Negocio Total. Un siglo de enredos y Francia sigue sin matar a Gadafi

Por Pascual Tamburri, 7 de septiembre de 2011.

Libia fue creada hace un siglo por y para el imperialismo italiano. Todo lo que sucede hoy es consecuencia de los manejos colonialistas de Francia contra Gadafi. Y el resto es propaganda.

Muchos medios de comunicación han insistido durante estas semanas en la coincidencia entre la salida de Muamar el Gadafi de Trípoli y el 42º aniversario de su golpe de Estado contra el rey Idris. Pero hay aniversarios mucho más llamativos. Hace cien años casi exactos, el 2 de octubre de 1911, la torpedera italiana Albatros, al frente de la flota mandada por el vicealmirante Paolo Thaon di Revel, entregó un ultimátum al defterdar de Trípoli, y después empezó el bombardeo. Renacía así, contra Turquía, el dominio europeo en el tramo más olvidado de la costa africana. Una historia que continúa, aunque ahora nuestros políticos la ocultan.

La ocultan, cuando la conocen, lo que no parece ser habitual. No hace falta saber mucha historia para saber que en un verano de crisis financiera y bursátil, precisamente los valores de la petrolera francesa Total han mejorado su cotización. Precisamente porque Total es la previsible gran beneficiaria del acuerdo entre la Francia de Nicolas Sarkozy y Alain Juppé y los rebeldes libios, que antes de la gran expansión de la sublevación ligó el apoyo militar europeo y de la OTAN a que Francia gestione un tercio de las reservas de petróleo y gas de Libia.

Desde el Congreso de Berlín de 1878 y de la Conferencia de 1885 en adelante las potencias europeas han gestionado con criterio colonial, sólo a veces disimulado, sus intereses en los Balcanes y en África. La historia anterior de Libia es, así, abiertamente colonial. De hecho Turquía poseía, desde la retirada española de Trípoli, la Tripolitania y la Cirenaica. El mismo nombre de «Libia» es un éxito propagandístico de la Italia colonial, que a través de él se vinculaba a la tradición romana (¿saben estas cosas nuestros gobernantes?). Fue aquella una clásica guerra colonial, situada entre el primer y el segundo conflicto balcánico e inmediatamente después del segundo conflicto marroquí, en todos los cuales Italia obtuvo hace un siglo el reconocimiento de sus intereses entre Túnez y Egipto.

Tras el Tratado de Lausana de 1912 nació «Libia» y hasta 1947 sus recursos fueron de y para Italia. El Tratado de paz de París creó la monarquía libia y dejó su petróleo, apenas descubierto, en manos francesas y anglosajonas, situación que cambió primero con la intervención del ENI de Enrico Mattei y después con el golpe de Estado de Gadafi. La historia de Libia ha sido durante los siglos XIX, XX y XXI una superposición de rivalidades entre grandes potencias y de competencia por proyectos económicos. Es lo que han llamado, condenándolo, colonialismo.

Pero las cosas nunca han dejado de ser así. Francia y Total no están promoviendo el apoyo europeo a los rebeldes porque sean demócratas oprimidos, ya que de hecho no lo son. Son simplemente instrumentos de su expansión neoimperial. Y Francia se limita a defender así sus intereses, como por otra parte Italia ha hecho igualmente, a pesar de que París esperaba aprovechar la aparente debilidad política y financiera de Silvio Berlusconi, cosa que no ha conseguido. Eso sí, en 2011 ni unos ni otros han enviado sus acorazados a bombardear la capital ni, de momento, su infantería a patrullar la vía Balbia, sino que han adobado todo el proceso con propaganda… e incluso han logrado que en nombre de rimbombantes principios terceros países empleen la fuerza contra Gadafi.

Francia ha procurado desplazar a Gadafi, sin conseguirlo del todo, y a Italia, ante la que ha tenido que transigir de nuevo. Pero, salvo para los más crédulos, lo que está pasando en Libia –y sospecho que no sólo en Libia- poco tiene que ver con grandes ideales. España, si participa en cosas así, debe pensar sólo en sus intereses, porque si no estará sirviendo los de otros. Y no descartemos que Gadafi nos dé aún alguna sorpresa.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 7 de septiembre de 2011, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/negocio-total-siglo-enredos-francia-sigue-matar–116733.html