Por Pascual Tamburri, 30 de julio de 2012.
La subida del IVA hará más caro el cine, pero no debería matarlo. Si muere la séptima arte española será culpa de todos y por voluntad y beneficio de algunos.
Furor, desesperación, insultos y manifestaciones. Si en general la subida del IVA ha creado desamores en la España de 2012, la parte que le ha tocado al arte ha sido mayor. Y algunas de las artes han quedado peor paradas, al menos si se piensa en los efectos materiales directos: es el caso del cine, que al aumentar drásticamente el precio de la entrada podría ver reducirse el número de espectadores y por consiguiente la viabilidad misma del arte. Del cine español, se entiende.
La opinión mayoritaria en el sector tiene su fundamento en hechos que casi nadie discute: «tan sólo un delicado golpe más amenazaba con destruir unos cimientos que vienen siendo críticos para la cultura desde hace años. Y en especial, para el cine español. La subida del impuesto del valor añadido (IVA) sobre el precio de las entradas a salas de cine, teatros, festivales musicales, conciertos y museos privados ha pasado del 8% al 21%… La noticia corrió por twitter como la pólvora. Los argumentos sobre la inconsciencia que había cometido el Gobierno no hacían más que recogerse en razonamientos como este: ´IVA CINE Rusia 0%, Suiza 2%, Bélgica 6%, Francia 6%, Suecia 6%, Alemania 7%, Noruega 8%, Finlandia 9%, Austria 10%, ESPAÑA: 21%´. La FECE (Federación de Exhibidores de Cine de España) declaraba: Ya era grave la subida previa, pero este salto del 8% al 21% supone cerrar el sector. Esto es imposible de asumir. Si los precios suben, cerrarán el 70% de las salas al día siguiente; la gente del sector habla de sacar los cañones a la calle«.
Sin embargo, la opinión más ponderada y atrevida sobre esta materia no es exactamente así, o al menos no se queda sólo en culpar al Gobierno. Atrevida, sobre todo, porque no viene de un militante del PP ni de un enchufado de la Administración, sino de un hombre ilusionado por el cine y que pertenece a ese entorno él mismo. «La decisión parece radicar en un alarde por acentuar la conciencia nacional sobre la gravedad de las circunstancia. De nuevo, estamos en crisis. Un circunloquio del que parece que aún no hemos salido… Y desgraciadamente aquí la culpa es de todos. En primer lugar, de la inconsciencia acometida por Mariano Rajoy por considerar esa subida de forma generalizada y no sectorial. Por considerar que pudiera favorecer el ahorro del capital estatal y por olvidar la consecuencia –casi por defunción- a uno de los sectores que de facto era deficitario. Y no, no hablo de esa gran arte clásica en peligro de extinción llamada política, tan amenazada por un grupo de sofistas cuya retórica no sabe más que intimidar al pueblo. Hablo de cultura. De la innegable consecuencia del cierre de cines, del descenso en la producción y por ende, del aumento de paro en nuestro sector«.
«En segundo lugar, señalo a la propia industria. Nosotros: el cine español. Los que sabiendo la criticidad e inviabilidad del sistema financiero público – las subvenciones-, nos hemos quedado de brazos cruzados. Sin reaccionar, sin buscar nuevos modelos de negocio que puedan reciclar la industria, tal y como ha hecho el sector de la música. Locutando discursos grandilocuentes pero sin grandes resultados. Y todo por avaricia y egoísmo, y apunto con especial hincapié a algunos de los productores españoles más relevantes. Y como no podía ser de otra manera, a una institución que parece haberse tomado unas vacaciones indefinidas: la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas. Impasiva, absorta, arcaica. Sin voz ni voto«. Porque el que habla no es un opinador a sueldo, sino un creador de ese mismo cine; Jon Ander Tomás Mencía ha señalado las culpas del propio sector en su editorial «Acción y Reacción» publicado en portada de la web especializada 30francos.com. J.A. Tomás es estudiante de cine, y a sus 21 años con su cortometraje «Ella» ya asistió acreditado a la Berlinale de febrero de 2012, y acaba de terminar su nuevo corto «Sonata«, rodado en Murillo de Lónguida a finales de primavera, ambientado en 1912, que se presentará en otoño en la Zinebi de Bilbao y 2013 en la Berlinale. Sin duda le resultaría más fácil unirse al coro de grandes voces y lamentos, pero al distribuir responsabilidades demuestra una honestidad intelectual rara en estos tiempos y que hace valorar en más su amistad.
La verdad es la que es. Sin duda un IVA reducido o unas subvenciones públicas directas hacen más rentable cualquier industria, no sólo el cine. Estamos de acuerdo en que el cine no es «cualquier» industria, ya que «si nos llaman artistas, no es porque pertenezcamos al mundo de la farándula, sino porque hacemos arte…. Y eso es una responsabilidad. Algo que nunca debemos olvidar«, dice el mismo Tomás. Pero aparte del estímulo y protección que las artes –las grandes artes y la formación de los grandes artistas- deba o pueda recibir del Estado, la verdad es que el cine es rentable si tiene espectadores, y que éstos asisten en masa si las películas les gustan. El cine español ha pecado no tanto de estrechez de miras como de complejos, queriendo crear productos supuestamente exquisitos sólo para una casta. Hoy se puede crear cine y hacerlo con modelos de negocio y criterios artísticos rentables en sí mismos, que no avalen el egoísmo de un puñado de subvencionados conocidos y que no legitimen el descrédito de todo el sector. Porque los que pagan son los más débiles, y sospecho que a menudo los mejores.
«Apelo a la Academia que como institución debe representar y serle fiel a su primer principio: el de fomentar el progreso de las artes y las ciencias cinematográficas«… Y ese progreso debería incluir más y mejor cine, uno tan bueno que pudiese incluso prescindir de toda ayuda por ser rentable sólo gracias al público. En otros lugares y momentos se ha hecho. No hay razón para que en España, en el siglo XXI, no pueda ser así. Y si quieren ver cómo se hace cine en 2012, consigan una invitación para el estreno de «Sonata«, por supuesto.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 30 de julio de 2012, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/cine-espanol-muere-sino-porque-algunos-123320.html