La derecha que el 20N no quería votar al PP, aunque sí a Rajoy

Por Pascual Tamburri, 5 de octubre de 2011.

El centroderecha no sólo va a ganar las elecciones. Además va a reorganizarse después. Con reproches cruzados entre realistas y volubles.

«El 20 de noviembre iré a votar, pero no voy a decir a quién, el voto es secreto«. Quien habla así no es un socialista peligroso, ni un partidario de Zapatero y sus políticas, sino don Miguel Sanz, que durante una generación ha dirigido el centroderecha navarro y lo ha hecho uniendo UPN y el PP. Que la UPN de Yolanda Barcina se alíe directamente con Mariano Rajoy no ha gustado a Miguel Sanz, que no ha ocultado su malestar. Pero ni es la primera vez que la mayoría interna de UPN vota lo contrario que Sanz en cuestión de listas ni es demasiado sorprendente que determinadas personas que en 2008 optaron por lo que les parecía más rentable a título individual… hagan lo mismo en 2011, aunque para eso tengan que decir lo contrario.

Lo que sí es verdad es que los enfados preelectorales de Miguel Sanz tienen sus consecuencias a veces mucho después. Es absolutamente seguro que UPN va a ir compacta unida a las urnas del 20-N, y que en ellas va a compartir victoria con Rajoy, de manera que la posición política de Barcina saldrá reforzada, tanto como para dominar a su gusto a los socialistas… o para amenazarles con un adelanto electoral foral al que tendrán mucho, mucho miedo. Los abertzales bastante tienen con sus planes a largo plazo, y sus riñas de familia, así que ahora mismo el enfado del de Corella no asusta. Pero no hay que olvidarlo.

Pensemos, por ejemplo, en 2004, cuando ante una candidatura europea Miguel Sanz propuso al centro y la derecha navarros al hombre al que él consideró más capaz y brillante, su pupilo y el de cierta parte del partido y de sus lideresas. Y sin embargo, en votación secreta, los hombres y mujeres de UPN rechazaron a don Santiago Cervera para representarles y para acompañar a Jaime Mayor Oreja a Bruselas. Los enfados de aquella tarde, en mi ciudad por cierto, cambiaron a buen seguro la historia de Navarra, de sus gobiernos y de su centroderecha hasta el día de hoy. Pero no lo notamos de inmediato, sino que las pataletas han ido floreciendo en los años que han seguido.

Aunque, por supuesto, esa tarde la derecha navarra recuperó los votos de las farmacias y otros hasta entonces maltratados. Nuestra derecha tiene estas cosas, será una cena en Cadreita, una comida en Huarte o un vino en Olite, pero nunca deja de pagar el precio de su propia historia. Con la sensibilidad social actual y las noticias sobre cajas, sociedades y tipos de gestión, es desde luego improbable que UPN-PP rescaten a Miguel Sanz para la primerísima fila; pero no imposible, claro, y desde luego igualmente difícil será que nadie que haya recorrido parte de su camino del brazo de Sanz y en silencio pueda después mantenerse en activo, medrar y no recibir los mismos reproches que el expresidente recibe. O veremos duras batallas entre memorias afiladas y caras de titanio.

Serán cosas de una sensibilidad algo patológica, lo reconozco, pero ha habido días que Sanz se ha merecido un apoyo público incluso de quienes no estamos de acuerdo con él en asuntos políticos sólo por la desgraciada y escasamente honorable volubilidad de personas a él le parecieron fiables y leales y luego le han dejado, como está, en una cierta marginación política.

Creo desde siempre en la necesidad de un centroderecha unido en defensa de la Navarra foral y española; creo que ese proyecto debe incluir los votos, las ideas y los representantes de una Derecha social y de valores; pero creo también que no puede excluir a Miguel Sanz, y que en caso de hacerlo deberá excluir también a quienes en la gestión del caso Sanz, y antes y después de 2008, hayan demostrado su propia envergadura y hayan dejado abundante muestra de ella en los medios. Porque también Rajoy y Barcina necesitan y merecen colaboradores de valía.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 5 de octubre de 2011, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/derecha-queria-votar-aunque–117312.html