Navarra entre dos tormentas y ante un abismo innecesario

Por Pascual Tamburri, 7 de octubre de 2008.

UPN se ha proclamado soberana, en palabras del presidente Miguel Sanz. El primer paso de la recordada soberanía sería ayudar a Zapatero. Puede ser legal y legítimo, pero ya no es bávaro.

El domingo 28 de septiembre, mientras Navarra y el resto de España seguían entre dos tormentas, un terremoto hizo temblar Europa Central. Una de las tormentas es grande, inevitable y responsabilidad (aunque sea por su importancia) de José Luis Rodríguez Zapatero. Otra es menor, periférica pero simbólicamente importante y responsabilidad (por su desarrollo) de los políticos navarros. Una Navarra en la que durante décadas se ha hablado de un «modelo bávaro» para la prefundación de UPN y para su posterior vinculación al PP. Una Baviera en la que, ese mismo domingo, la CSU, modelo de UPN, perdió su histórica mayoría. ¿Será sólo un terremoto lejano o un anuncio de cómo terminarán la tormentas?

Baviera no es Navarra, y podemos acabar peor

Cuando llegó la Transición los partidos políticos europeos, y en especial los alemanes, apoyaron a los partidos españoles. Bien lo saben en el PSOE de «mi amigo Willi» y de «mi amigo François«; bien también, pero sin condenas de por medio, en AP. Y no menos en la derecha navarra.

Cuando llegue el momento escribiré en detalle sobre este asunto, con nombres, fechas y números que no soy el único en conocer. Alianza Foral Navarra primero y Unión del Pueblo Navarro después nacieron como partidos de derecha católica, moderna pero firme en el rechazo de algunos principios que la UCD constituyente dejó en el aire, desde la posibilidad del aborto al riesgo de una anexión abertzale. Era lógico que la CSU bávara de Franz Josef Strauss apadrinase con ideas y con más cosas el intento, y que pasadas las ínfulas ucederas se llegase a un acuerdo exitoso entre la derecha nacional y la derecha provincial. De facto, desde 1982, UPN ha sido a AP-PP lo que la CSU a la CDU. Con un matiz: hasta que José María Aznar lo decidió hubo, también, una AP-PP en Navarra.

La CSU se ha dado un batacazo histórico. La improvisación centrista de Erwin Huber y su meta economicista de «situar claramente a Baviera entre las cinco regiones más desarrolladas del mundo», dejando a un lado bases patrióticas y tradiciones regionales, ha supuesto la pérdida de una mayoría absoluta casi perpetua. Ciertamente Strauss y Edmund Stoiber pretendían ser menos light, pero ganaban sin discutir jamás la lealtad del partido y de la región a la nación y a su líder nacional. Estuvieron a punto incluso de llegar a la cancillería federal.

UPN nunca ha pretendido tanto, y de hecho no ha tenido ni siquiera ministros en la democracia española. Más aún: sólo ha tenido mayorías absolutas cuando se ha presentado con la sigla del PP, y en elecciones nacionales, con José María Aznar en los carteles (importante: ni las tuvo sola UPN ni las tuvo con el «centro» suarista). Diferencias importantes que no hacen sino agravar la comparación. Si en Baviera están así, ¿qué no podrá pasar en Navarra?

La tormenta del presupuesto, un tormento para los políticos profesionales

De momento lo único seguro es que estamos en crisis. Y que los Presupuestos Generales del Estado pueden ser o parte del remedio o parte del problema. Mi presidente Miguel Sanz ha dicho que UPN y el PP están «juntos pero no revueltos», y que puesto que él defiende el interés de Navarra y el de UPN, y no el del PP, podrá negociar con el PSOE un apoyo o abstención a los presupuestos de Zapatero y un respaldo del PSN a los presupuestos del mismo Sanz.

El consejero de Economía de UPN, Álvaro Miranda, dijo ya que los Presupuestos de Zapatero son «aceptables», y aunque se quede en «tolerables» la idea es la misma. Exactamente lo contrario piensan los aliados centristas escindidos de UPN, ya que Andrés Burguete, del CDN, ha dicho que los Presupuestos son «absolutamente decepcionantes para Navarra». Y los abertzales hace un año dialogantes con Zapatero y el PSOE opinan con Uxue Barkos que son «insuficientes» (¿volverán a «dialogar» dentro de un año o será dentro de dos?). En suma, una pelea de patio de colegio exactamente en el peor momento para la gente normal.

Los Presupuestos soy una Ley del Estado, como tal votada por los diputados y senadores que encarnan la única soberanía española, la de la nación. Cada región, cada partido y cada persona podrán opinar según sus intereses sobre esa Ley, pero son los diputados y senadores los que deciden. Ante una crisis deben valorar, al final, si Zapatero hace lo correcto o no, y punto.

Evidentemente hay mucho en juego con cada voto, y a Sanz no se le puede acusar, como él mismo ha recordado, de mero «apego al sillón». No, no: las cosas son más complicadas que un solo sillón (y diga lo que diga Roberto Jiménez, Rajoy puede ganarse honradamente la vida fuera de la política mejor que en ésta, cosa que no todos pueden decir en Navarra, en cambio) o que un solo voto. Pero al final estamos navegando en medio de tormentas hacia un más que probable terremoto. ¿A usted le apetece? A mí no. El viernes veremos.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 7 de octubre de 2008, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/navarra-entre-tormentas-ante-abismo-innecesario-88165.html