Corralito contra Europa

Por Pascual Tamburri Bariain, 31 de marzo de 2013.
Publicado en La Gaceta.

La quita es un mecanismo mercantil más que consolidado en nuestra tradición jurídica. No lo es tanto que los magníficos negocios de muchos bancos, en los años de bonanza especulativa, tengan que ser pagados, al llegar las vacas flacas, o por los ahorradores o por impuestos de los ciudadanos. El corralito de Chipre ha vuelto a poner a toda Europa contra una pared de la que no logra despegarse.

El Eurogrupo no descarta que pueda haber quitas en otros países. La unión monetaria ha demostrado ser exactamente sólo eso, unión en torno a una moneda. El Eurogrupo no regala nada, y si lo hace es a los banqueros y no a la gente, puesto que la unión es de financieros, no de pueblos. Algo bastante consecuente con la historia de un club que nació como alianza de mercados sin proyecto político, social y cultural definido más allá de los lugares comunes socialdemócratas y democristianos. Llegada la hora de la verdad, la máxima meta de los dirigentes es salvar lo salvable del negocio.

Rusia, con bastante más sentido aunque con menos memoria de su propia historia, cree que lo que el Eurogrupo hace en Chipre es un robo. Lo es, si se hacen las odiosas comparaciones. Europa, con o sin euro, es un proyecto que dirigen una casta no electa de tecnócratas à la Monti, unidos por compromisos grises, y una oligarquía de financieros enriquecidos con distintas formas de usura sea que las cosas vayan bien o mal. ¡Y convenciendo a muchos de que nos hacen un favor!

Thomas Jefferson creía ya que “los bancos son más peligrosos para nuestras libertades que ejércitos en armas. Ya han creado una aristocracia monetaria que desafía al gobierno. El poder de hacer dinero debe ser rescatado de los bancos y devuelto a la gente a quien pertenece por derecho”. Qué diría en la Europa de 2013.

Por Pascual Tamburri Bariain, 31 de marzo de 2013.
Publicado en La Gaceta.