Por Pascual Tamburri, 22 de noviembre de 2010.
El PSOE acelera su programa revolucionario al acercarse las elecciones. Y un cálculo electoral detiene la oposición. ¿Será rentable lo que llaman prudencia? Que responda María Kutz.
Cuando un Gobierno va mal en las encuestas tiene dos opciones. Puede optar por cambiar sus políticas para intentar recuperar el apoyo popular, o puede insistir en su programa, si cree que no hay nada que hacer y conviene aprovechar el tiempo antes de perder el poder. José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba han aplicado, en la segunda parte de esta legislatura, una tercera variante: cambiar algunas de sus políticas económicas (por orden de Europa, además) y radicalizar su ingeniería social, léase aborto, eutanasia y demás.
Esto último no es una aceptación de la derrota, sino la prueba de que conocen muy bien al Partido Popular. Zapatero y sobre todo Rubalcaba saben que, aunque llegue al poder con mayoría absoluta, el PP de Mariano Rajoy es tan prudente como el de José María Aznar y no va a deshacer las leyes socialistas más polémicas, incluso si personalmente ni a los votantes ni a muchos dirigentes les agradan. Desde 1996 y 2000 saben en el PSOE que los cambios que la izquierda introduce están destinados a durar, por ciertos complejos internos en el centroderecha. Y además, conociendo esos complejos, Zapatero y Rubalcaba saben que algunas medidas radicales pueden sembrar el desconcierto en una parte del electorado popular al no encontrar respuesta clara en los líderes.
El análisis electoral de Pedro Arriola (y su versión Pepiño/Catalán)
Es conocido y no hace falta repetir en detalle el análisis electoral de Pedro Arriola. El carísimo consejero áulico de los sucesivos líderes populares repite hace décadas una versión ampliada de lo que en Navarra y refiriéndose a Miguel Sanz llama Santiago Cervera la «teoría del quesito». La idea es sencilla: los votos de la derecha política y social están asegurados, y por lo tanto las posibilidades de crecer para conseguir una mayoría están en atraer votantes de centroizquierda, mejor aún si robados al PSOE. En consecuencia, las propuestas políticas y las formas de expresión y comunicación deben ser extremadamente moderadas, entendiendo por no moderado todo aquello que pueda molestar a un votante de izquierdas hipotéticamente descontento, por ejemplo, por la crisis.
Aunque he leído y escuchado calificativos muy duros para este análisis no es tan tonto como parece. Es bastante válido siempre y cuando sean verdad dos cosas: que la política es lineal (de-izquierda-a-derecha, sin matices) y que los votantes de la derecha, por desilusionados que estén, no tienen otro lugar al que ir que al PP (o UPN en su caso) y que irán además por furor antizapaterista. Lo que pueden conseguir las iniciativas radicales del PSOE es, precisamente, que esas dos cosas dejen de ser ciertas.
Qué significa la moderación, en la práctica
En España hay aborto legal hace muchos años. Y la vida humana, como ha recordado el profesor Luis Miguez aquí mismo, no es un «concepto discutido y discutible», pero el hecho es que desde el primer Gobierno socialista se suprimen embriones humanos impunemente. Es verdad que AP presentó entonces un recurso al Tribunal Constitucional, y no es menos cierto que el PP lo ha vuelto a presentar cuando Zapatero convirtió la excepción en derecho. Pero con o sin sentencia el PSOE sabe que este tipo de medidas le aporta votos de la izquierda más radical, y que además no son desmontadas por el PP cuando gobierna. El aborto demostró ya en la generación anterior que la moderación formal y de contenidos, incluso cuando sí sirve para alcanzar el poder, puede llegarse a convertir en fin y no en medio, y por lo tanto el PSOE trata de crear así desazón –y quizá abstención- en los votantes a los que el PP dedica poca atención por considerarlos, vía «quesito», seguros.
El sábado 20 de noviembre, cuando el Gobierno acababa de lanzar la que llama «Ley sobre la muerte digna» y ésta llenaba las portadas, una simpatizante preguntó Rajoy en un mitin en Hospitalet de Llobregat «¿Y el aborto?». Rajoy contestó en términos generales, con palabras afectuosas, recordando su oposición a lo que Zapatero ha hecho pero… sin decir qué hará él cuando gobierne.
