Diccionario secreto de políticos rebeldes… antecesores de Cascos

Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de febrero de 2012.

En un régimen representativo hay buenas (y malas) prácticas que siempre están ahí. Esta semana hemos tenido medio siglo XIX en los telediarios. ¿Cascos contra Romero Robledo?

En un régimen representativo hay buenas (y malas) prácticas que siempre están ahí. Esta semana hemos tenido medio siglo XIX en los telediarios.


Juan Rico y Amat, Diccionario de los políticos. Prólogo del autor. Edición y notas de Javier Paredes. Homo Legens, Madrid, 2012. 304 pp. 20,00 €

Que en una situación semejante del país un presidente regional díscolo juegue sus cartas y disuelva sus Cortes a su conveniencia parece a unos genial y a otros horrendo; no por valoración, claro, sino por afinidad. Y lo que le pasa a Francisco Álvarez Cascos no sólo les pasa a todos los demás, sino que además es una característica permanente del sistema. Por la misma razón, el PP asturiano hace su política de la mano del PSOE y contra su antes hermano Cascos; y a la vez Griñán juega con Chacón y ni se saluda con su antes jefe y padrino Chaves, intentando ganarle a Arenas sus propias elecciones regionales a cuenta de Rubalcaba. ¿Es vergonzoso? Si la política debe someterse a la moral, y si en política debiesen prevalecer los principios y valores sobre los intereses contables y egoístas de cada político, e incluso sobre los intereses de poder del partido o facción, sí sería vergonzoso. Pero resulta que la política, tal y como se escribe y hace aquí y ahora, no es así. Y eso convierte a Cascos, en vez de en un traidor, en un ejemplo de habilidad en su mester.

Esto, que digo y afirmo, lo escribió hace mucho y con mucha más gracia que yo nuestro político y periodista liberal don Juan Rico y Amat. «Siempre se asegura que de las urnas va a salir la salvación de la Patria; pero lo que siempre sale son nuevas ambiciones, nuevo desconcierto y nuevas discordias políticas«. Parece pensado hoy mismo para Asturias, para Andalucía o para las dificultades que están tocando a Rajoy; pero es la conclusión, aún válida, de Rico y Amat en su Diccionario de Políticos, escrito en la España de Isabel II. Será que no hemos cambiado tanto, y sin duda eso ha pensado Javier Paredes al editar el libro para Homo Legens. Una reedición oportuna vista la situación política, y accesible a todos porque está hecha para todos los bolsillos y para todos los lectores, ya que se ha modernizado la ortografía y se han añadido las amables y precisas notas explicativas de Javier Paredes sobre la política y los políticos del XIX que el lector de hoy puede necesitar.

La verdad es que, más allá de lo circunstancial y anecdótico, y cambiando lógicamente los nombres y las fechas, son demasiadas las cosas de anteayer que parecen seguir valiendo hoy. «Llamar a las cosas por sus verdaderos nombres: lo que no hacen los políticos en su lenguaje y hacemos nosotros en este Diccionario… Si se llamara a las cosas por sus verdaderos nombres, al patriotismo se le llamaría ambición; a la oposición, egoísmo; a la soberanía nacional, ilusión; a la responsabilidad ministerial, impunidad; a las elecciones, farsas; y a la política, enredo«.

¿Qué político o aspirante a tal, en 2012, podrá leer sin sonrojarse la voz «Listas Electorales», de Rico y Amat? O, hablando de «Falsear«, «los que cambian de color con más frecuencia son los principios en que estriba la libertad electoral [aunque también se extiende sobre la de expresión, entonces de imprenta]. Estos se falsean muy a menudo, dando como resultado natural unos diputados muy falsos«. Rico y Amat glosó con gran sentido del humor, y la justa combinación de malicia y cultura, los males y miserias de la política de su tiempo. Pero, además de que a través de él podemos conocer toda la época parlamentaria, conspiradora, periodística y cortesana desde Martínez de la Rosa a Martínez Campos, a los que lo leen hoy les parecen escandalosamente retratados nuestros políticos de hoy, los de todas las banderías y regiones, en todas sus miserias, especialmente en las que más parecen sorprendernos. No es un profeta, ciertamente, sino que el análisis no ha dejado de valer. Y para entender por qué habría que retomar ese Crepúsculo de las Ideologías, que don Manuel Fraga leyó y releyó cuando tanto Cascos como Rajoy eran jovencitos. Será que los problemas, si no se solucionan, terminan por reaparecer. «Corrupción: Epidemia contagiosa que hace estragos en el país de la empleomanía».

¿La España de 1852 o la de 2012?

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 4 de febrero de 2012, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/diccionario-secreto-politicos-rebeldes-antecesores-cascos-119579.htm