Un millón y medio de insultos a los trabajadores, un recorte frustrado

Por Pascual Tamburri, 2 de agosto de 2012.

En medio de recortes dramáticos, con una deuda atroz y unas finanzas dudosas, la región Navarra subvenciona directamente a Osasuna.

El Gobierno de Navarra comunicó el 23 de julio al Club Atlético Osasuna la decisión de suprimir la subvención de 1,4 millones de euros que la sociedad deportiva recibe desde 2006 a cambio de que el estadio, antes llamado «del Sadar» (en atención al río que pasa a sus pies), se llamase «Reyno de Navarra» (como parte de la campaña de publicidad e imagen financiada por las arcas forales). El consejero de Políticas Sociales, Jesús Pejenaute, de Unión del Pueblo Navarro, explicó la decisión por los recortes derivados de la situación económica general y de la de las finanzas navarras, y por la necesidad de dar prioridad a otros gastos, como los de su propia área por ejemplo.

Sin duda fue una decisión difícil para cualquier político, porque, incluso cuando a alguno no le guste especialmente el fútbol o en caso de gustarle prefiera equipos de más envergadura, hay un afecto inevitable en la sociedad navarra hacia su único equipo en primera división. Una decisión valiente, porque podía suponer enemistades, pérdida de votos e incomprensiones. Pero creo que sinceramente una buena decisión, porque en tiempos de austeridad hay que elegir con valentía que es más y menos importante. Algunos recortes han hecho o podían haber hecho mucho bien (como en educación, o en cultura), ya que se había estado gastado demasiado, y demasiado mal, y recortar obliga a pensar, y a cambiar. Otros han sido males, aunque puede que males menores. Y otros han sido indoloros, puesto que los gastos no llevaban a nada y sólo beneficiaban a sus receptores.

Y sin embargo, pese al acierto y la valentía demostrados, el Gobierno de Navarra ha decidido empezar agosto volviéndose atrás. La vicepresidenta Lourdes Goicoechea se reunió con el recién elegido presidente de Osasuna Miguel Archanco para comunicarle que el dinero de los contribuyentes dela Hacienda foral seguirá ayudando económicamente al club. Un millón y medio de euros destinados a Turismo serán dados a Osasuna, y el estadio no cambiará de nombre. Mientras, el club deportivo tiene una deuda de 28 millones con la misma Hacienda, cuyo pago se está negociando en las condiciones más favorables posibles para el club, en diez años (una ventaja que no se suele dar a los contribuyentes). Y junto al Sadar (perdón, el Reyno) sigue la mole del pabellón arena Navarra, edificado con la mentalidad de los años de opulencia, con dinero público sobre los terrenos de la antigua piscina de Osasuna.

La explicación de la presidenta Yolanda Barcina es que «El Gobierno de Navarra también está buscando ayudar a nuestro club, como están ayudando las demás CCAA, porque Osasuna representa mucho para nuestra Comunidad, es nuestro mejor embajador cuando sale fuera de Navarra y la propia marca de Reyno de Navarra nos da valor añadido a nuestra Comunidad«, lo cual bien vale un millón y medio por lo visto. Dicen. Yo lo de la marca, visto desde el turismo, me lo creo poco. Visto desde el vino, nada (con las naturales excepciones nominales). Lo mismo les digo del dinero que lo vascos tiran a espuertas en la Real y el Athletic, ojo. El que aplauda estos gastos que luego ni rechiste ni mucho menos huelgue o se manifieste, por supuesto; y el que los haga que luego no se queje de ningún recorte ni de ninguna austeridad… puesto que parece que aquí el dinero sobra, o cuando menos abunda.

La consigna oficiosa parece ser «Navarra es distinta, Navarra va bien». Todas las autopistas de España suben de precio, pero la A-15, presidida por Miguel Sanz (testigo ella misma de tantas historias nunca contadas desde antes de su construcción), no. No se construyen ni se venden casas nuevas, pero sí el parque de Lezcairu en Pamplona, avanza la confusión sobre Donapea y Guendulain es una palabra prohibida en la política y la prensa navarras. La CAN ya no es problema (salvo cuando lleguen los jueces: los periódicos no lo harán nunca), salvo para la Caixa. No se procede a la Fase II del Canal de Navarra (porque nunca quedó suficientemente clara… y porque José María Aznar no la dejó pagada antes de cesar), pero se amplía la Fase I en beneficio de las cuencas bajas del Arga y el Ega, sin estudios técnicos como los anteriores pero con alcaldes e industrias bien relacionados. Tenemos circuito de carreras en Los Arcos, un aeropuerto nuevo y vacío en Noain, semanas blancas, verdes y azules, prejubilados con 52 años, hemos tenido oposiciones de chichinabo para hacer funcionarios a gentes que en un sistema normal no habían pasado del tema 1. Miles de nuevos amigos. Amigos para siempre, como la navarra Volkswagen. Cada kilómetro del AVE Castejón-Villafranca-Echavacoiz (15 minutos menos Pamplona-Madrid la década en que el Estado complete el enlace) cuesta 16 millones de euros. Una salida de la Vuelta a España 1,5 millones. ¿Navarra va bien? Parece que la única verdad oficial es esta. Y parece que el dinero público es aquí ilimitado.

Pero hay un 20% menos de empleos industriales. El PIB ha bajado un 1,4% en un año, más que la media española. Eso sí, para Osasuna, que es imagen, que no falte. Pues no. Esa subvención, que no es a un equipo deportivo juvenil sino a una sociedad privada, no es coherente con el tipo de austeridad que Navarra y España necesitan. Que es verdad que siempre sería mejor poderla dar, pero está claro que si se da eso al fútbol profesional se dejará de dar a otros, y es fácil encontrar otros que lo necesiten más. Ese millón y medio, precisamente en imagen, va a ser muy caro en los años que vienen; porque puede tener contentos a los hinchas de Osasuna (que bien se podrían pagar sus vicios ellos solos), y quizá guste a los abertzales puesto que hacen lo mismo en las «provincias hermanas» y a los socialistas porque siguen creyendo que el dinero público no es de nadie. Pero esta decisión, o mejor dicho esta retirada, será cara justamente entre los votantes y simpatizantes más fieles del centroderecha, entre los trabajadores que han aceptado la austeridad por patriotismo, no para que nadie se aproveche. Es un insulto. Precisamente porque no es coherente con lo que se dice y supuestamente se cree. Habrá problemas, aunque Osasuna no baje.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 2 de agosto de 2012, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/millon-medio-insultos-trabajadores-recorte-frustrado-123391.html