Abogados sin moral en el asalto a una multinacional española

Por Pascual Tamburri Bariain, 19 de mayo de 2012.

Borja Martínez-Echevarría ha ganado el premio Abogados de Novela, 2012, con un relato de actualidad: los increíbles recursos jurídicos empleados por la usura nacional y mundial.

Borja Martínez-Echevarría ha ganado el premio Abogados de Novela, 2012, con un relato de actualidad: los increíbles recursos jurídicos empleados por la usura nacional y mundial. Por Pascual Tamburri Bariain


Borja Martínez-Echevarría, El bufete. Martínez Roca – Planeta, Madrid, 2012. 320 pp. 19,50 €

Borja Martínez-Echevarría ha ganado el premio Abogados de Novela, 2012, con un relato de actualidad: los increíbles recursos jurídicos empleados por la usura nacional y mundial.

Cuando oímos hablar de OPAs, de nacionalizaciones, de operaciones complejas o de pleitos imposibles utilizando a la vez todos los recursos de la técnica y de la legalidad mundial… no estamos, a día de hoy, más que enunciando una pequeña parte de los recursos que las grandes empresas y los Estados emplean para resolver sus negocios. La realidad del mundo capitalista, en la que cambian de manos «miles de millones de euros en pocos segundos«, impone no sólo la presencia del jurista, que es tradicional para nosotros, sino su centralidad. Y eso se refleja en la ficción.

Borja Martínez-Echevarría conoce el mundo del Derecho, como licenciado aunque no como abogado en ejercicio, y ese conocimiento se refleja en la trama de esta hiperrealista novela de acción. Pero lo que ésta realmente retrata es la capacidad del autor de contar una historia y de hacerlo de modo no sólo verídico sino sobre todo agradable para el lector, o más bien convendría decir atractivo, atrayente o si se quiere implicante. Leer El Bufete sumerge al lector español en el mundo sutil y sorprendente de la gran empresa, de los grandes negocios y de los grandes despachos internacionales que son, hoy más que nunca, las verdaderas «criadas para todo» del capitalismo local, más como secuela de lo que ha sucedido en el mundo occidental de los negocios desde la Segunda Guerra Mundial que como prosecución de nuestra propia tradición forense.

Esos grandes despachos son, y siguen siendo en estos tiempos de crisis, el Paraíso anhelado por promociones enteras de recién licenciados, el camino entrevisto como puerta de acceso a la fama y, más importante aún, a la riqueza y el poder. Los mejores juristas de cada año cada vez menos esperan servir al Estado en los distintos Cuerpos, por gloriosa que sea su fama y su tradición. Quizá la necesidad de estudiar y trabajar haga menos deseable ingresar en uno u otro de los Cuerpos letrados (o docentes, claro), y quizá los mismos medios de comunicación hagan digno de envidia al joven letrado que entra en esos bufetes masivos y mecánicos, al retratar de vez en cuando casos de éxito. Siempre que estemos de acuerdo en qué es éxito, y siempre que no olvidemos a esa gran mayoría que se queda por el camino.

La pirámide de un bufete descansa en la llegada continua, seleccionada y tan numerosa como se desee de becarios o sus equivalentes, dispuestos a poner su inteligencia, su mente jurídica y su trabajo sin límites al servicio de la fama y la riqueza de otros, a cambio de la posibilidad de una recompensa futura. Un intercambio del mismo tipo se produce, por supuesto, en la Universidad liberal, y no en vano hay un intercambio de personas (tanto en los pies como en la cabeza) entre ambas instituciones. El ascenso de un becario depende de su capacidad, su esfuerzo, la oportunidad y no poca suerte; por cada uno que puede creer que ha triunfado muchos quedan atrás. Y el autor hace ver muy bien cómo en esta pirámide, por alto que uno ascienda, descubre que siempre hay alguien por encima y que en cierto modo, por mucho dinero que uno gane, siempre hay jefes o clientes con más riqueza y más poder en condiciones de colocarle a uno en posición de becario, o casi.

No creo, desde luego, que Irnerio hubiese sido ni comercialista ni internacionalista, y habría mirado el actual Derecho con cierta extrañeza. El universo jurídico de la España supercapitalista de hoy habla con las palabras de nuestro Derecho de siempre, es verdad, pero Borja Martínez-Echevarría nos lleva con facilidad a un mundo o mundillo en el que los negocios importan mucho más que los principios jurídicos. Cada vez menos el héroe de los estudiantes de primero es un abogado que triunfa frente al poder, como lo fue un gran abogado español en el caso Barcelona Transit en un entorno jurídico que ya no existe; cada vez más es el estudiante de Máster que consigue uno de los muy cotizados puestos de siervo, y por supuesto el profesor que deja de serlo, salvo en el título, para ganar mucho dinero prescindiendo de su vocación. Hay que decir, a favor de esta novela con la que Martínez Roca nos ameniza la primavera, que tiene un trasfondo y un final optimistas que sorprenderán al lector y que son muy de agradecer en esta España pesimista en la que casi todo y casi todos parecen tener un precio. Y en verdad no es así, porque no todo está en el mercado, aunque decirlo nos reporte una miradita de superioridad por parte de algún amigo togado.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 19 de mayo de 2012, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/abogados-moral-asalto-multinacional-espanola-121612.htm