Por Pascual Tamburri, 19 de octubre de 2009.
Arrolladora, imparable, sonriente. Una masa de españoles llenó Madrid el sábado 17 para dejar claro que una sola vida humana vale más que todas las miserias de todos los políticos.
«Por la vida, la mujer y la maternidad». Cientos de miles de voces con mucho más que un lema. Madrid fue el sábado una sorpresa. Pueden ustedes intentar contar, pero no lo conseguirán. Simplemente muchos. Además, pese a la propaganda progre, nada enfadados, crispados o llorones. Y pese a los temores más cercanos el ambiente no era de mera nostalgia o de integrismo.
Todos, desde Hazte Oir al Foro Español de la Familia pasando por Cristina López Schlichting, acertaron en el tono. La manifestación más grande de esta legislatura no se hacía ´contra´ algo, sino ´por´ algo. Para estar contra Zapatero hay muchas razones, y su reforma de la Ley del Aborto es seguramente la mejor. Pero los españoles demostraron el sábado que, sobre todo, están a favor de la vida. ¿Alguien dirá que no? Difícilmente. Por eso la izquierda sembradora de complejos rehuye el núcleo del asunto: porque sólo una minoría fanática acepta que sea bueno eliminar un ser humano. Los que hoy defienden el aborto como derecho ayer defendían el Gulag y mañana pedirán la eliminación de vidas «indignas» (eutanasia activa, eliminación de «estorbos», ¿si se abre la veda dónde está el límite?).
«Cada vida importa». ¿Se puede negar eso? Negarlo abre la puerta a cualquier supresión de vidas, porque ontológicamente nada cambia entre el día 1, el día 14, la semana 14, el año 14 o el año 94. Si es un ser humano lo es siempre, o no lo es. Y no es una cuestión religiosa. ¿Puede suprimirse una vida? Sí, pero sólo para salvar otra u otras: es lo que en la civilización occidental se llama legítima defensa. Y de ese debate los progres vienen escapándose desde la Transición. La manifestación del 17 de octubre los ha atrapado, y ahora tendrán que responder.
No fue una manifestación política, pero los políticos opinan
Yo me alegro mucho de que hubiese abundantes navarros y vascos en Madrid. Me da exactamente igual con qué siglas estuviesen unos y otros, porque no son los partidos sino las personas quienes pueden tener principios y ser coherentes. Es bueno que el presidente del Partido Popular de Navarra, José Ignacio Palacios, la aspirante a la presidencia, Nieves Ciprés, y el representante navarro en el Congreso de los Diputados, Santiago Cervera, estuviesen allí. Algo querrá decir sobre las convicciones de los hombres y mujeres del PP que, cuando las cosas se plantean en términos positivos –a favor de la vida, de la familia, de la libertad, por ejemplo- el consenso sea amplio y sólido. ¿Matices? Todos los que ustedes quieran, como es propio de personas libres en un partido plural. Pero son eso, matices. Por cierto, allí estuvo María Dolores de Cospedal, sonriente pese a la campaña de prensa que la hacía contraria a la manifestación. Rajoy será el único que pueda hacer una oposición parlamentaria con éxito a este invento ya que para él la nueva Ley «no es necesaria» y que «divide a la gente».
Pese a no ser un acto público navarro ni un acontecimiento navarro –aunque la Fundación Leyre lo promovió como tal- los hermanos separados de UPN hicieron un esfuerzo extra para que su presencia en Madrid se notase. Al fin y al cabo Carlos Salvador fue elegido diputado con el mismo programa que Palacios y Cervera, aunque luego cambiase de Grupo. Es verdad que a veces los amoríos públicos con el PSOE nos lo hacen olvidar, y que UPN intercambia votos con el PSOE que preside la crisis económica que antes negaba, que se enfrenta a los abertzales a los que antes jaleaba y que amplía, ay, el aborto que a nadie puede parecer un bien. Tengo la impresión de que UPN se aferra a la defensa de la vida como a uno de los puntos en los que puede discrepar en público de sus ahora socios del PSN-PSOE. Y con la vista puesta en 2011, en las encuestas y en el PPN es lógico que UPN quiera dejar claro que también estuvo allí. Aunque estuviese la gente del PP. No seré yo quien se queje.
Lo que todos podemos hacer, con o sin ley
Cierto es que Navarra no tiene capacidad de vetar o no aplicar la ley genocida con la que nos amenaza Zapatero. Pero sí es verdad que tiene amplia capacidad reglamentaria, administrativa y de gestión para que todas las leyes se apliquen estrictamente en territorio foral. Muy estrictamente. Y se puede apoyar sin restricciones a los grupos que ayudan a las madres a no abortar. ¿Puede UPN hacer eso ahora o tendrá que lanzar la idea el PPN dentro de un año? Diría algo parecido sobre la normativa civil del matrimonio, pero ahí las cosas serían aún más sencillas (queriendo), ya que el matrimonio en Navarra depende de un Fuero Nuevo manifiestamente violado. Otro día se lo cuento, que no faltarán progres de todos los partidos que se escandalicen con la cosa.
Los que faltaban y sus amigos
Hay en Navarra un partido de raíz católica, confesional, que aún exhibe cuando y para lo que le conviene. Es el PNV. Pero el PNV no participó en el clamor por la vida el sábado. Prefirió estar en San Sebastián con los sembradores de muerte, promotores del aborto entre nosotros, apologetas de los terroristas en todas partes. Hay cosas que retratan a quien las hace. Dice Antonio Basagoiti que «el sábado por la tarde en dos ciudades españolas hubo manifestaciones, una a favor de la vida, y otra en contra de la vida. El PNV, pese a las virtudes de algunas de sus gentes, estuvo del lado de la muerte.
Alguien recordará que este PNV excatólico –el del Gibraltar vaticanista de Indalecio Prieto, el de Santoña también si removemos la ´memoria histórica´- es el que con sus votos va a permitir que Zapatero tenga Presupuestos para seguir arruinando España. También UPN anda en esa negociación, pero no creo, no puedo creer, que vayan a votar con los aborteros y con los abertzales. ¿Creen ustedes que la cosa habrá llegado a tanto? Espero que no.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 19 de octubre de 2009, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/espalda-vida–101491.html