Ridículo previo de la Presidencia española, con corrupción asegurada

Por Pascual Tamburri, 16 de noviembre de 2009.

Diego López Garrido se enteró tarde de la caída del Muro de Berlín. Luego se adaptó a los usos propios del PSOE. España presidirá la UE con un secretario de Estado encausado.

Diego López Garrido evoluciona, de paria de la tierra a prevaricador. Dicho así puede parece un titular sensacionalista como tantos que leemos estos días, pero no lo es. El conocido político llegó a la fama en Izquierda Unida cuando nadie ignoraba y sólo los alucinados negaban la realidad genocida del marxismo. Y se dispone a empezar el semestre de presidencia española de la Unión europea como secretario de Estado del PSOE. Lo que no puede reprochársele es su capacidad de integración. Lo ha conseguido.

Respeto y aprecio la capacidad de López Garrido de evolucionar, pasando de un error criminal, el comunismo, a otro solamente ruinoso, el socialismo. Merece por ello un aplauso. Pero no todo ha sido bueno ni limpio en el cambio.

Un juez de Madrid a trámite el pasado viernes una querella criminal por delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos por otorgar ayudas por valor de 78.000 euros desde su Secretaría a la Fundación Alternativas, de la que López Garrido fue patrono. Es decir, que el político está acusado, y parece que con fundamento verosímil en opinión de un juez, de concederse a sí mismo ayudas.

Es cierto que esta práctica, algunas veces, es legalísima en España. Al menos debe de serlo en Andalucía, donde la hija de Manuel Chaves es testigo del amor del vicepresidente por la institución familiar y por la vitalidad de las empresas de su prole. Pero en otros casos el mismo PSOE ha agredido a políticos del PP por conductas mucho menos probadas y en su caso mucho menos punibles. ¿Dos pesos y dos medidas? Parece que sí.

Si a López Garrido se le aplicase ahora mismo la «doctrina Costa» –la que la izquierda ha utilizado contra Ricardo Costa, independientemente del aprecio político que a uno le merezca tan atildado caballero- tendría que abandonar todos sus cargos públicos, todos sus cargos de partido, ser suspendido de militancia en el PSOE y, eventualmente, ser dado en pasto a los medios de comunicación. La izquierda, sólida y unida en la adversidad, pide esas cosas de los demás pero jamás las exige a los propios. Algo querrá decir.

Me preocupan, como a Alejo Vidal-Quadras, las consecuencias europeas de esto. Al margen de las ambiciones políticas de José Luis Rodríguez Zapatero, López Garrido va a ser una figura clave del semestre español con el lastre de una acusación no precisamente infundada. Incluso si es inocente, dirían algunos si se tratase de un político del PP, la imagen de España quedará dañada en el mundo y nuestra capacidad de interlocución reducida. La corrupción para causar daños, no necesita ni siquiera ser real. ¿No querían ustedes ´tolerancia cero´? Pues ahí la tienen.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 16 de noviembre de 2009, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/ridiculo-previo-presidencia-espanola-corrupcion-asegurada-102512.html