Por Pascual Tamburri, 9 de mayo de 2011.
El PSOE no gana en Navarra desde los años 80 del siglo XX. Ninguna encuesta anuncia que lo pueda hacer el 22 de mayo. Pero todas prevén que sea decisivo.
Un partido político nacional debe de ir muy mal para oscilar, según encuestas y proyecciones, entre los 10 y los 12 parlamentarios en la Comunidad Foral de Navarra. Roberto Jiménez, de hecho, ha heredado el PSOE en los niveles en los que lo dejó Gabriel Urralburu, y nada anuncia que se vaya recuperando. Pero eso parece que les basta en la calle Ferraz, ya que convierte a Navarra en una de las poquísimas elecciones en las que el partido de Zapatero puede recuperarse o, al menos, no perder.
Dice Santiago Cervera que Navarra corre riesgo de «italianización» de su política. Seguramente damos significados distintos a la palabra, pero confieso que me encanta la idea y el futuro en ese caso. Una política «italianizada», para empezar, supondría un voto más sincero y abierto a una derecha libre y plural. Y supondría que quienes tendrían problemas para llenar los lugares públicos de simpatizantes serían los enemigos de la nación, y no sus defensores. Me cambio, desde luego, si la «italianización» incluye la derecha; e incluso si afecta sólo a la izquierda.
El meollo de esa Navarra «italianizada», aparte de un gran número de candidaturas con posibilidades de tener electos, está ni más ni menos que en el PSOE. Porque la izquierda de Zapatero, incluso con Bildu legal y demás escarnios a la convivencia, tiene muchos números no ya para decidir quién gobernará Navarra, sino directamente para gobernarla de un modo u otro, y eso a pesar de un pésimo resultado electoral. ¿Y eso? Sencillo de entender: los votos del PSOE, sean 10 o sean 12, son los que necesitan o UPN (previsiblemente) o los abertzales para gobernar.
Se equivocan nuestros analistas domésticos cuando valoran al PSOE sólo por los votos y escaños que puede conservar (que no conseguir). Su valor es, desde luego, en parte ese: los de Zapatero y Jiménez valen lo que pesan en votos, a efectos de posibles coaliciones. Pero además su segundo valor es el de la legitimidad que pueden prestar. No en vano han estado coaligados con UPN y han respaldado su acción de gobierno, de manera que si lo hacen en adelante, y tanto más si no es con UPN, esos votos socialistas prestarán respetabilidad al acuerdo en el que participen… y al que den el poder.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 9 de mayo de 2011, sección «Por sus fueros».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/psoe-gana-ganar-casi-querer-114444.html