Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de julio de 2009.
George Szpiro y Ian Stewart nos dan todas las razones para entender y amar la asignatura más odiada de la ESO y el Bachillerato: unas Matemáticas sin las que no podríamos vivir.
Ian Stewart, Cartas a una joven matemática. Traducción de Javier García Sanz. Crítica – Drakontos Bolsillo, Barcelona, 2009. 232 pp. 9,95 €
George Szpiro, La vida secreta de los números. Traducción de Francisco Bermejo. Almuzara, Córdoba, 2009. 224 pp. 16 €
El profesor Ian Stewart no es un desconocido para el público español. Aparte de sus trabajos de investigación –que a menudo no se traducen del inglés, por ser ésta la lengua de la comunidad científica- se han publicado numerosas obras de divulgación, como La cuadratura del cuadrado y otras curiosidades matemáticas del gabinete del profesor Stewart, Historia de las matemáticas en los últimos 10.000 años, El laberinto mágico, Cómo cortar un pastel y otros rompecabezas matemáticos, Locos por las matemáticas, ¿Juega Dios a los dados?, Belleza y verdad. Una historia de la simetría y De aquí al infinito. Las matemáticas de hoy. En este caso Crítica nos ofrece, en la edición de bolsillo de Drakontos, la traducción de Javier García Sanz de las Cartas a una joven matemática.
Cada vez menos estudiantes universitarios eligen las ciencias o las letras puras. Stewart, como matemático, lo sabe, y en este libro trata de explicar a una alumna o futura alumna la importancia de su materia. Nótese que no intenta sólo hablar de la utilidad concreta de la disciplina y la relación entre matemática «pura» y «aplicada», sino que expresa con intensidad la pasión por el saber.
Las cartas de Stewart a la imaginaria Meg no son el intento de un profesor moderno de ofrecer una salida profesional «útil» a una joven. Es un esfuerzo por hacer ver todas las dimensiones del saber matemático, con su atractivo, con sus dificultades, con sus múltiples vertientes y, además pero no esencialmente, con su utilidad práctica.
Tarea fundamental de padres y profesores es orientar a los jóvenes al terminar los estudios secundarios. Durante las últimas décadas han triunfado en esos consejos las suposiciones de»utilidad», y los mejores alumnos han sido enviados según sus cualidades y salvo una clara vocación a cursar estudios técnicos, económicos o jurídicos. ¿por qué alguien dotado para las matemáticas o aficionado a ellas «debe» optar por las «útiles» arquitectura, ingeniería o ciencias económicas? Por un claro prejuicio social, que hace que tengamos menos matemáticos (por ejemplo) incluso de los necesarios. Déficit de matemáticos, exceso de jóvenes frustrados en pos de la «utilidad» .
Stewart plantea las cosas de otra manera, quizás con un cierto sentido anglosajón del humor. Quien quiere no ya razones para estudiar matemáticas sino instrumentos para entenderlas y argumentos para dejar que las estudie libremente quien quiera, tiene aquí un libro que debe ser leído. ¿Uno en cada Instituto? No estaría de más.
Matemáticas para vivir
Ian Stewart cree que «las matemáticas son una de las actividades humanas más vitales, pero también una de las menos apreciadas, y la menos comprendida». Tal es la posición del científico y del profesor. Otro científico de formación, pero divulgador y no investigador, George Szpiro, resuelve el problema con un humor de otro tipo.
Almuzara acaba de publicar La vida secreta de los números, de Szpiro, un libro en el que se trata de plantear la gran contradicción de la cultura occidental. Nuestro conocimiento matemático no tiene equivalente en la historia, las ciencias de base matemática se han desarrollado entre nosotros como en ningún otro momento, y sin embargo el saber matemático es entre nosotros asunto de especialistas y no una parte de la cultura superior a pleno título. Toleramos con naturalidad que nuestros personajes públicos ignoren el lenguaje matemático, pero consideramos ridículo que comentan faltas de dicción o de ortografía. ¿No es curioso?
Szpiro plantea de manera amena cómo nuestra vida tiene una base matemática, cómo las matemáticas nos rodean y cómo la misma historia de las matemáticas occidentales está ligada a la vida de nuestros países y a la resolución de problemas intelectuales o prácticos. Las matemáticas dan miedo al joven estudiante, al menos tal y como se suelen enseñar, pero son en realidad tan reales y tan divertidas como se quiera. Szpiro recurre a infinidad de anécdotas jocosas para recordarnos un hecho que los autores de los últimos cinco Bachilleratos españoles han ignorado. No hay fronteras en el saber, y dividir «ciencias» y «letras» es tan arbitrario como negar a los «científicos» el acceso al latín y a los «letrados» el acceso a las matemáticas. Szpiro nos hace sonreír ante nuestra impotencia, que otros sistemas educativos impiden; como lo impedía, por supuesto, el bachillerato de 1938, del que se podrán decir muchas cosas pero no que tratase las matemáticas peor que el actual.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 24 de julio de 2009, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/odia-usted-matematicas-hace-falta-clase-particular-98909.htm