Y el mismo problema se plantea con una larga serie de cosas, de las que la eutanasia es sólo la más reciente. Pensemos en la legislación educativa: el conjunto LODE-LOGSE más la autonomía universitaria y derivados cambió radicalmente la educación en España, y puso más que en peligro, entre otras cosas, la libertad de enseñanza. A todo eso el PP hizo sólo modificaciones parciales y tardías, vía por ejemplo una Ley de Calidad que el PSOE rechazó en las calles y derogó, sin complejos ni moderación, en cuanto tuvo el poder. Y después ha avanzado más, en su propia dirección ideologizada y sin sombra de complejos, en la LOE y en el nuevo formato universitario.
Alfredo Pérez Rubalcaba nos ha contado que su nuevo juguete se va a llamar Ley de Cuidados Paliativos y Muerte Digna «para que esa muerte, que es inevitable, se produzca dignamente; es decir, sin sufrimiento y sin dolor». No es eutanasia, nos dicen. Pero ¿quién decide qué vida es digna? ¿No basta el saber hacer profesional de los médicos? Todos vamos a morir, ¿y Rubalcaba podrá legislar cuándo? Es obviamente una trampa para el PP: si muestra con firmeza su rechazo se le acusará de estar con la «carcundia», y si no lo hace –visto el contexto de la «moderación»- puede perder votos.
La peculiar situación de Navarra, y las peculiares ideas de María Kutz
Considerando la gravedad de la crisis económica el análisis de Arriola puede funcionar en 2012 en el conjunto de España, aunque la moderación tendrá su precio y sus razones tendrá Rubalcaba par jugar esta carta ahora. Donde desde luego el juego se ha complicado mucho con todo esto es en Navarra para 2011.
La consejera de Salud de UPN, María Kutz Peironcely, apoya el proyecto de ley de «muerte digna», que le parece «estupendo». Según ella, «la línea roja es la eutanasia y se ha dejado claro que no va a ir por ahí». ¿Una señora que vive de la política aún cree en la palabra y la buena fe de un ministro socialista? Sin haber leído el proyecto ya nos ha adelantado que «es distinta a la eutanasia porque no busca la muerte sino evitar el sufrimiento, humanizar el final de la vida y respetar la autonomía del paciente». Obviamente abrir esa puerta, y dejar que la abra el PSOE, puede ser eutanasia en todo menos en el nombre, y como mejor está es cerrada.
¿Por qué UPN hace este guiño a la izquierda? Porque las últimas encuestas parecen haberle confirmado que tiene en sus manos mucho voto tradicional de derechas, que no se ha ido al PP y que ha quedado básicamente contento con el debate foral sobre el aborto (de pasada se lo digo: de registro nada, objeción toda, y además sobrevenida, que prueben su propia medicina 😉 ). Consolidado eso –ya veremos…- llega la hora del «quesito», y de hacer un guiño progre, que ya otros compañeros de partido se ocuparán de matizar para que no haya enfados muy graves.
El que esta vez ha acertado es el PPN. En su rechazo a la ley, y a las declaraciones de Kutz, parece volver a un camino que parecía indeseable, que es el de competir sin complejos por los votos de la derecha, que si no se van a ir a UPN. Porque aquí no se cumplen las condiciones de Arriola: el votante puede elegir. En la carrera enloquecida de todos contra todos por ser el más progre de este pueblo no pueden ganar todos, y seguramente el PP puede ganar más no corriendo en la misma dirección. Hace un año, en el congreso provincial del PPN, tratamos de asegurarnos contra tentaciones progres en contra de la vida. Ahora queda aplicar la misma idea al resto de temas polémicos, sin miedo al quesito.
Y si se atreven, nos jugamos una cajita de El Caserío, de las dobles, a que Miguel Sanz y Yolanda Barcina van a tirarle de las orejas, supongo que en privado, a la consejera Kutz. Por pasarse de frenada, y por caer en una trampa. Que no era para ella, o sí.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 22 de noviembre de 2010, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/eutanasia-aborto-educacion-tres-trampas-para-rajoy-110979.html