Por Pascual Tamburri, 29 de julio de 2013.
¿Una región es España sólo porque lo digan una ley o una mayoría, del siglo que sean? Los abertzales quieren Navarra. Intenciones aparte, el regionalismo es un arma de dos filos.
Hace muy pocas semanas el consejero de economía de la Comunidad de Madrid reanimó una polémica que parece eterna, al declarar en público que Navarra –entre otras regiones- disfruta de privilegios. Se armó buena, y de hecho sigue ahí armada: tirios y troyanos se han apresurado a certificar su «navarridad» proclamando que la Comunidad Foral no tiene «privilegios» sino «derechos» históricos bajo el nombre de fueros.
Sea pues. Algo tendrán estos nuestros fueros cuando personas tan diferentes –todos, todos, de PP a la ETA y de UPN al PSOE, si es que el presidente Sanz dejó diferencias entre los dos- coinciden en arroparse en ellos para calzar sus carreras políticas. Ya no se estudia así, y menos los aspirantes a políticos profesionales, pero un fuero era en la Edad Media y ha seguido siendo después un derecho privativo de alguien. O sea, un ius proprium, es decir, y sin ánimo de ofender salvo al que no entienda, un privilegio.
Un privilegio no es nada malo, o no tiene por qué serlo. Navarra, como casi reliquia de su turbulento final de la Edad Media, conserva en vigor una serie de normas y de leyes fiscales diferentes a las de otros españoles. Restos de lo que en el XVIII nuestros vecinos ilustrados llamaron ´Antiguo Régimen´ y los inspiradores de tantos nuestros intelectuales de hoy llamaban ´modo de producción feudal´. Fueros, es decir privilegios, garantizados a través de los siglos por líderes hoy tan malfamados como Fernando el Católico y Francisco Franco. No hay que enfadarse, señores políticos de 2013, incluso si son privilegios y según la Constitución vigente nada tienen que ver con la igualdad legal de los españoles.
Estoy seguro de que Enrique Ossorio no ha querido ofender a nadie al hablar, sí, de privilegios. Y de que está de acuerdo con el parlamentario regionalista Sergio Sayas cuando dignamente anuncia que «el Fuero es nuestra peculiar e histórica forma de ser España«. Menos mal. Pero la verdad exacta, populismo aparte, es que Navarra es España antes de que hubiese ningún fuero escrito, me temo, y seguirá siéndolo incluso cuando por el camino de la igualdad lleguemos a la uniformidad, una meta posible aunque no segura, enteramente lógica en una democracia que se pretende moderna.
Navarra es España con fueros, lo fue también cuando todas las Españas tenían fueros, y puede serlo sin fueros. También fue España sin existir el Estado español, y sin existir ni el nombre de Navarra – al fin y al cabo un reino frágil, pequeño, tardío y con pocas glorias si nos ponemos a comparar, a falta de una película romántica sobre la amistad entre el rey Sancho el Fuerte y el rey Ricardo Corazón de León o de una tragicómica sobre las peripecias políticas del príncipe Carlos de Viana. Pero lo que no puede haber sin un trauma colectivo inimaginable es una Navarra que no sea España. Espero que nadie por miopía localista o por egoísmo sectario quiera ir a eso. Tampoco sería la primera vez que estos valles han padecido y superado cosas así.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 29 de julio de 2013, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/solo-navarra-tiene-fueros-privilegiados-profesionales-130448.html