Por Pascual Tamburri, 25 de enero de 2010.
Las familias y los estudiantes deben ser libres ante las opciones educativas. Ni el Estado ni las Autonomías pueden suplantar a los ciudadanos en la elección de lengua. No sólo es el PSOE.
Qué bonita es la variedad lingüística de España. Y lo es de verdad, sin ironías. Pero no cuando se trata de convertirla en excusa de lo que nunca ha sido y probablemente jamás será. Es lo que pasa en Navarra, donde más de dos décadas de gestión política de la presencia del vascuence en las aulas se ha convertido en una pesadilla para muchos alumnos. No es una opinión, esa se la ofreceré en breve: son hechos.
El Departamento de Educación del Gobierno foral, dirigido ahora por Alberto Catalán, ha ofrecido estos días datos sobre los diferentes modelos lingüísticos existentes en Navarra, detallando además cuántos alumnos pidieron un cambio de modelo. Los datos, además de públicos, son preocupantes para nuestra libertad.
Un sistema complicado… y con peligros
En Navarra existen cinco modelos lingüísticos desde Educación Infantil a Bachillerato y FP (en la Universidad hay una oferta de asignaturas en vascuence y algunas titulaciones que exigen cursarlas, además del eusquera como asignatura). El modelo A implica la educación en castellano con asignatura de euskera, con 16.668 alumnos en 2009-2010 (19%); hay que recordar que es el único modelo no en vascuence que puede ofrecerse en la zona vascófona gracias a la Ley del Vascuence que el PSOE aprobó y el centroderecha nunca ha derogado. Por tanto en el Norte el modelo A es la opción «más castellana», pese a incluir un estudio obligatorio del vascuence. El modelo B, que se presentó en su momento como la panacea de la integración, utiliza los dos idiomas como lenguas vehiculares, y sólo es elegido por 125 navarros de todos los niveles educativos. Lo que venimos llamando un fracaso.
El rey de los modelos lingüísticos en Navarra es, de manera natural y pese al mucho dinero público gastado en promocionar todos los relacionados con el batúa, el G, con el castellano como única lengua vehicular y 46.784, 53% del total. Hay que señalar que en los últimos años ha sufrido una cierta erosión por la implantación de los modelos TIL y British, con 1.219 alumnos en Infantil y Primaria y varias secciones experimentales en la ESO; aquí el español viene complementado por el inglés como lengua vehicular en algunas materias, y es la gran novedad. Su expansión no está limitada por el número de familias dispuestas a elegirlo, sino por la escasez de docentes formados y la necesidad de concentrarlos por el momento en sólo algunos centros educativos (y no, no soñemos: en 2015 no todos los centros van a ser bilingües, es una imposibilidad física).
Este problema de la formación del profesorado ya se planteó cuando se creó el modelo B, sólo con el euskera como lengua vehicular excepto en las tres o cuatro horas semanales de la asignatura de lengua española. Hoy son 22.616 alumnos (25%), incluyendo los de las ikastolas ilegales, después legalizadas y por último subvencionadas sin que se alzase una sola voz de protesta.
Los políticos no dan voz a la gente de la calle
Porque es políticamente incorrecto protestar, porque nuestra casta política sigue teniendo complejos, porque siguen creyendo que decir la verdad es «ir contra el euskera» y por tanto ser poco modernos. Por todo eso y por más cosas que callaré nadie dice nada. Los porcentajes de elección de modelo lingüístico no se corresponden con los de lengua materna, de manera que nos encontramos en Navarra, y particularmente en el Norte por imposición legal o virtual y en el resto por moda entre los progres, con miles de familias castellanohablantes que por razones políticas han elegido un modelo en o con vascuence para su hijo. Y a veces no ha elegido la familia, sino la maestra, el secretario o sencillamente el ambiente. Pero no encontrarán ustedes un político que denuncie esto, porque hacerlo supone violar uno de los tabúes colectivos de la Navarra que aún no ha superado la Transición.
Miren ustedes, no: estudiar en una lengua que no es la materna o la ambiental es difícil y no, no está al alcance de todas las cabezas si se quieren alcanzar los mismos objetivos cognitivos. Siento mucho que sea así pero nuestra naturaleza es la que es. Y si había alguna duda –décadas de murga abertzale, pagada por todos los contribuyentes y entreverada de marxista y clerical à la Lezáun, no han pasado en vano- ahora con los modelos parcialmente en inglés lo tenemos claro: no se pueden universalizar porque ni se dispone del profesorado necesario (ni siquiera aunque se quisiese gastar lo que se gastó con el vascuence en su tiempo… curiosa discriminación) ni la mayoría de los alumnos están en condiciones de seguirlos hasta el final de su ciclo escolar, a menos que se rebajen ulteriormente los niveles de formación y conocimientos. Se puede estudiar en una lengua que no se posee como propia, pero no todo el mundo puede y no todo el mundo puede por igual.
El problema es la libertad
¿La prueba? En el curso 2008-2009 hubo en Navarra más de 1.900 estudiantes que pidieron cambio. Atención, no todos podían, porque estaban limitados por la zonificación lingüística (el modelo en euskera se puede estudiar en toda Navarra con financiación pública desde la simpática y progresista legalización de las ikastolas, pero no sucede lo mismo con el modelo G, prohibido en la zona vascófona, ni con el A, tendencialmente destinado en la misma a hijos de inmigrantes y socialmente estigmatizado por ello). Pues bien, de los que podían la mayoría de los cambios (1.528, el 82%) son peticiones de pasar del modelo A al G abandonando así por completo el euskera, que se unen a los 119 que pasaron del modelo D al G. La cifra va en aumento, porque sólo 806 alumnos en 2004-2005 quisieron dejar el modelo A.
Todo esto, aunque oficiosamente disimulado, no es secreto. Tampoco lo es que la Ley del Vascuence limita la libertad de las familias que optan por el castellano y entra en colisión con el artículo 27 de la Constitución, aunque nos haga sentir taaan progresistas. Y más aún: incluso cuando la zona geográfica lo permite la reglamentación vigente establece que los cambios de modelo deben hacerse al final de etapa (Infantil, Primaria, ciclos de Primaria y de la ESO) o si no justificarse por razones psicopedagógicas por el orientador del Centro. En 2008-2009 hubo 62 denegaciones de cambio de modelo fundamentadas en informes de estos funcionarios. Señora, señor, atención: en Navarra (y sospecho que no sólo en ella) hay un empleado de la Administración que tiene derecho legal a corregir su libertad de elección para sus hijos. Son los peligros de un sistema educativo pensado por los políticos para su propia satisfacción y no, ay, para atender la libertad de las familias.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 25 de enero de 2010, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/estudiantes-huyen-educacion-eusquera-como-logico-104534.html