Lo que muchos políticos deben a Álvarez Cascos, y otros lo temen

Por Pascual Tamburri, 30 de junio de 2010.

Francisco Álvarez Cascos ya cambió una vez el PP y la política española. Ahora lo ha vuelto a hacer, sin ni siquiera ser candidato. Aunque no todos están de acuerdo, ni a todos beneficia.

Casi todos los comentaristas están de acuerdo en dos cosas, sobre el llamado caso Cascos. Una, la principal, en que el ex ministro de Fomento es una persona de muy demostrada capacidad política. Otra, la que en principio era secundaria, en que su posible candidatura de a las elecciones autonómicas en Asturias de 2011 se ha convertido un culebrón. En lo que ya no todos están de acuerdo es en las consecuencias de ese culebrón con tan contundente personaje de por medio.

Cascos no deja indiferente. Incluso sus rivales, adversarios y enemigos lo respetan en lo humano y en lo público, y muchos lo temen. Pero lo cierto es que esos rivales, adversarios, enemigos y demás existen, están ahí. Aparte de los que, sin ser para nada contrarios a él sí lo son a su candidatura, por diferentes razones internas y externas al Partido Popular.

Los argumentos en contra de una candidatura de Cascos son dispersos aunque no confusos, pero al final se resumen en cuatro ideas, que no necesariamente coinciden en todos los opositores, pues los hay de muy distintas escuelas. Una, que Cascos puede romper la imagen renovada del PP y recordar los tiempos de José María Aznar (aunque la verdad es que entonces se ganaban elecciones). Dos, que Cascos puede traer más crispación en vez de palabras de consenso y compresión (aunque las batallas no suelen ganarse a besos, en política al menos). Tres, que Cascos puede interferir en la vida interna del PP nacional si reaparece como barón territorial (esto parece una consecuencia descontada). Cuatro, que Cascos no parece precisamente el más inclinado a «recuperar los grandes consensos de la transición», y que incluso puede haber aprendido más cosas en estos años de exilio interior.

Prevalecerá el sentido común

Las ocurrencias, y el otro día nos hablaba aquí Antonio Martín Beaumont de las de Javier Arenas, no sientan bien al Partido Popular. El PP, como suele decir Mariano Rajoy, gana siendo previsible y coherente, y perdería no siéndolo. Del mismo modo, ganará si defiende lo que está en su ADN y perderá si evita hacerlo por algún tipo de complejo o de cálculo. Quien mejor lo sabe es la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que probablemente es a más sometida a presiones a la hora de preparar listas, programas y organigramas. Dudas que parecen eternas y que en realidad la cercanía de 2011 ha convertido en urgentes: ¿Se busca ser previsible o sorprender asumiendo partes del programa ajeno? ¿Mejor lo conocido o una improvisación que se supone brillante? Sobre todo, ¿la fruta va a caer por su propio peso o habrá que ir a recogerla del árbol?

El caso Cascos ha multiplicado algunas de estas reflexiones. También ha tenido un efecto menos esperado. Al aplazarse la decisión asturiana también se han dejado para después (¿después del verano?) las decisiones de otras regiones, como Navarra. Ahora bien, una imagen pública no se improvisa en un par de meses, y cada semana que pasa sin nombrar candidato en las regiones afectadas restringe la decisión del PP a los personajes públicos ya claramente conocidos. Para ir a por todas hay que jugar unos cuantos años en el centro del campo, de manera que a Cascos tienen que agradecerle sus bazas todas las candidaturas veteranas –aunque no jubiladas- que en regiones y municipios el PP pueda plantear de ahora en adelante; porque es verdad que no se podía convertir Asturias en algo único, pero no es menos cierto que los días corren a favor de Cascos o de quien como él tenga la virtud de ser conocido, previsible y coherente. Ya que estas elecciones, claro es, el PP quiere ganarlas en Asturias y en todas partes, para eso nombrará o ha nombrado ya sus candidatos.

Y no, no creo que la fruta madura haya que recogerla del suelo.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 30 de junio de 2010, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/muchos-politicos-deben-alvarez-cascos-otros-temen-108089.html