Cómo hacer una tortilla sin romper los huevos, ni los fueros

Por Pascual Tamburri, 19 de julio de 2012.

Navarra tiene una autonomía fiscal privativa y tenía una envidiable reputación de honradez. Es mejor para todos que se use bien la primera y no se ponga en peligro la segunda.

UPyD, el partido de Rosa Díez, preguntó en el Parlamento al Ministerio de Hacienda por la gestión del IVA en Navarra, como consecuencia de las informaciones que se han ido conociendo desde la pasada primavera sobre la inspección relativa a la devolución del IVA a Volkswagen Navarra. Hay que recordar que se trata de un asunto de miles de millones de euros, del que en España sólo han hablado algunos medios de comunicación y del que en Navarra en particular sólo se ha hablado cuando ha habido noticias teóricamente positivas que dar, y aun éstas se han dado de modo más que sesgado. Esta pregunta certifica lo que ya se veía: que el asunto es espinoso, que duele, y que el escozor se produce a la vez, aunque por diferentes razones, en latitudes políticas diferentes y hasta muy distantes.

Nuestros colegas de El Confidencial, que no tienen que pagar los tributos de parte de la prensa en papel, han podido titular esto nada menos que «Hacienda admite que regaló a Navarra el IVA de las exportaciones de Volkswagen«, y ya les digo yo que nadie les va a poner un pelito por difamación. La callada por respuesta. «La unidad de grandes contribuyentes de la Agencia Tributaria abrió un acta por un montante de unos 1.700 millones, correspondientes a los cuatro últimos ejercicios fiscales«, y «los gobiernos de Mariano Rajoy y Yolanda Barcina modificaron el convenio económico entre el Estado y Navarra para que la comunidad foral siga conservando la mayor parte del IVA recaudado por la exportación de vehículos Volkswagen producidos en la planta de Landaben«. ¿Cómo y por qué?

«En su respuesta parlamentaria remitida a UPyD, el Ejecutivo admite implícitamente que ha estado devolviendo durante los últimos 17 años el montante del IVA que debería pagar Navarra«, por lo cual ya deberíamos estar contentos, ya que al no ser Navarra un contribuyente civil el acta de inspección podría haber sido no por cuatro ejercicios sino por todos ellos. «Como informó El Confidencial, Volkswagen ha utilizado una filial de carácter instrumental radicada en Barcelona, VAESA, para exportar los vehículos producidos en Navarra. Dado que estas exportaciones están exentas de IVA, la compañía automovilística [fabricante, y formalmente vendedora a VAESA] abonaba el tributo a la comunidad foral, pero luego reclamaba su devolución al Estado [en virtud del domicilio de la filial]. Una triangulación en la que Navarra ingresa y el Gobierno central paga«.

Ahora que esto ya es público, «ambas partes modificaron su convenio económico en mayo con el objetivo de que Navarra comenzara a hacerse cargo de las devoluciones, y se normalizara la comercialización de los vehículos. Sin embargo, dado el impacto económico del IVA procedente Volkswagen en el presupuesto navarro, el Gobierno de Rajoy ha concedido al de Barcina que pague solo 25 millones anuales, por lo que el resto lo seguirá aportando el Estado«. Lo que no se ha dicho es que, efectivamente, el IVA de Volkswagen es una parte muy grande de los ingresos de Navarra, y su devolución, incluso sin pensar en los años anteriores, desequilibraría el Presupuesto foral. Rajoy ha defendido aún más a Navarra, porque ha sido generoso con el pasado, aún más con el futuro pese a las circunstancias, y mucho más todavía con las formas: «A diferencia de lo que sucede en el País Vasco, los acuerdos para establecer la cuantificación y liquidación de los ajustes a consumo de la imposición indirecta son competencia de la Comisión coordinadora, sin que tradicionalmente haya resultado necesaria su aprobación posterior por Ley en las Cortes Generales«.

En Navarra, como decíamos, el asunto ha merecido poco o ningún comentario en los medios de comunicación oficiosos. Se calló rigurosamente todo el asunto del IVA de Volkswagen Navarra, que fue noticia sólo cuando la Hacienda del Estado, porque Rajoy quiso, buscó una solución muy favorable para la Hacienda de Navarra. Y dejó de mencionarse el caso, salvo cuando lo hizo Álvaro Miranda al caer, y nada más. De hecho, hablar de este asunto es visto como una «traición a Navarra» o antiforalismo por navarreros de muy distinto pelaje y muy variable formación. Como si hablar de ello o buscar una solución fuese más contrario a Navarra que haber cometido el error, si es que error fue, o que haber permitido el negocio sin duda sí fue. Lo que hay que ver es para quién.

Y digo bien: hay que ver. Callar y dejar pasar es solución cobarde de las que en otro tiempo se habrían llamado y con razón de sacristía. O mejor dicho, no es solución, sino simple amparo para los responsables, o culpables según el caso, y flaco, flaquísimo favor para Navarra. Por voluntad de Rajoy aquí no va a haber un escándalo; sea. Por voluntad de los dos Gobiernos se ha llegado a un acuerdo político-administrativo, desde luego muy en línea con la tradición foral y muy poco con la constitucional; sea también, al fin y al cabo disfrutamos de un Fuero Nuevo promulgado por Ley de Prerrogativa de Francisco Franco y nadie se ha muerto aún por eso. Pero callar del todo no es un buen favor para Navarra ni un ejercicio de navarrismo. En este negocio ha habido beneficiarios y responsables, con nombres y apellidos, y aunque no haya sanciones penales para ellos sí debe haber unas consecuencias éticas, estéticas y políticas.

Navarra no es su fuero: es una comunidad humana anterior a la redacción de éste (por cierto en romance, no en vascuence, y no lo digo por nada en especial). Pero desde el siglo XIII, y por diferentes intereses, y de diferentes modos, se ha venido identificando el Fuero (a menudo sin leerlo) con la comunidad. De manera que un mal uso fiscal, amparado en la foralidad, es un ataque a la foralidad misma, aunque pueda ser formalmente legal. Y si no señalamos nosotros a los responsables no faltarán interesados en hacerlo, a su debido tiempo. De este mismo miércoles son las declaraciones de Pernando Barrena, ese demócrata, diciendo que la «viabilidad de la Navarra uniprovincial está herida de muerte«. Durante demasiado tiempo se ha absolutizado Navarra hasta lo patológico y se ha identificado Navarra (y su fuero) con la buena gestión fiscal y el bienestar. Bien, ahora se vuelven las tornas: ¿pierde su sentido Navarra si la fiscalidad foral se tambalea?

Somos muchos los que creemos que no, que el fuero importa más que el huevo, y que los dos importan menos que la Patria. Y la Patria de todos los navarros es, antes de que hubiese fuero y de que existiese ni la palabra «Navarra», España. Todo sacrificio será pequeño para quitarle la razón a Barrena. Sacrificios fiscales como los que se nos piden, y sacrificios estéticos y éticos como los que tenemos derecho a exigir a nuestros políticos en este caso. Al menos si creemos que la libertad de la Navarra foral y española importa más que los beneficios y la imagen de una parte de la casta política y empresarial.

Si ustedes no hacen ese beneficio estarán colaborando a batir los huevos de la tortilla abertzale. Que les aproveche el negocio, porque haremos lo posible para que dure lo menos posible y el precio sea muy alto. Eso sí, con IVA y taquígrafos, caiga quien caiga. Doña Yolanda, por favor, usted puede poner orden, hágalo ahora antes de que por esta herida nos infectemos todos.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 19 de julio de 2012, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/como-hacer-tortilla-romper-huevos-fueros-122987.html