemos que las personas de esa hornada, desde Pedro Luis Lozano que va a batirse el cobre en el terreno cultural (que algunos seguimos considerando el esencial) y su hermana María que ya trabaja en Bruselas representando a Navarra hasta Pablo Ozcáriz que representa ahora, con el respaldo de las instituciones, la savia nueva en la Asociación Cultural Navarra en Madrid, son las que desde los vértices de la Comunidad se consideran mejores y más adecuadas.
Conociendo los nombres y las personas, conociendo además el adversario, sus metas y sus insidias, y conociendo la importancia que ellos sí dan a la cultura, no hace demasiada falta leer los futuros programas políticos: las grandes líneas son previsibles porque pueden leerse precisamente en las personas. Lo mismo pasará con Rajoy cuando revele sus nombres. Felicidades pues, Pedro, y mucho ánimo. Ni el puesto ni el momento son fáciles, y no serán desafíos los que te falten.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 21 de marzo de 2008, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/nombramientos-renovacion-empieza-cargos-confianza-81027.html