González-Sinde, incompatible con la cultura y cáncer de ZP

Por Pascual Tamburri, 1 de julio de 2009.

La ministra de Cultura no deja de causar problemas. Enemiga de la libertad en la Red, llegó al Gobierno cargada de dudas y a punto estuvo de hacer saltar a Zapatero.

En abril de este año nadie esperaba que José Luis Rodríguez Zapatero cesase a César Antonio Molina y nombrase a Ángeles González-Sinde ministra de Cultura. Era conocida su buena relación personal, y su condición de presidenta de la Academia de Cine le daba una relevancia pública indudable. Pero Molina no lo había hecho mal, y no se esperaba que Zapatero llegase tan lejos en su adulación al clan de los Bardem y a la SGAE. Porque eso y no otra cosa –peloteo a los propios- fue el nombramiento de González-Sinde por ZP.

No cabe duda que este nombramiento, como otras medidas de ZP, miraba más hacia sus más fieles que hacia los ciudadanos de a pie. Nombrar a una persona implicada en el sector garantizaba al Gobierno el apoyo de la izquierda más radical dentro de los titiriteros. Evidentemente habría de tener un coste –por ejemplo una mayor lejanía de los internautas- pero Zapatero está ya jugando a no perder más que a ganar. Y del interés general ni se habla, por supuesto.

Pero precisamente González-Sinde le puso desde el principio ante un problema de incompatibilidades entre los deberes de Gobierno y los intereses particulares. Tres días después de ser nombrada la ministra planteó al presidente la posibilidad de una dimisión. La razón, los cargos desempeñados en la empresa privada, precisamente en compañías que dependen del ministerio de Cultura y de sus subvenciones.

La papeleta es mala para la ministra y peor para el presidente. Si la ministra ofreció retirarse y se le rechazó la dimisión será porque ella entendió que había motivos para no seguir en el cargo. Exigencias políticas aparte, esos motivos siguen sobre la mesa, y sólo es cuestión de tiempo que alguien saque los trapos sucios, como ya le ha pasado a Chaves. El mayor afectado será Zapatero, con un Gobierno que se le deshace en las manos y una brecha abierta en el punto menos esperado.

González-Sinde llegó para dar a los titiriteros un premio y un estímulo pensando ya en futuras campañas electorales. Un nuevo caso de incompatibilidades sólo servirá para que se descalifique aún más política cultural sectaria de este Gobierno y en especial su obcecación talibán en las tasas contrarias a la libertad. Los límites a Internet, los impuestos a las televisiones y en general los privilegios dados a la minoría progre frente a la cultura popular real no son un camino fácil. Si encima la protagonista de la aventura tiene dudas sobre la legalidad de su pripa posición, imagínense ustedes. Veremos grandes cosas antes de que González-Sinde salga del ministerio. Un ministerio que, por cierto, bien se podría suprimir o refundir para recortar gastos, ya que estamos en crisis. ¿O no ha llegado aún esa noticia a la SGAE?

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 1 de julio de 2009, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/gonzalezsinde-incompatible-cultura-cancer–98178.html