Las elecciones olvidadas y decisivas (más para Rajoy que para Feijóo)

Por Pascual Tamburri, 15 de octubre de 2012.

Las elecciones catalanas y vascas llenan titulares por lo dramático de sus consecuencias. Pero es en las gallegas donde pueden (o no) romperse los equilibrios actuales. Veamos por qué.

Unos medios de comunicación dramatizan ahora con las intenciones separatistas de Artur Más (después de años y décadas de silencio cuando no de complicidad con el separatismo, Grandes de España juancarlistas incluidos). Otros se angustian con lo que las encuestas prevén en las tres provincias vascas, que desde luego no es ni malo para ETA ni bueno para España (pero han tenido 40 años para verlo venir). Con o sin crisis parecemos estar en un año electoral, lo que supuestamente 2012 no iba a ser, y parece que el futuro de España depende de lo que vascos y catalanes voten o se les haga votar. Pocos en cambio dan a Galicia toda la importancia que tiene, y por cierto que la tiene, al menos si España va a seguir siendo una democracia como hasta ahora.

Cataluña es muy, muy importante, y analizaremos aquí pronto lo que puede salir de sus urnas. Ya hay análisis profundos, como el reciente de Fernando Vaquero en Diario Liberal, y se puede ahondar en ellos. Sin embargo, hay cosas que pueden darse ya por descontadas, como es una mayoría del nacionalismo (habrá que ver cuál y cómo) y una impotencia parlamentaria de los no nacionalistas, desangrados a través de las décadas por los vaivenes del PP y sobre todo por la absoluta incoherencia del PSOE con su postura histórica, con su ideología y con su electorado. Tampoco hay novedades en la deslealtad histórica de CiU con el catalanismo fundacional… pero nada de eso es nuevo. Sí puede ser novedad que, quiera o no, el Gobierno tenga que usar los medios constitucionales para impedir una deriva que los complejos y la manipulación han construido en todos los años de autonomía. Pero ya llegaremos a eso.

También las tres provincias vascas son muy, muy importantes, pero casi todo lo que salga de las elecciones puede darse ya por hecho. Muchos años de uso de las instituciones por los abertzales, sin oposición en lo educativo ni en lo cultural, sumados al chantaje de ETA aceptado sumisamente por los llamados a derrotarla (y sólo a derrotarla), construirán una mayoría abertzale. Qué pase después, ya se verá; Otegui ya está mostrando su alegría. Pero no hay que insistir mucho en contar las partes de la historia que casi ya están escritas; al resto, ya llegaremos.

Donde aún quedan partes de la historia por dilucidar, y partes importantes, es en Galicia. Ahora mismo, probablemente por desgracia, el PP no se juega nada en Cataluña ni en País Vasco. Puesto que Mariano Rajoy gobierna en Madrid será él el llamado, por su cargo y por su mayoría en las dos Cámaras, a poner orden en las dos regiones; y por eso mismo importará entonces que el PP –o quien quiera que gobierne la nación entonces- sea fuerte y sólido. Precisamente son esa fortaleza y esa solidez del PP las que se juegan en Galicia, y justamente por eso importa qué resultado obtenga Núñez Feijóo, más incluso en clave nacional que en su vertiente territorio. Conviene en este sentido tomar en consideración el análisis de PB ¡Xa temos Eleccións! en el blog ´Ultreya´, seguramente la valoración más sensata del peso de la política gallega en términos nacionales.

«El próximo día 21 de Octubre, los indígenas del viejo Reino de Galicia acudiremos a las urnas para elegir al presidente de nuestra taifa autonómica para los próximos cuatro años».

«Estas elecciones, marcadas por la crisis y la general desafección del pueblo hacia su clase política, son las más discretas y grises que se recuerdan en los ya 31 años de comicios al Parlamento de Galicia, con una competencia entre candidatos que en la mayor parte de los casos pareciera una carrera de torpes. En pocos días tendremos 75 nuevos diputados y vamos a ver cuáles pueden ser las claves del resultado final».

«Para empezar este repaso, nada mejor que el líder del PSdeG-PSOE, Pachi Vázquez. No era el candidato deseado ni adecuado, pero ante los problemas judiciales de Blanco, el nulo apoyo obtenido por Caamaño y el fracaso de Elena Espinosa en el congreso regional, ha terminado, casi de carambola, aspirando a dirigir los destinos de Galicia. Por sus actuaciones y forma de gobernar el Ayuntamiento de Carballino, donde fue alcalde de aplastantes mayorías absolutas, muchos lo comparan con la versión socialista de José Luís Baltar, señor de esa vieja arte tan común en el rural galaico consistente en el desarrollo de relaciones personales por conveniencia e intercambio recíproco de favores con resultado casi siempre de mayoría absoluta. Cabe destacar que el autor de la foto del cartel electoral se ha lucido, dejando el perfil del pobre Pachi con un surco-arruga de sien a quijada, como si un arado romano surcase su jeta».

