Símbolo de todos, desprecio de algunos

Por Pascual Tamburri, 4 de abril de 2011.

Navarra acaba de conceder el premio Príncipe de Viana al heraldista don Faustino Menéndez Pidal. Nadie como él conoce los símbolos forales. Incluso los que asustan a los políticos pacatos.

El Pleno del Parlamento de Navarra quiere quitar el escudo de la Diputación que tiene la Laureada de San Fernando. Como es lógico abundando los parados y las quiebras, la preocupación principal de nuestros políticos es dedicar un Pleno a… quitar y poner escudos (y a demostrarnos en no pocos casos su ignorancia en esta materia y en otras con ella limítrofes).

Quien más sincero se ha mostrado ha sido mi amigo Pedro Eza, no sé si en nombre propio o de la UPN. Eza se ha mostrado de acuerdo con los abertzales y con la extrema izquierda en considerar que el escudo con la cruz laureada «no nos representa» (entiendo que se refería a sí mismo, y que no espere referirse impunemente a todos sus votantes y simpatizantes). Eza cree que sólo hay algunas «dificultades» para eliminar en este elemento por formar parte de un «conjunto arquitectónico» histórico, obra de Fructuoso Orduna, por lo que ha anunciado el apoyo a la moción heraldófoba si ésta precisa que el escudo se sustituirá «si se puede».

Esto de los símbolos de Navarra viene generando problemas desde la Transición, creo yo que por una cierta obsesión colectiva, muy española, por querer ganar victorias morales en batallas políticas a cuenta de los símbolos de quita y pon. Lo cierto es que durante casi todo el franquismo y algunos años del actual régimen Navarra exhibió en su escudo la más alta condecoración militar española, impuesta a título colectivo. Nada grave; y algunos ejemplares de esa versión del escudo se han seguido usando, porque la historia pasa y es normal que cada momento deje su legado sin que nos obsesionemos a su favor o contra. Mala cosa es que seamos tan pequeños como para dar importancia a pugnas por símbolos que quedan muy atrás en el tiempo.

Los más dignos en esta pelea han sido quienes no han cambiado de opinión, es decir las izquierdas y especialmente las extremas izquierdas más o menos afines a la ETA. Nunca han querido los símbolos colectivos de Navarra salvo para apropiarse de ellos, y nunca han querido condecoraciones colectivas para todos los navarros de hoy por mérito de los de ayer. Lo gracioso es que, aunque no se usen, las condecoraciones se poseen, y el no uso de la laureada no priva de su uso a los navarros, voten a quien voten.

Desd´el Gallo de San Cernin, el 24 de junio de 1980, Ollarra daba hace treinta años sus buenas razones para que respetásemos la historia respetando el escudo de Navarra, íntegro. Decía entonces el director de Diario de Navarra que «la Laureada se dio a Navarra porque Navarra vibró casi al unísono en una circunstancia determinada de la historia de España«… es decir «que el pueblo navarro se sumó plebiscitariamente a una causa –no discutimos su legalidad- en la que puso su sangre y sus muertos«.

«La verdad es que aquella España de julio de 1936, Navarra había sacado siete diputados del Bloque de Derechas y ninguno del Frente Popular. Fue una opción democrática como otra cualquiera. Y Navarra, la inmensa mayoría de los navarros, conspiró…». «Y Navarra se desbordó… e hizo correr a los gudaris de Euzcadi por los montes y fuertes de Guipúzcoa hasta vencerlos tras el cinturón de Bilbao«. Decía hace tres décadas Uranga, y sigue siendo verdad: «Equivocados o no, nadie puede reírse de los muertos, de los muertos por algo en que creyeron. Y repito que no fue una minoría, sino prácticamente un pueblo entero el que se levantó en armas» .

Tiene su gracia que ahora se premie –por no comparecencia de Renzo Piano, y salimos ganando- a don Faustino Menéndez Pidal. Esto de los escudos es importante para todos, y más para los navarros. Durante más de ocho siglos hemos llevado por delante unas cadenas; ahora sabemos que no son en realidad de las Navas, pero ¿las quitaremos del escudo por no parecer intolerantes y antislámicos? Ya que no lo hacemos, no hagamos tampoco mucho el ridículo, especialidad que nuestros políticos cultivan en especial cuando de símbolos se trata.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 4 de abril de 2011, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/simbolo-todos-desprecio-algunos-113717.html