Crisis económica: ¿y si la solución está en Europa y la agricultura?

Por Pascual Tamburri, 31 de mayo de 2009.

Elena Espinosa dirige el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. España no tiene Ministerio de Agricultura, caso único en Europa. Así nos va, y peor desde las elecciones.

La agricultura es un tema de eterno debate político en tiempo de elecciones europeas. La Política Agrícola Común ha supuesto una gran parte de los Presupuestos de la Unión a lo largo de las últimas décadas. Para muchos analistas, que se guían por las grandes cifras y sus apariencias, es un gasto excesivo en un sector económico que no es desde hace mucho el principal. Para algunos liberales es un caso de evidente ineficiencia del sector público. Para muchos políticos, considerando el escaso peso electoral de los agricultores y ganaderos, el desprecio hacia la agricultura empieza a ser una opción interesante.

Uno de los casos más evidentes de ese creciente desdén hacia los agricultores y los ganaderos es el español. Nuestro país no tiene ya ni siquiera Ministerio de Agricultura, ya que Elena Espinosa dirige una especie de engendro en el que lo esencial no ya la producción sino la conservación de no se sabe bien qué. Y sin embargo la Unión Europea, nuestra experiencia histórica y nuestros intereses económicos van en una dirección bien distinta.

La PAC es, aunque resulte escandaloso, la historia de un éxito. Con la planificación común de la producción de alimentos y con su subvención no se ha negado la libertad económica esencial de los europeos. El resultado de que el mercado agrícola no haya sido liberal durante décadas ha sido que Europa ha conseguido volver a una autosuficiencia alimentaria que abandonó durante las décadas más librecambistas del siglo XIX. Durante las dos guerras mundiales los europeos pasaron hambre; la PAC fue concebida por hombres que habían vivido esa experiencia y querían evitarla en el futuro. El problema ahora mismo es más bien que ni nuestros políticos, ni nuestros periodistas ni nuestros economistas tienen hoy presente esa causa de la intervención pública en la economía.

No tener una política agrícola y abrir sin límites nuestros mercados a la producción extranjera es tanto como dejar en manos de grandes productores internacionales nuestra seguridad alimentaria. No cabe duda de que la PAC puede ser modernizada, de que se pueden eliminar sus errores y aberraciones y de que los agricultores deben tener más voz en su futuro y los burócratas menos. Pero tener una agricultura potente no es algo que afecte sólo a los agricultores. Todos comemos, todos vestimos, todos nos calentamos; y aunque en cada una de esa necesidades podemos ser más austeros no se trata de consumos prescindibles. Europa acertó con la PAC y el debate en curso ante esas elecciones no debe ser si suprimir la PAC sino, más bien, qué PAC debe tener Europa porque no tenerla sería exactamente como no tener Ministerio de Agricultura: un brindis al sol y una apuesta por la dependencia.

Hay, sin duda, grandes tonterías en curso en nuestra política agrícola. Por ejemplo la apuesta propagandística por unas energías renovables nunca bien definidas, jamás bien analizadas y colocadas además en pocas y sospechosas manos. Pero necesitaremos siempre tener una agricultura eficiente y suficiente. España y Europa no pueden permitirse no tenerla, del mismo modo que no pueden renunciar a que todas sus comarcas y regiones estén pobladas y activas. Hay en la agricultura grandes metas que alcanzar y mucho por hacer. Y precisamente en tiempo de abierta recesión es más interesante invertir recursos en una actividad productiva que dilapidarlos en planes propagandísticos sin más futuro que las elecciones (ya Keynes dejó clara la diferencia entre la mera expansión de la masa monetaria y la inversión productiva). El PP dio un excelente ejemplo de intervención pública en el medio agrícola al financiar el Canal de Navarra; la crisis hoy en Navarra sería mucho más grave sin esa iniciativa. Del mismo modo, y para el futuro, lo que debemos pedir a nuestros políticos es una PAC mejor, no una supresión de la PAC. Y si Espinosa no escucha habrá que pedirlo en Bruselas, votando en consecuencia.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 31 de mayo de 2009, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/crisis-economica-solucion-esta-europa-agricultura-97084.html