Políticos muy sospechosos

Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de junio de 2013.
Publicado en La Gaceta.

Las cosas empeoran en la legislatura que empezó en 2011. Que si ya estaba complicada por la crisis económica y por la situación política se ha vuelto del revés con los sucesivos datos del CIS y del INEM y con el nerviosismo que cunde entre los cargos públicos de los grandes partidos. Aunque no por igual.

Una cosa se daba hasta esta legislatura casi por segura: cuando un partido político ha ganado una mayoría absoluta, tiene luego otra. Eso ha dado a UCD, PSOE y PP series de al menos ocho años de poder para tomar decisiones. Y seguramente el PP quería concentrar lo difícil y después recuperar consensos para las generales de 2015. Sólo que los tiempos se aceleran, y se acusa a Rajoy de convertir España en una democracia como la de Weimar o la italiana del 46.

PP y PSOE quedarían hoy en el punto más bajo de su serie histórica de intención de voto. Es inevitable asociar esta desconfianza popular con la gestión del poder, con la corrupción, con los errores de la Corona y de otras instituciones y con lo que más preocupa a los españoles de todos los signos: seis millones de parados en una España envejecida nos colocan en peor posición que Italia y a nuestros políticos con peor imagen que aquéllos.

¿Es tan terrible ir hacia un escenario político italiano? Italia, sin mayorías absolutas, con una clase política malfamada, forzada a alianzas imposibles y a Gobiernos inestables, se convirtió en la quinta fuerza potencia industrial y financiera del mundo. No creo que vayamos tan lejos, ni a dejar de tener mayorías, pero tampoco es seguro que no sea el fin de España como potencia europea. No sería malo tener dirigentes de la envergadura del difunto Giulio Andreotti. Nunca presumió de repartir sobres. Y sí sería desastroso sería dejar a IU al frente de la izquierda o a la derecha eternamente huérfana sin siglas, líder ni proyecto. Eso en Italia no pasaba.

Por Pascual Tamburri Bariain, 9 de junio de 2013.
Publicado en La Gaceta.