Los partidos recurren a la familia para ocultar las cuentas públicas

Por Pascual Tamburri, 1 de febrero de 2010.

El tribunal más antiguo de España cambia de presidente. Los políticos nombran ahora al encargado de vigilarlos. Y según quién sea nombrado, de Mendívil a Iturbe, sabremos sus intenciones.

Navarra tiene la institución contable más antigua de España (del Estado, según dice significativamente en su propia web). La Cámara de Comptos fue creada por Carlos II de Navarra en 1365, y su objetivo fue hacer eficaz la gestión de las finanzas reales: el rey necesitaba entonces saber cuánto recaudaba y en qué lo gastaba. Una necesidad que las instituciones modernas han heredado. Para los historiadores, la Cámara de Comptos medieval ha dejado una serie excepcional de libros de cuentas, a los que algún tiempo he dedicado. Para los políticos, dejó una idea. Y así en la Transición se pensó en crear una nueva Cámara de Comptos como tribunal de cuentas de la Comunidad de Navarra.

Sin duda una buena idea. Las autonomías se han convertido en estas últimas décadas en el pozo sin fondo de la Administración, enormes unidades de gasto; también en esto Navarra es especial, por tener su propia Hacienda foral. Una razón más para que las cuentas estén claras. Y estamos en días decisivos para saber si de verdad lo están.

Una espinosa renovación

Desde la transición han presidido la Cámara de Comptos Mariano Zufía (1981-1991), Francisco Javier Tuñón (1992-1997) y Luis Muñoz Garde (1997-2010). La Cámara reinventada por el Amejoramiento navarro no es exactamente un órgano independiente, porque su presidente, que en realidad toma las decisiones cruciales, es nombrado por los políticos del Parlamento de Navarra. Así que los políticos profesionales tienen la potestad de nombrar a quien se dedica a fiscalizar su gestión del dinero público. Curioso, al menos.

Tan curioso es que el nombramiento interesa a todos. Interesa a los ciudadanos, por supuesto, porque en democracia (y también sin ella) hay unas reglas que respetar y es bueno que alguien capacitado lo controle. E interesa a los políticos, porque ese control puede dar mucha tranquilidad o mucha desazón, según lo que hagan ellos y según quién sea la persona que puede sacarles los colores.

Luis Muñoz Garde cesa ahora y no va a renovar. Antes del jueves 4 de febrero deben presentarse en el Parlamento las posibles candidaturas. Y para que una de ellas salga adelante necesitará mayoría absoluta en la primera votación en el Pleno, algo que sólo puede conseguir UPN con apoyo de los socialistas, o éstos de la mano de los abertzales, o en todo caso un candidato con más votos que cualquier otro en sucesivas votaciones. Precisamente en un momento de crisis en el que la fiscalización de cuentas pasados, tanto de instituciones gobernadas por regionalistas como de otras en manos socialistas, podría dar lugar a graves problemas. Hace falta un presidente, sí, pero a ser posible uno que no moleste mucho. Un problema que resolverá mi presidente, Miguel Sanz.

Un candidato de consenso perfecto… o casi

Hace unos días se filtró oficiosamente que el candidato de UPN iba a ser Tomás Mendívil Lizarraga, respaldado por un perfil de aparente intachabilidad técnica. Mendívil es inspector de hacienda (foral, no del Estado), y ahora mismo preside el Tribunal Económico-Administrativo de Navarra, el órgano que centraliza los recursos de los contribuyentes. Miel sobre hojuelas, «es de aquí» (un concepto metapolítico cuya profundidad filosófica sólo se percibe viviendo en directo la política foral), juega al golf y hasta fue en su momento directivo de Osasuna, siempre sin meterse en grandes líos. Reúne los requisitos técnicos (realmente para este cargo basta ser licenciado en Económicas, Empresariales o Derecho, y hasta basta con ser Profesor Mercantil… hasta mi difunta abuela lo era) y también los políticos. Pero han empezado a surgir problemillas.

Como funcionario cualificado y bien visto por sus superiores políticos, Mendívil está en el Consejo de Administración de Gestión de Deudas S.A., y Gedesa es una sociedad pública, con lo cual se plantearía una incompatibilidad técnica. Realmente es un formalismo, porque puede argumentarse que su tarea como consejero es parte de su trabajo en la Administración, pero así están las cosas. Y hay algunas más que no se han publicado aún.

Una de las razones para que Mendívil fuese el candidato de UPN era su aceptabilidad para sus amigos y ahora aliados del PSN-PSOE. Por consideraciones de prestigio y capacidad, se decía; por afinidad genérica a ambos sin especiales preferencias, se filtraba. Pero hay algo más, algo de eso que don Ángel Martín Duque nos enseñó a llamar prosopografía. La hermana de Mendívil está casada con Javier Iturbe Ecay. Iturbe es de oficio nominal chapista pero desde hace muchos años vive de, en, por y para la política. Y resulta ser presidente del Comité Regional del PSOE, de la mano de Roberto Jiménez. Con lo cual UPN estaba proponiendo para fiscalizar las cuentas de las instituciones gobernadas por la misma UPN y por el PSOE al cuñado del presidente de este último partido. Y luego hablarán de don Ramón Serrano Suñer

Sobre la mesa del próximo presidente de Comptos habrá muchas cosas, algunas parecidas a las cuentas «B» y «C» del Ayuntamiento de Cintruénigo que han afectado a dirigentes de los dos grandes partidos y que han desaparecido del debate público. Proponer a un hombre como Mendívil implica el deseo de consensuar pactos, arreglos y soluciones amistosas de ese tipo también desde Comptos. Y la relación familiar no hace más presentables las cosas ante la opinión pública. Lo mejor del caso es que en UPN en particular y en la derecha en general hay técnicos capacitados, incorruptibles y a los que nadie podrá poner un pero. ¿Por qué no intentan nombrar a uno de éstos y nos ahorramos una nueva sombra de sospecha sobre nuestras cuentas?

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 1 de febrero de 2010, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/partidos-recurren-familia-para-ocultar-cuentas-publicas-104699.html