Un secreto inconfesable arrastra a un político nacional a «provincias»

Por Pascual Tamburri, 22 de septiembre de 2010.

Muy formado, con perfil internacional, con contactos elitistas y con un escaño en Madrid. ¿Por qué tendría que volver a una ‘ciudad de segunda’ y jugarse su carrera? Hay una razón secreta.

Juan Moscoso del Prado Hernández, además de 44 años de edad, lo tiene casi todo en la vida. Nieto de uno de los militares golpistas de Emilio Mola en 1936 e hijo del ministro de Felipe González Javier Moscoso, los buenos contactos sociales y políticos los tiene de partida. También la inteligencia, lo que ha resultado en una buena formación académica tanto en España como en el extranjero. Algo que, por cierto, no es muy habitual entre los políticos navarros, bastante limitados en sus horizontes, y más por mentalidad localista que por falta de títulos.

Moscoso ha sido durante todo el zapaterismo diputado en el Congreso, poco más que un cunero en principio porque aunque nació en Pamplona y es afiliado del PSOE local tanto su entorno como sus metas estaban hasta ahora han estado en la política nacional y no en la navarra. Por el apartamiento de Vicente Ripa se convirtió en cabeza de lista, por los complicados equilibrios del PSN ha tenido que intervenir de verdad en la política de partido y por la actual alianza UPN-PSOE ha tenido un auténtico trabajo político en Pamplona. Pero estaba destinado a Madrid, y era lógico pensarlo así, aunque su base fuese Navarra.

Las cosas han cambiado. El aparato del PSOE ha decidido contra toda previsión que Moscoso será el candidato a la alcaldía de Pamplona. El puesto es en principio todo menos atractivo. En 2007 el PSOE quedó relegado al tercer puesto en la capital navarra, con la tercera parte de concejalías que UPN-PP y la mitad que los abertzales de Nafarroa Bai. De hecho el mal resultado en la capital y el hecho de estar el PSOE detrás de los nacionalistas tanto en el Ayuntamiento como en el Parlamento fue una de las causas del «agostazo», del rechazo socialista a una coalición con los abertzales en la que los de Zapatero no habrían tenido la voz cantante. ¿Qué sentido tiene «sacrificar» a uno de sus mejores hombres en una plaza tan difícil? ¿Y por qué aceptaría él, teniendo incluso que renunciar a su escaño?

Que una persona con claras ambiciones en la política nacional se dedique a la regional y local no es muy común. Puede ser por idealismo o por lealtad al partido, pero ese tipo de personas suelen ser marginadas por la casta política. Que alguien como Moscoso haga algo así, o incluso alguien humana e intelectualmente inferior a él pero aun así con el mismo tipo de horizonte, sólo tiene explicaciones de dos tipos. O se le ha prometido algo en Madrid a cambio de un sacrificio en los infiernos de la pequeña política «de pueblo» o hay garantías (secretas) de que puede lograr un éxito que realce, y no achique, su figura política.

Sería posible lo primero, que a Moscoso se le haya planteado este sacrificio con un premio posterior en la política nacional. Pero no es este el caso porque la izquierda parece destinada en 2012 a la oposición, y poco puede garantizar. Es más probable lo segundo. Todas las encuestas dan un futuro político bastante incierto en la Navarra de 2011, pero casi todas permiten pensar en una mayoría aritméticamente posible entre UPN y PSOE, otra vez. UPN, por su parte, tiene una candidata clara en Navarra y espera un resultado al menos decente, pero en Pamplona el PP va a llevarse más votos que en los pueblos (por obvias razones de organización) a poco que presente un candidato digno, cosa que en todo caso aún no ha revelado. Y el PSOE en Pamplona ya no puede bajar más, así que subirá. No sería absurdo pensar que el PSOE pida la alcaldía de Pamplona, que no tiene desde Julián Balduz, a cambio de la investidura de Yolanda Barcina… o de quien mejor relación tenga con el PSOE. O que la haya pedido ya.

Es posible que ese cambalache no llegue a ser. Pero es una explicación plausible de una jugada que necesita ser explicada. No es fácil pasar de las alfombras, las televisiones y los canapés a los festejos de San Fermín de Aldapa y, encima, en la oposición. Moscoso, además, tiene la inmensa ventaja de ser «de Pamplona», algo bastante indefinible que no consiste esencialmente en haber nacido en la ciudad; algo que muchos quieren ser, y que da votos por inercia, sobre todo si enfrente tiene candidatos, digamos, menos atractivos. ¿Qué quiere decir eso? Que como los partidos de derechas lo hagan mal va a haber votantes suyos que voten a alguien conocido y fiable, de confianza, o sea… a Moscoso. Veremos eso, y alguna cosa parecida.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 22 de septiembre de 2010, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/secreto-inconfesable-arrastra-politico-nacional-provincias-109676.html