Francisco y Franco

Por Pascual Tamburri Bariain, 5 de mayo de 2013.
Publicado en La Gaceta.

La memoria histórica que fue de Zapatero ni es lo primero ni es lo segundo. Pero dos años de Gobierno popular con mayoría absoluta no han cambiado ni una coma una norma que se mueve, lejos de la memoria y lejos de la historia, entre lo tonto y lo servil.

Nuestra Ley, sin intentos de cambiarla, crea una situación tan desigual como injusta, en un esfuerzo de legitimar para toda la eternidad la división entre los españoles. No es posible que Francisco Largo Caballero, colaborador con la Dictadura de 1923, golpista en 1934, ministro y presidente del Gobierno, prosoviético y chequista en 1936-39, conserve una estatua en Madrid, y Francisco Franco –que también fue ministro, presidente del Gobierno, Jefe del Estado- ya no la tenga, precisamente por ‘golpista’. Eso no es ni reconciliación ni igualdad.

¿Lo que vale para un Francisco no vale para el otro? En medio kilómetro se quitó la estatua de uno y se mantuvo la del otro (valga como ejemplo), y ni siquiera puede aducirse que uno fuese demócrata y el otro no. Mal que lo hiciese el PSOE, pero explicable por tratarse de uno de sus líderes históricos; pero incomprensible que lo mantuviese el PP, como si de verdad aquella fuese una guerra civil entre “buenos” y “malos”.

Pero no es sólo cuestión de estatuas. En La Rioja, con dinero del PP, estos días haya habido ¡un concierto de homenaje a las Brigadas Internacionales!, menuda ONG, que le pregunten por su beneficencia a George Orwell o a Andrés Nin. Aquí no se está diseñando una reconciliación nacional sino una revancha enfermiza y póstuma en toda regla.

Si Logroño, Calahorra o Zaragoza, hogares de la Littorio, de la Fiamme Nere, de la Frecce Nere, planteasen un desfile de homenaje a los otros voluntarios o a las estatuas que ellos dejaron sería… ¡un escándalo! Porque no somos todos iguales. Cuántos tontos hay.

Por Pascual Tamburri Bariain, 5 de mayo de 2013.
Publicado en La Gaceta.