Navarra está donde la quiere Zapatero: en manos de ETA

Por Pascual Tamburri, 28 de julio de 2010.

Zapatero ha reconocido que su ‘proceso de paz’ con ETA no terminó con los atentados, y se negoció el futuro de Navarra. No pide perdón por ello, sino que amenaza con repetir.

No es un invento de El Semanal Digital, sino una noticia confirmada por su protagonista. José Luis Rodríguez Zapatero negoció con los terroristas de ETA durante el llamado «proceso de paz». En esa negociación se incluyeron contenidos que Zapatero y su equipo negaban expresamente. Aunque la negociación fracasó, Zapatero la ha continuado después. Con un único resultado: legitimar a ETA y dividir a sus enemigos.

El presidente del Gobierno ha presumido en El País de dos aciertos en sus diez años de liderazgo: la huida de Irak y la negociación con ETA. Dejemos por hoy el primer asunto, pero no perdonemos ninguno de los matices del segundo, que por sí mismo bastan para retratar al personaje y la España que legará a quien le suceda.

El 17 de marzo de 2007 Navarra salió a la calle para protestar contra una posibilidad que el Gobierno de la Nación negaba sin que muchos confiásemos en él. Negaba entonces Zapatero y negaba el PSOE, negaban los socialistas y negaba El País, que hubiese negociaciones políticas entre ellos y los terroristas. Hoy están orgullosos de afirmar aquello que negaban con fingida indignación. Negaban tanto más que Navarra fuese objeto de cualquier diálogo, no sólo porque supuestamente no había diálogo (hoy es motivo de orgullo) sino porque supuestamente nunca se trataría el futuro de Navarra a espaldas de los navarros y de sus representantes. Hoy presumen de haberlo hecho.

Todo era verdad. Para Zapatero es motivo de presunción haber engañado a los navarros, o al menos a los navarros que lo votaron. Zapatero estaba entonces dispuesto (y, ya que está orgulloso, supondremos que sigue dispuesto) a crear un órgano político y administrativo común a Navarra y las provincias vascongadas, modificando el Estatuto vasco y el Amejoramiento navarro. Zapatero mentía, y acertábamos quienes entonces lo acusamos. Acertaron sobre todo las decenas de miles de navarros que salieron a la calle, con banderas de España, a manifestar su indignación y su estado de rebelión moral.

Dice Antonio Basagoiti que «el proceso de negociación ha hecho muchísimo daño a la democracia española porque ha legitimado a los terroristas haciéndoles creer que tenían algo de razón, y sólo un imbécil podría tragarse por tercera vez la enésima trampa de ETA». Es verdad. Creer a Zapatero en 2007 pudo ser un acto de buena voluntad rayano en el franciscanismo o en la debilidad mental. Hoy no hay duda: dar por buena la palabra de Zapatero y su PSOE, en Pamplona o en Madrid, para lo que sea, es oligofrenia o masoquismo, quizás una simpática combinación de ambos o quizá resultado a la derecha de algún «complejo, cobardía o comodidad» de los que denunciaba Pedro Fernández Barbadillo.

Zapatero mintió por cálculo. Siempre que le convenga lo hará. Sin duda ahora, en términos que sólo él sabe, lo sigue haciendo. ETA es para él mucho más importante que Navarra y los navarros. Por eso mismo es una claudicación necia cualquier guiño supuestamente templado hacia este presidente, como lo fue el ridículo institucional foral a propósito de las banderas en la manifestación de 2007 y como lo es cualquier aproximación política en estas tierras a los interlocutores de ETA. Si el PSOE quiere ser creído tiene dos gestos que hacer antes de nada: debe revocar su autorización parlamentaria para «dialogar» con los asesinos y debe enviar a su casa a este presidente enemigo de Navarra y de los navarros.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 28 de julio de 2010, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/navarra-esta-donde-quiere-zapatero-manos–108690.html