¿Y por qué no Marruecos? Porque allí sólo empeora la crisis española

Por Pascual Tamburri, 18 de diciembre de 2008.

La desesperación de los analistas financieros lleva a proponer Marruecos como destino de más inversiones españolas. Pero una Caja de Ahorros no puede tirar piedras contra su propio tejado.

Javier Paredes y Javier Somoza son analistas financieros internacionales dentro de Viálogos Consultoría Corporativa. Se trata de una empresa respaldada por Caja Navarra, y cuenta por tanto con el aval del Gobierno de Navarra. También con la responsabilidad social añadida de servir al pequeño ahorrador navarro, pero a eso llegaremos luego. El hecho es que Paredes y Somoza se acaban de preguntar públicamente «¿Y por qué no Marruecos?», proponiendo nuestro vecino norteafricano como destino seguro y atractivo de los ahorros en tiempos de crisis.

Su propuesta es razonada y razonable: creen que Marruecos es fiable, que su comercio, su agricultura, su pesca y su construcción están en pleno crecimiento. Argumentan además que el recién aprobado estatuto de asociación avanzada entre la Unión Europea y Marruecos garantiza el crecimiento magrebí y asegura la estabilidad de las inversiones allí derivadas. Su pregunta y sus argumentos merecen una respuesta, y más aún desde Navarra.

¿Por qué no Marruecos?

Marruecos no tiene ni una economía libre ni una sociedad libre ni un régimen político libre. Es la asociación a la UE la que proporciona el crecimiento y no al revés, de manera que es capital europeo el que financia la expansión marroquí y son empresas españolas las que sufren la competencia de las marroquíes en la medida en que se abren las fronteras. Con una diferencia importante: la mano de obra, el régimen jurídico, la propiedad inmobiliaria y en definitiva el conjunto de lo que es Marruecos compite en condiciones de absoluta ventaja con nuestros empresarios y con nuestros trabajadores. Mientras que Marruecos crece con nuestros recursos se niega a aceptar un marco político, social y económico comparable con el nuestro.

Ya que la empresa de los dos analistas depende de Navarra y promociona este tipo de inversiones en Navarra y desde una Caja que preside el presidente del Gobierno de Navarra vamos a explicarlo en términos navarros. Cuando usted invierte en una conservera marroquí contribuye por un lado a sostener una monarquía teocrática autoritaria y una sociedad premoderna, y por otro a que las conserveras de Mendavia, San Adrián o Azagra vendan menos. Cuanto más invierta usted en Marruecos peor irán las cosas en Navarra, y sin contrapartidas.

Se ha dicho que el dinero no tiene Patria. Quizás no la tenga el dinero privado de algunos, pero sí la tienen el dinero público y las instituciones de gestión pública como Caja Navarra. Si usted aprueba el régimen político marroquí, su Código Penal, su imposibilidad legal de predicar el cristianismo, su confesionalismo, su represión de los bereberes, su expansionismo militar contra sus vecinos y su invasión impune del Sahara Occidental, invierta usted en Marruecos. Si usted aprueba la exportación masiva de drogas y de inmigrantes ilegales hacia España, si usted piensa que es mejor fomentar los servicios, el turismo, la agricultura y la industria fuera de España, si usted cree que el mejor lugar para nuestras empresas es el Marruecos de Mohamed VI, invierta usted en Marruecos. Eso sí: si usted opina eso dígalo con claridad, y si no lo opina dígalo con aún más claridad. No todo vale en economía, y menos aún desde una Comunidad para la que, colectivamente, este Marruecos de 2009 es más un problema y un competidor neto que una oportunidad de inversión.

Quizás pueda ser un excelente negocio a título personal, claro, y eso ya lo inventó José Solís Ruiz, la sonrisa del franquismo, el del tomate frito y el de la vergüenza del Sahara. Que tuvo su precio y que no debemos repetir, ni como navarros ni como españoles.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 18 de diciembre de 2008, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/marruecos-porque-alli-solo-empeora-crisis-espanola-90952.html