Granada, Tánger, Tombuctú: una España misteriosa en África

Por Pascual Tamburri Bariain, 31 de enero de 2010.

En la historia cercana y lejana y también en la leyenda España y los españoles han mirado a África. Tánger fue internacional pero siglos antes voces españolas habían llegado mucho más lejos.

Leopoldo Ceballos, Historia de Tánger. Memoria de la ciudad internacional. Almuzara, Córdoba, 2009. 384 pp. 27,95 €


Michael Jacobs, De la Alhambra a Tombuctú, o cómo seguirle la pista a los moros de España. Traducción de Alicia de Benito Harland. Almuzara, Córdoba, 2009. 296 pp. 23 €

África ha sido para los españoles durante siglos el continente del misterio y de la tentación. Pero muchas generaciones de hombres y mujeres nacidos en España han conocido y vivido ese misterio, a veces como una aventura, a veces como una condena. Hasta el siglo XVIII, y con la evidente excepción de Portugal, no hay hispanidad en el África negra, ahora degradada a subsahariana. Para los españoles de otros siglos África es el mundo del Mediterráneo y de las inmensidades de las montañas, de los desiertos y de sus rebordes. Un pasado que merece ser recordado y que Almuzara hace ahora presente con dos libros que merecen nuestra atención.

Tánger, la ciudad del pecado

Vieja ciudad romana, parte de la diócesis imperial de Hispania, base vándala y luego bizantina, probable sede del traidor conde don Julián, convertida al Islam por las armas, siempre más berebere que árabe, casi siempre más unida al mar que a la tierra; portuguesa, española, inglesa y sólo tardía, breve y marginalmente marroquí: Tánger fue todo eso y mucho más. Desde la Conferencia de Algeciras quedó fuera el menguado Protectorado español y se convirtió en ciudad internacional, gobernada por las grandes Potencias de la primera mitad del siglo XX. Tánger fue hasta 1956 y en cierto modo es aún hoy un ejemplar único de ciudad de múltiples identidades y pocas prohibiciones. Nido de de espías como la Viena de la posguerra, foco de conspiraciones como Fiume, codiciada como Memel o Danzig, la ciudad hoy marroquí tiene aún algo que enseñar y mucho que ocultar.

Leopoldo Ceballos, que en la Tánger internacional vivió su juventud, la describe en un libro que une nostalgia y objetividad. Tánger fue, en un mundo convulso alrededor de dos guerras mundiales y una civil, punto de encuentro de diplomáticos, traficantes, refugiados y soñadores. Técnicamente no fue –pese a usarse la expresión en el libro- una ciudad-estado, pero a todos los efectos prácticos durante décadas la soberanía marroquí no se ejerció y los equilibrios internacionales crearon un raro espacio de libertad. La España que por un momento se soñó imperial en junio de 1940 ocupó la ciudad pero pronto todo volvió a su singular orden. Hasta que la independencia de Marruecos acabó con todo, salvo los recuerdos o poco más.

Y es que Al-Andalus sigue vivo… pero en África, no en España

Los sueños, sueños son. Tánger no fue independiente en el siglo XX pero dio un ejemplo de convivencia posible en un mundo mediterráneo plural; una convivencia que para existir tuvo que articular la pluralidad desde la desigualdad, y la variedad desde el respeto a las distintas comunidades étnicas, culturales y religiosas, autónomas. Y todo ello con un orden garantizado por poderes superiores.

Ahora que está tan de moda hablar de diálogos y convivencias el ejemplo reciente de Tánger es tan válido como el más lejano de la difícil integración de los musulmanes peninsulares en África, en siglos pasados. Michael Jacobs acaba de seguirles la pista en otro libro entretenido y formativo. Gentes procedentes de Al Andalus terminaron sus vidas en el África musulmana, pues los exilios andalusíes fueron varios y el causado por Felipe III y el duque de Lerma en 1609 fue sólo el último en novecientos años. Seguir sus huellas es interesante porque entre otras cosas permite entender que la convivencia entre comunidades diferentes sólo ha podido hacerse establemente cuando unos han aceptado la superioridad de otros y los roles han estado distribuidos con claridad.

El libro de Jacobs es útil además porque aborda sin propaganda nuestro pasado musulmán; o mejor dicho el pasado hispano de muchos musulmanes norteafricanos, hoy tan mitificado como olvidados están en la verdad oficial los cristianos que poblaron la misma África, de Tánger al recodo del Níger, antes de que el Islam impusiese allí su credo por la fuerza y sin demasiado diálogo. Que es por lo demás como las construcciones políticas se crean y se mantienen mientras lo hacen, como podrá comprobar el lector.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 31 de enero de 2010, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/granada-tanger-tombuctu-espana-misteriosa-africa-104679.htm