No sentimos «profundo pesar» por los etarras asesinos en la cárcel

Por Pascual Tamburri, 27 de febrero de 2012.

Los amigos de la ETA intentan conseguir con mentiras lo que sus crímenes no lograron. Si para estos asesinos hay trato de favor, que nadie hable de Estado de Derecho, y que nadie se queje.

Batasuna, lo que ahora llaman la izquierda abertzale, ha presentado estos días un papelito más hablando de «paz«, de «proceso democrático» y, oh novedad, «del dolor y el sufrimiento que las diversas manifestaciones de violencia han producido en Euskal Herria, la generada tanto por la actividad armada de ETA como por las políticas represivas y de guerra sucia de los estados español y francés«, reconociendo que «mediante sus declaraciones o actos, ha podido proyectar una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por las acciones de ETA«. ¿Qué bien, no?

Y allí estaban, en el Kursaal de San Sebastián, aunque esta vez sin bandera roja, sin puño en alto ni gritos soviéticos, muchos de los de siempre, otra vez reunidos: el diputado general de Guipúzcoa, Martin Garitano, Joseba Permach, Pernando Barrena, Jone Goirizelaia, Rufi Etxeberria, Joseba Alvarez, Maribi Ugarteburu, Ikerne Badiola de EA –pero no estaban muchos de sus representantes navarros y no consta que estuviese Rafa Larreina, que sí que piadosamente lo apoya-, Patxi Zabaleta de Aralar –al que se le acaban de escapar las juventudes vistos los nuevos tiempos-, Ainhoa Etxaide de LAB, Xabier Mikel Errekondo de Amaiur y Oskar Matute de Alternatiba. PNV y Geroa Bai saben que esto no es suficiente para ningún tipo de verdadera paz, pero sí puede serlo para un sustancial avance nacionalista radical en el País Vasco y en Navarra; no estoy en cambio tan seguro de que lo aplaudan de corazón.

Una pena de ocasión perdida, porque esta gente vuelve a hablarnos, con palabras distintas, de lo que lleva décadas hablando: de una paz que incluye su victoria, de una democracia de tipo cubano, de la «violencia» como si fuese algo que viene por igual de varias partes y de reconocer una «insensibilidad» que es algo bien distinto que arrepentimiento por unos crímenes y la apología de los mismos.

Lo que quieren que nos creamos

1. Qué ha pasado aquí. «La Izquierda Abertzale manifiesta su profundo pesar tanto por las consecuencias dolorosas derivadas de la acción armada de ETA como por su posición política con respecto a las mismas, en la medida en que haya podido suponer, aunque no de manera intencionada, un dolor añadido o un sentimiento de humillación para las víctimas«. Algo hay de verdad, puesto que ETA ha causado dolor y sus defensores se han hecho cómplices de éste. Pero no se trata de dos violencias equivalentes enfrentadas, ojo: es la violencia ilegítima y criminal de los enemigos de la nación y del Estado, violando las leyes y rompiendo la convivencia, frente a la violencia justa y legítima de los defensores del orden legal vigente. No se puede hablar de las víctimas «sin ningún tipo de jerarquización ni clasificación«. No cabe equiparación, ni a posteriori.

1.1. Una interesante aclaración. Sí, sí, dicen ahora (más de 40 años después de empezar) que, «en la crudeza del conflicto, nos ha faltado hacia unas víctimas la sensibilidad mostrada con otras» y el grupo «lamenta el daño que de manera no deseada haya podido añadir con su posición política«. Cierto, cierto. Pero es que tampoco las víctimas son equiparables, precisamente por la diferente naturaleza de los actos terroristas.

2. Dónde estamos. Qué fácil es pretender que «todos los partidos se comprometan en un diálogo pacífico y democrático para lograr la paz«. Sin embargo, el marco para ese diálogo son las instituciones democráticas, que para eso existen. Este Estado de Derecho no se inventa de cero en 2012, ni en 2004, ni en 1996, ni en 1982, ni en 1978; y quien le niegue tal legitimidad deberá atenerse a las consecuencias en todos los órdenes de habérsela negado.

3. Quiénes son y somos. ETA «ha dado por finalizada su actividad armada«, pero «este hecho no ha traído consigo el fin de todas las violencias» y pide que «se termine con la actual política penitenciaria, totalmente inhumana«. O sea, que ETA, a cambio de la palabra de unos enmascarados, pide uno de los tres puntos de la vieja «alternativa KAS«, la liberación de los 700 presos etarras que están cumpliendo sus penas. Pequeño precio para tanto, que no han tenido desde la amnistía de Adolfo Suárez.

4. Quién manda aquí. Piden que cese «la política de represión, acoso policial y detenciones contra militantes independentistas«, dicen que «se deben garantizar el conjunto de derechos civiles y políticos de la ciudadanía vasca, entre los que destaca la imperiosa legalización de Sortu» y que «los juicios y los encarcelamientos deben terminar definitivamente«. En suma, se trata de convertir ETA en fuerza política legal y en todos sus actos hasta la fecha en legales, sólo a cambio de su palabra. No lo duden: si se les sigue por este camino los que mandan son ellos.

5. Y qué va a pasar. Batasuna dice que ETA «deberá deshacer sus estructuras militares y poner las armas fuera de uso» y que, a la vez, los Estados español y francés «tendrán que deshacerse o readecuar los operativos armados y represivos creados para el conflicto«, con «la vuelta de todos los presos y exiliados«, mientras se pacta un régimen penal en el «largo tránsito hacia un escenario democrático que garantice la paz» y los gobiernos español y francés abren «un proceso de diálogo y acuerdo para tratar las consecuencias del conflicto y resolverlas para siempre«. Es decir, la impunidad de los criminales, su legitimación política, la negociación entre todas las partes y sobre las viejas reivindicaciones etarras, paralela a la retirada de estas provincias de las Fuerzas Armadas y de Seguridad.

5.1. Antes, con otras palabras, a esas mismas consecuencias que esta gente pretendía conseguir con su acción asesina las llamaba «alternativa KAS», y eran el objetivo declarado de ETA y Herri Batasuna, y más grupos. Pero era lo mismo: liberación de los presos, retiradas de las FAS, autodeterminación/independencia… y claro, socialismo. Precioso. Seguro que encontramos algún teorizante liberal-socialista dispuesto a un ejercicio de onanismo intelectual al respecto, por supuesto sin haber pisado barro nunca.

No olvidemos una cosa: los etarras no han «humillado» a las víctimas, eso ha sido un agravante posterior. Lo que han hecho es matarlos, mutilarlos, herirlos y torturarlos, y además para imponer un régimen totalitario de su secta contra la voluntad soberana de la nación española. Bien que con medias palabras se disculpen de la humillación, ahora les queda pagar el resto de sus culpas y acogerse a generosidad de los tribunales de justicia de la nación de la que ellos mismos forman parte. Y a mí, la verdad, que los asesinos de Alfredo Aguirre, del general Juan Atarés y de tantos otros paguen por lo que hicieron no me produce «profundo pesar». Será que soy intolerante y mala persona, mientras que el modelo de ciudadano para esta gente –y los tontos útiles que nunca les faltan- debe de ser Josu Ternera.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 27 de febrero de 2012, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/sentimos-profundo-pesar-etarras-asesinos-carcel-120009.html