Dos excepciones en medio del estercolero de la política

Por Pascual Tamburri, 6 de junio de 2010.

La política española se ha convertido en ámbito sórdido de corrupción, descalificaciones personales, profesionales sin principios y otros males. Pero hay muchas excepciones reconfortantes.

La política no está de moda. Los políticos, menos. Su reputación está en algún lugar de la alcantarilla, y la verdad es que muchos, aunque no uniformemente repartidos, se lo han ganado. Las siguientes generaciones, los aspirantes al cargo, tienen una imagen heterogénea, con una minoría de idealistas y una gran cantidad de personas que buscan una solución para sus vidas, a veces sin medios y otras veces sin demasiado sentido propio. No obstante, sería malo creer que sólo hay eso.

Podría hablar de lo mucho de bueno que hay en el PP, pero ustedes me acusarían con razón de hacer un escrito partidista y de mera propaganda. Conste que los hay, y no pocos, pero iré a otras latitudes a buscar otras gentes de bien. Les sorprenderá saber que los conozco en el mundo nacionalista más tradicional, y entre los socialistas, pero no nos vayamos tan lejos: veamos en dos líneas cómo se puede ser político sin ser un trepa, una veleta o un maleducado.

Andrés Burguete no es de derechas. No es de mi partido, no coincidimos en muchas cosas y en muchas decisiones políticas no estoy de acuerdo con lo que él y el CDN que preside han hecho o dicho. Sin embargo, es una persona con la que se puede hablar, escucha y razona. En él el respeto no es una necesidad política sino una manera de actuar. Y eso se nota; una reciente encuesta, que deja a su partido sin escaños en Navarra y que contempla además una gran bajada de UPN y una gran subida del PP –sus dos rivales electorales directos- coloca a Burguete como segundo líder más valorado de Navarra. Bien, su propuesta electoral a UPN y PP de hace tiempo tendrá sus defectos, sin duda, pero Burguete hace que merezca pensárselo, aunque no le votemos.

Don Jesús Laguna Peña tampoco es, ahora, de mi partido. Fue Consejero de Educación y Cultura en el Gobierno de Navarra entre 1999 y 2003 (antes de la división de los Departamentos), y lo fue en el segundo gabinete de Miguel Sanz, donde no faltaban personas elegantes y educadas, aunque no fuesen todas. Laguna destacó por su saber estar tanto allí como en el Senado. Funcionario de vieja escuela, ha sido recuperado hace poco por su partido, UPN, para el comité que preparará las listas electorales de 2011. No podré votarle, pero sí respetarle. Quizá sea bueno que haya personas de calidad un poco en todas partes, eso puede servir para que el enfrentamiento entre siglas no se convierta en un choque o componenda entre intereses (tanto da), sino en un diálogo de ideas entre gente sensata.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 6 de junio de 2010, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/excepciones-medio-estercolero-politica-107548.html