Por Pascual Tamburri Bariain, 12 de mayo de 2013.
Publicado en La Gaceta.
Los dictadores ideológicos de la cultura española, es decir la izquierda y los que creen sumisos que ella es moralmente superior, han tenido siempre los gustos muy claros. Alfredo Landa era para ellos la encarnación de todos los ‘males’ de nuestro espectáculo, no era un artista, era sólo un actor ‘franquista’. Landa se reducía a lo que ellos llamaban con asco ‘landismo’, es decir el cine, el teatro y la televisión que hacían pasar buenos ratos a los españoles mientras que su obligación habría sido disfrutar del ‘arte’ exquisito (o sea, relamido) de los progres.
Qué mala suerte que la gente pagaba por ver a don Alfredo Landa Areta y en cambio los espectáculos de los progres necesitaban subvenciones. Qué tormento ver cómo todo lo suyo, desde el primer teatro a la última televisión, triunfaba. Alfredo Landa, navarro, era español y pocos tan orgullosos de serlo. Pero Landa estaba orgulloso también del landismo: creado para descalificarle, el fenómeno sociológico de los 60 y los 70 no sólo no castró su carrera sino que además era una verdadera condecoración para el maestro. Todo un país, una España en auge, se sentía representada por un actor genial y polivalente, capaz de ser a la vez el vecino del quinto, Pepe camino de Alemania y el cateto a babor, un santo inocente y un crack.
Landa fue brigada rojo en La Vaquilla con el mismo realismo que voluntario falangista de la IV de Navarra en Lleno por favor… aunque será difícil negarle una dosis extra de amor en este último papel, tan suyo. Don Alfredo sirvió de foto y de pañuelo de lágrimas de las decenas de miles de navarros de una generación que ahora está de moda olvidar pero que fue la que construyó esta tierra como es, primero con las armas y luego con el sudor. Alfredo Landa era un navarro de los del siglo XX, de los que ya quedan pocos, de los que echamos de menos. Y su obra hace imposible mentir sobre él. ¡Merece una avenida en Pamplona!
Por Pascual Tamburri Bariain, 12 de mayo de 2013.
Publicado en La Gaceta.