Por Pascual Tamburri Bariain, 17 de abril de 2009.
Jesús Neira ya está en su casa. Un héroe del siglo XXI arriesgó su vida y perdió su salud defendiendo a una mujer maltratada. Y la ministra de Igualdad tuvo que coincidir con la presidenta.
Jesús Neira ya está en su casa. Un héroe del siglo XXI arriesgó su vida y perdió su salud defendiendo a una mujer maltratada. Y la ministra de Igualdad tuvo que coincidir con la presidenta.
Javier Esteban, Diario de Jesús Neira. El hombre que dijo basta. Un testimonio escrito con la colaboración de Jesús Neira. Temas de Hoy, Madrid, 2009. 224 pp. 16,50 €
Tras 56 días de hospital, Jesús Neira volvió a su casa el jueves 16 de abril. Su caso señala todas las contradicciones de nuestra época, en la que la mujer maltratada, teóricamente hiperprotegida por la Ley, puede terminar defendiendo al maltratador y acusando a su defensor de «meterse donde no le llamaban».
Uno de los elementos ideológicos más discutibles del zapaterismo es la imposición del igualitarismo. En cambio, una de las políticas más apreciadas por los españoles de todas las ideas durante los últimos años ha sido la lucha contra la llamada «violencia de género». El nombre es desafortunado, oculta parte de la verdad y se debe seguramente al igualitarismo radical de nuestros gobernantes; pero nadie discutirá que la violencia dentro del matrimonio o de las relaciones de pareja es un mal en sí misma y en la medida en que crece como consecuencia del cambio social y cultural que vivimos debe ser combatida con todos los medios posibles. Incluir dentro de esos medios la ideología igualitarista es una trampa, pero denunciar la trampa no puede significar nunca matizar la tolerancia cero contra los agresores. Sean quienes sean.
Mientras el Gobierno disponía medidas discutibles, se hacía propaganda con ellas y gastaba dinero público sin fruto en medio de una crisis que negaba hubo un español que plantó cara a la agresión. El 2 de agosto de 2008 el profesor Jesús Neira, que no es un hombre de izquierdas ni comparte –ahí está su obra escrita- los presupuestos básicos del zapaterismo, salió en defensa de una mujer, Violeta Santander, agredida por su hombre, Antonio Puertas. Neira fue golpeado, y ciertamente era consciente de los riesgos que corría interviniendo. Pero no se limitó a denunciar lo que estaba sucediendo, sino que, español como los de otros tiempos, trató de defender a una mujer aparentemente en apuros.
Como consecuencia de los golpes recibidos, y quizás de una mala atención médica pública, el profesor Neira entró en coma, su vida ha corrido peligro e indudablemente ha cambiado aunque la ha salvado. El periodista Javier Esteban, amigo de Jesús Neira, ha redactado para éste y siguiendo sus indicaciones y su relato, un diario de sus vivencias en torno a unos sucesos que siguen conmocionando a la sociedad española. Temas de Hoy ofrece el que está siendo ya un best seller, sobre todo porque no se limita a contar algo que todos hemos visto y leído ya, sino porque lo hace en un tono estrictamente personal y da las razones de aquellos hechos.
Mientras Neira prosigue una rehabilitación larga y difícil, los españoles tienen que saber que su caso pone en evidencia muchas de las contradicciones de nuestra sociedad. Si Neira hubiese actuado de un modo políticamente correcto y no hubiese intervenido en persona la agresión habría continuado, y no sabemos con qué resultados. Si los servicios sanitarios hubiesen funcionado perfectamente quizás los daños recibidos habrían sido menores. Si las cosas fuesen sencillas la agredida no habría salido en defensa del agresor y contra su defensor, planteando un interesante conflicto de derechos y libertades que tendrán que resolver a un tiempo jueces, políticos y pensadores. Quizás la más notable coincidencia es que Neira sea precisamente uno de los pensadores en condiciones de resolver esa contradicción absolutamente moderna y postmoderna, totalmente hija de nuestro tiempo y para nada, como la misma, creciente y despreciable «violencia de género», herencia de otros tiempos. Tiempos pasados tuvieron problemas quizás mayores, pero nunca nada similar a esto.
¿La «igualdad» ideologizada puede implicar una protección mayor de los derechos de las personas de un sexo? ¿No es la imposición de una nueva desigualdad? ¿La libertad incluye el derecho a elegir ser víctima? ¿La dignidad de una persona de bien –antes habríamos dicho un caballero o un hombre de honor- es compatible con la mínima tolerancia de una violencia contra alguien físicamente más débil, como era en este caso y suele ser en muchos la mujer? Las preguntas pueden seguir y leer a Neira en la pluma de Esteban es un ejercicio necesario para quien no quiera reducir sus opiniones a los lugares comunes de la propaganda. Es muy importante para comprender la importancia del caso y del libro que éste fuese presentado en Madrid, conjuntamente, por dos personas con distintas visiones y distintas cuotas de responsabilidad, como fueron la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. Quizás sea un signo de los tiempos, y quizás éstos sean mejores en el futuro.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 17 de abril de 2009, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/hombre-honor-puso-acuerdo-bibiana-aido-esperanza-95345.htm