Zapatero y sus amigos deben una disculpa a las víctimas y al Ejército

Por Pascual Tamburri, 24 de septiembre de 2008.

ETA mató al brigada Luis Conde de la Cruz. Con él muere el ‘proceso de paz’ de Zapatero y se descalifican todos los que han colaborado o quieren colaborar con él. Salvo que pidan perdón.

Luis Conde no era miembro de una ONG ni de Juventudes Socialistas. Era un suboficial del Ejército de Tierra, muerto en cumplimiento de su juramento, víctima de los enemigos internos de la Patria que él defendía con su uniforme. Entre Santoña y la Academia de Artillería de Segovia, como ha informado El Semanal Digital, han acabado muchas cosas: se han acabado, sobre todo, algunas tonterías con los abertzales armados y con todos sus amigos de ayer y de hoy, directos o indirectos.

José Luis Rodríguez Zapatero es el presidente del Gobierno hace más de cuatro años. Durante aún más tiempo, ha sido el hombre capaz de coquetear con los asesinos nacionalistas vascos. La legislatura pasada ha sido la del «proceso de paz». La «paz» de Zapatero ha terminado en más muerte. Y además nos ha permitido conocer qué es en realidad este hombre y qué arriesga por consiguiente quien se acerque a él con ánimo de pactar cosas.

Hace unos meses, no muchos, para Zapatero y su equipo Arnaldo Otegi era un «hombre de paz», Iñaki De Juana Chaos era un caso humanitario y había que velar por sus derechos humanos, desde instituciones desconocidas se filtraban datos sobre las investigaciones policiales y judiciales, María San Gil era una «enemiga de la paz» y Mariano Rajoy un radical peligroso.

Sobre la mesa de Zapatero y ETA estaba todo: la liberación de los presos, la entrega de Navarra, la secesión. Lo mismo que ETA quiso siempre, y en Argel Felipe González lo pudo tener en mejores condiciones y no lo quiso, y José María Aznar mucho menos. Pero Zapatero, que sabía lo que se le iba a pedir, negoció con esa gente. Ahora esa gente le deja en su lugar: en ridículo.

El arrepentimiento y las disculpas son posibles y saludables

Manuel Ortega ha recordado en esta misma página que el otro día Iñaki Gabilondo aceptó que había cometido un «error» al haber creído en una salida pacífica, vía negociación, de la banda terrorista ETA. Si rectificar y enmendar los errores es de sabios, ahí tenemos un reto para todo el mundo progre: pedir perdón a quienes han sufrido sus insultos miserables durante años y dedicarse, mientras tengan el poder, a aplastar desde el Estado a sus antes compañeros de «diálogo». Y si no, queridos amigos, no hay arrepentimiento que valga.

Por eso, aunque es posible arrepentirse, tengo muchas dudas sobre que progres, separatistas y asociados vayan a hacerlo. ETA ha estado más cerca de ellos que el PP durante años. ETA ha sido un socio potencial y el centroderecha un enemigo seguro. La nación española un «concepto discutido y discutible» y Navarra una moneda de cambio: para todos ellos, no nos engañemos, para el PSOE como para lo que va quedando del naufragio comunista, para los meapilas del PNV como para los exbatasunos de Aralar. No basta que condenen un atentado, es preciso que enmienden sus errores, si es que realmente los consideran tales. Y no creo que hayan cambiado tanto.

No sólo Zapatero tiene pecado

En la misma Navarra hay varias pruebas de que seguimos donde estábamos antes de este asesinato. Zapatero está chalaneando el voto o la abstención de Nafarroa Bai a los Presupuestos Generales y eso que Uxue Barkos pertenece a una coalición que en el Parlamento de Navarra no ha condenado el atentado porque no acepta la ilegalización de Batasuna-ETA. Como dicen en mi pueblo, y con perdón de Rafael García Serrano, «con dos cojones». Los mismos que, ya sin perdón, hacen falta para votar cualquier cosa con Zapatero, sean Presupuestos o sean lo que sean. La barrera que impidió en 2007 a Zapatero un pacto con la tribu abertzale fueron los miles de banderas españolas en las calles de Pamplona del mes de marzo, con Mariano Rajoy allí por cierto. Y el resto son cálculos miopes, que causarán dolor en el futuro y que sólo se explican por los complejos progres.

Progres, sí: el virus progre que hace aceptable negociar con esa gente, el virus progre que hace que en muchas salas de profesores navarros se vean caras raras y hasta cosas peores cuando alguien llama por su nombre de malnacidos a estos asesinos. La tarea de hoy no es pactar con Zapatero, sino hacer examen de conciencia y después anular todos los nombramientos y privilegios de presentes, pasados o futuros socios de ETA. El brigada Conde y la bandera que besó no merecen menos. El hijo del caído ha dicho lo contrario que Zapatero y que cualquiera de sus amigos: «ETA no se va a salir con la suya nunca, jamás». Punto.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 24 de septiembre de 2008, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/zapatero-amigos-deben-disculpa-victimas–87695.html