Por Pascual Tamburri, 21 de julio de 2008.
Fue la foto que La Zarzuela y la familia Suárez quisieron que fuera. Una excepcional operación propagandística que no puede ocultar cómo ciertos lodos vinieron de unos polvos ‘centristas’.
Cualquier tiempo pasado no fue mejor, y a veces olvidar no es el peor de los males. Quizás el olvido, aunque sea en el caso de Adolfo Suárez un terrible padecimiento, tenga alternativas peores. Por ejemplo recordar. Porque si el duque de Suárez ha olvidado, el Rey de España no lo ha hecho. Aunque a veces parezca que sí.
La imagen de la semana pasada fue la que Adolfo Suárez Illana y el equipo de comunicación de La Zarzuela quisieron: el Rey junto a Adolfo Suárez paseando en el jardín de su chalet madrileño. Un buen tanto propagandístico para ambos lados, a costa del ennoblecido político. A José Luis Gutiérrez la cosa le «sugiere una cierta y manriqueña evocación del tiempo pasado, del fin de una era». A mí me sugiere además un cuidado aprovechamiento de las situaciones por parte de personas e instituciones con graves problemas de imagen. Personas a las que conviene ahora la memoria socialmente mimada de Suárez (otra cosa es la historia real de sus años).
Para Fernando Ónega «a Adolfo Suárez se le venera a medida que la política de este país es la contraria de la que él practicaba». Qué mejor bálsamo para un aprendiz de hombre público de demostrada incapacidad, como su hijo, y para una Casa Real que últimamente ha cometido varios errores graves.
Cuando en 2007 se concedió el Toisón al duque de Suárez, en El Semanal Digital se dijo que «con sus virtudes y con sus defectos, el hombre del 15-J fue Adolfo Suárez, y el Toisón de Oro que acaba de serle otorgado no parece excesivo para sus méritos». El Toisón es una Orden dinástica de los duques de Borgoña y los reyes de España, que en el siglo XV se concedía por el ejercicio de muy especiales virtudes personales y que los Borbones convirtieron después en premio a la fidelidad (o utilidad) a su dinastía. Desde ese punto de vista las virtudes de Suárez son indudables.
¿Hay que añorar la época de Suárez o las maneras de hacer de éste? Es discutible, porque muchos problemas de hoy nacieron entonces o no fueron resueltos entonces. Estamos asistiendo a una beatificación en vida, una más, del hombre para quien el Centro era «el nombre que recibe la Derecha moderna». Seguramente el primer Soberano Gran Maestre de la Orden, Felipe el Bueno, no previó en 1429 este nuevo tipo de méritos –ni los democráticos ni los mediáticos- pero aquí estamos. Suárez y el anterior marqués de Mondéjar sí han servido a la Corona –en opinión de su poseedor actual-, mientras que Sabino Fernández Campo y un sacrificado cultivador de camelias se han quedado rezagados.
No creo que haya sido un error el Toisón de Suárez, porque si él no sabe ya y seguramente no supo nunca qué es el Vellocino de Oro tampoco lo saben los políticos sanos de 2008. Sí creo que es un error usar ahora una imagen social positiva para tapar errores y debilidades cada vez más evidentes.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 21 de julio de 2008, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/toison-perdido-memoria-entre-tintin-adolfo-suarez-85657.html