Se hunden los modelos de ZP en una de sus políticas preferidas

Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de septiembre de 2010.

El PSOE ha prestado gran atención a la enseñanza. Pero no para mejorarla sino, desde Felipe González a Zapatero, para utilizarla. Y los dos países a los que copiaron han cambiado de ideas.

La escuela es vista por los pedagogos progresistas como un mal, y cuanto menos actúe como escuela, mejor.


Inger Enkvist, La educación en peligro. Eunsa – Astrolabio Educación, Pamplona, 2010. 240 pp. 16 €

Es casi una tradición hablar críticamente (o sea, mal) de la educación en España. Pero no lo es tanto ser conscientes del contexto mundial en el que nuestro actual sistema de enseñanza, con todos sus conocidos puntos débiles, se sitúa. La profesora sueca Inger Enkvist tiene el mérito de señalar la raíz del problema: determinados prejuicios ideológicos en los que se han fundado las últimas décadas de reformas pedagógicas. Y de hacerlo desde un sistema que ella, como los votantes suecos y su Gobierno, consideran inoperante e igualmente fracasado, pero que para los pedagogos españoles de la minoría dominante sigue siendo uno de los modelos casi míticos que se han intentado seguir.

Enkvist se remonta a la antropología de Jean-Jacques Rosseau, a su secuela en Sigmund Freud y a los pedagogos que en los siglos XIX y XX han ideado modelos educativos basados en esa concepción de hombre. Si el ser humano es en sí mismo totalmente bueno, si es la sociedad la que lo hace malo, el docente es el que tiene que justificar su tarea y no al revés. La escuela es vista por los pedagogos progresistas como un mal, y cuanto menos actúe como escuela mejor. Hay entre ellos muchas diferencias, pero el núcleo de los grandes cambios experimentados en las aulas en el siglo XX, y de los problemas que vivimos en el XXI, está donde Enkvist lo coloca: en los prejuicios igualitarios, progresistas, alérgicos a la transmisión del conocimiento, a la autoridad y la disciplina.

El libro que ahora traduce y propone con acierto EUNSA es totalmente aplicable al entorno educativo español. Entre nosotros se han identificado todos los cambios educativos desde 1970 con grandes palabras como «progreso», «democracia» y «Europa». De hecho, hemos recogido todos los problemas de los distintos modelos educativos progresistas hasta conseguir uno que, además de intrínsecamente fallido, es caro para las familias, la sociedad y el Estado. La escuela, a todos los niveles, se ha convertido en un laboratorio de experimentos sociales y no esencialmente en un centro de enseñanza donde a cada alumno se da la formación humana y académica que puede recibir.

Curiosamente, lo que se ha conseguido en países que como España han seguido el modelo que Suecia abandona ahora, es un auge de los centros de enseñanza independientes. Allí donde el Estado ha impuesto los dogmas progres todas las familias que han podido han huido a centros que de hecho o de derecho seguían en parte el proceso educativo tradicional. Lo cual ha dado lugar a un aumento, que no disminución, de las diferencias sociales (no en vano las hijas de José Montilla estudian en el Colegio Alemán).

Tony Blair ha aumentado por ejemplo el gasto educativo en la escuela pública inglesa… demostrando que la abundancia de medios, si el modelo es progre, no garantiza más que el derroche. Mientras, por supuesto, las grandes escuelas británicas han seguido formando una elite cada vez más distante de la base social. Y también se multiplica la distancia entre países.

Decenas de miles de maestros y profesores se enfadarán al leer el libro de Inger Enkvist. Los docentes han interiorizado los dogmas progres, y necesitan a menudo un revulsivo para darse cuenta de el vínculo directo entre esa ideología y la desazón que ellos mismos sienten cuando empuñan la tiza. Leer a Enkvist gustará ahora a quienes siempre advirtieron de los males de este camino, pero conviene a todos. También a los que esperan tener responsabilidades políticas sobre la educación antes o después. España no puede permitirse en 2011 y 2012 que suceda lo mismo que en 1996: la derecha política cometerá un suicidio si vuelve a aceptar los dogmas pedagógicos de la izquierda. Lean ustedes y entenderán por qué ya en las décadas anteriores fue un pecado de omisión.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 20 de septiembre de 2010, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/hunden-modelos-politicas-preferidas-109607.htm