«Siguiendo el desfile de «bellezas», nos encontramos con Francisco Jorquera, del BNG. Una vez terminada la purga dentro de la formación frentista, la UPG impuso su candidato. Poco tenían donde escoger, pues tanto la elección de Gullerme Vázquez o de Francisco Rodríguez como candidatos, sería como poner a Beria de animador de fiestas infantiles. Al final se decidieron a echar mano de su diputado en Madrid, personaje poco conocido entre el electorado y cuyo asesor de imagen hace tanto en su favor como en el del socialista Pachi. Su aspecto exterior es poco cuidado y su discurso enarbolando un pacto fiscal para Galicia un despropósito. La mayoría del electorado gallego, incluida una parte importante del BNG, no siente admiración por Más, sino ganas de pegarle una buena patada en los mismísimos. Pero ya se sabe que el BNG vive en su mundo de ficción y (por suerte) así les va».

«Otro de los importantes actores será el veterano Beiras. El principal incitador de la jubilación de Fraga allá por los 90, vuelve al ruedo político a sus 76 años, con sus dosis de demagogia habituales y grandes cantidades de formol. Acompañado por EU-IU y otros grupúsculos de extrema izquierda , crearon Alternativa Galega de Esquerdas, una especie de Syriza a la gallega que abarca momias soviéticas, antisistemas varios, batasunos galaicos de la FPG y demás espectro de izquierda trasnochada y ultramontana. Todo ello aderezado con palestinas y aspectos desaliñados, tan comunes en el desgraciadamente tan actual perroflautismo revolucionario. Todo el mundo da por hecho que será el cuarto partido del sistema electoral gallego».

«Por último nos queda el presidente y candidato Núñez Feijóo, con miles de propuestas incumplidas , decepciones en todos los bandos y un aire de funcionario tecnócrata que lo hace excesivamente aburrido, pero el lamentable perfil de sus contrincantes le hace favorito en las encuestas«.

«Aunque con escasas opciones de pintar algo , hay que resaltar la presencia de los Centro-Galleguistas de CxG, eterna obsesión de la política gallega a la que el electorado ignora una y otra vez; a Mario Conde con SCD, al que Grande Marlaska parece haber fulminado en su retorno a la política en su Galicia natal y a UPyD, que en Galicia es muy irrelevante y no sacará con gran seguridad demasiados votos. Dentro del área patriótico-identitaria, solamente podemos indicar la presencia de FE de las JONS, que inasequibles al desaliento aparecen en unas elecciones autonómicas más».

«El resultado del día 21 dependerá de muchos factores, pero las encuestas indican tendencias: El PP estaría con la mayoría absoluta en el filo de la navaja. Unos votos más o menos según la provincia pueden dar 37 o 40 diputados y significar repetir o quedarse con la miel en los labios. La duda lleva puesta toda la campaña sobre la provincia de Pontevedra, ya que en La Coruña confían en el rédito del poder territorial conquistado en 2011 y en Orense están controladas las tribus Baltarianas, descontando que Lugo siempre han tenido los populares una base electoral sólida. El PSOE sigue sin arrancar y sus miserias sacadas a relucir tras la Operación Pokemon no van a ayudar mucho; el BNG supuestamente no se desploma tanto y Alternativa Galega de Esquerdas entra en el parlamento, recogiendo a los descontentos de PSOE y BNG«.

«También es importante señalar que históricamente, hay un voto oculto a favor del PP. El PSOE tiene una parte del electorado que o les vota o se queda en casa y el BNG siempre saca en las encuestas mucho mejor resultado que al final en las urnas. Para terminar , cabe analizar que la abstención será un factor a tener en cuenta tanto por el cabreo de los votantes del PP como el desánimo de los de PSOE y BNG. Parece que en estas elecciones, no será la lluvia el principal culpable de dejar a una parte del cuerpo electoral de Galicia en casa«.

Así las cosas, en Galicia se dirime si el PP recibe un castigo electoral por sus políticas nacionales y autonómicas, y de ese hipotético castigo saldrá un PP más o menos fuerte para afrontar no la crisis económica (que digan lo que digan es menos grave) sino la crisis nacional. Con un PSOE hundido en los tres frentes, un PP fuerte en Galicia (ya que no puede ser totalmente decisivo ni en Vitoria ni en Barcelona) dará a Rajoy aún más fuerza para hacer lo que deba hacer. Lo cual no quiere decir que lo vaya a hacer, pero sí que, en función de Galicia tendrá menos argumentos para no hacerlo. O no.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 15 de octubre de 2012, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/elecciones-olvidadas-decisivas-para-rajoy-para-feijoo-124754.html